Operación cubre al omega

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Mentiría si dijera que no retuvieron a Clyde por almenos otra media hora más, Craig disfrutaba ver temblar al desgraciado que alguna vez le dijo feo a su difunto Stripe.

Después de dejar ir al castaño entre amenazas, la culpa llegó a su sistema, fue un amigo suyo el que los había escuchado por ser un maldito metiche.

Quería creer que Tweek no se enojaría, bueno, estaba claro que él no lo haría, sin embargo Stevens si, no por nada omitió tal detalle a su novio, en definitiva no quería un golpe de la chica.

¡Era un pacifista!.

Todo lo contrario que se espera de alguien de su estatus.

Para este punto, Kenneth ya no estaba más en su hogar, así que con las manos temblando, tomó su móvil y fue directo al contacto de Tweek, a quien tenía registrado como "Frutilla".

Al instante se arrepintió.

Claro que le diría, pero era algo que tenía que hablar de frente con él y aceptar cualquier represalia que el rubio tome contra él.

No pudó dormir con las cientos de ideas que llegaban a su cabeza. ¿Y si lo mandaba al diablo? No tenía un motivo para hacerlo, digo, el de la culpa fue Clyde.

—¿Me lo estoy tomando muy personal?. —Cuestionó mientras daba unas cuantas vueltas en su cama.—

Claro que no.

Pero por supuesto que lo hacia, en el fondo lo sabía y su lobo también, aunque ninguno deseaba admitirlo.








































Una taza de café nunca le hiba mal, dos le caían perfecto y la tercera, se la quitó Butters.

—Se que te gusta, pero no abuses.

—Solo un trago máaaaaas.

—No y mueve el trasero, es hora de ir a clases.

Lo único que pudo hacer fue rodar los ojos y tomar sus cosas para ir con Leo, pensando siempre en qué estudiar no lo era todo en la vida.

Una vez estuvieron en la entrada de la casa Tweak, Butters baño en perfume a su amigo. En eso consistía la curiosa rutina del par de mejores amigos, él joven Stotch siempre llegaba temprano a la casa de su amigo para asegurarse de que no se pasara con el café, además de que gastaba casi una medía botella de perfume en él.

El timbre sonó, era Kenneth quien desde hacía un par de meses se integró a la rutina, el dúo no se quejó, Kenny era un buen chico, idiota aveces, pero dulce cuando se lo proponía.

—¿Listos para ir a casa de Pirrump?.

El hogar del Inglés estaba cerca así que siempre hiban por él, Bárbara llegaba con Clyde no se preocupaban por ella y en cuanto a Stoley… bueno, él vivía lejos y ellos eran muy perezosos para ir.

—Buen día muchachos ¿Cómo estamos hoy?.

—Bien Pip.
—Buenos días Phillip.
—Hola a ti también.

Era muy gracioso verlos juntos pues caminaban en orden de estatura y al ser todos rubios (con distintos tonos) lucían como hermanos, unos muy cercanos que hacían bromas tontas cada cinco segundos.

—¿Si hicieron la tarea de biología verdad?.

—Sip, aunque me faltaron algunos datos.

—Bu, tienes siete cuartillas, el profesor pidió cuatro.

El lobo del café. --Creek--//Omegaverse//Where stories live. Discover now