Aléjate de mi. II

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La ilusión con la que me había abierto, se estaba disminuyendo a medida que se daba cuenta de lo que tenía entre las manos. Para cualquier otra persona podría ser una caja normal e insignificante... pero para nosotros, o por lo menos para mí, era algo mucho más importante.

Se trataba de mis recuerdos más bonitos a su lado. Una noche, en la que se había quedado a dormir en mi apartamento, habíamos decidido guardas los objetos que nos recordase a situaciones bonitas o graciosas, y desde entonces, metíamos allí cada uno de los momentos importantes que sucedían entre nosotros.

Luego, habíamos acordado que si alguno de nosotros abandonaba el edificio, el que se quedara, también se quedaría con la caja. Aunque jamás llegué a pensar que el que abandonara para siempre aquel lugar fuese yo... aún no podía creerlo.

- ¿No la quieres?- dije al ver como ella no articulaba palabra, si no que se quedaba allí de pie, con los ojos empapados en lágrimas. El verla así me rompía el corazón, sobre todo porqué no entendía el motivo por el que lloraba... no lo entendía.

- Si...- susurró sin apenas voz, poniendo las manos bajo la caja y rozando por una milésima de segundo mis dedos. Yo los aparté con rapidez al notar como esa corriente que siempre me recorría el cuerpo cada vez que la tocaba, volvía a aparecer.

- Yo...- metí mis manos en mis bolsillos, gesto que hacía cada vez que estaba incómodo con una situación-... yo venía a darte la caja y a despedirme- dije por fin, sin saber de donde saqué la fuerza para decir unas palabras tan simples.

- No tienes porqué irte... yo prometo no molestarte, ni te darás cuenta de que existo- dijo llorando a lágrima viva, haciéndome sentir un miserable a pesar de que la que había causado el daño era ella.

- Yo... yo no puedo estar cerca de ti- sentía ganas de acompañarla en su llano, de abrazarla y perdonar todo lo que me había hecho, pero mi orgullo era más grande que mis sentimientos hacía Eva.

- Entonces... entonces yo...- no encontraba palabras para hablar, tal y como me había pasado a mí al principio- ... yo no quiero que te vayas- lo menos que había pensado era que ella me dijese eso en este momento, ¿es que no sé daba cuenta de que los dos nos habíamos perdido hace mucho tiempo?

- Pero a mí no me interesa lo que tu quieras o dejés de querer- respondí con dureza, sintiendo un estallido en el pecho con cada palabra pronunciada- Total, para ti querer algo es solo un juego... ¿O es que no soy el vivo ejemplo de ello?

- No sabes de lo que hablas- dijo secándose las lágrimas con el hombro, y sorbiendo la nariz tan graciosamente como solo ella sabía hacerlo.

- ¿A no?... porqué me encantaría que me lo explicases- ella puso la cara que ponía cada vez que se encontraba triste y sin ganas de hacer nada, esa cara que ponía al sentir que no tenía escapatoria.

- Los dos sabemos que no me convienes- dijo, haciendo que mi corazón se descolocara por un par de segundos- Ambos conocíamos como acabaría esto- bajé la cabeza al entender que de un modo u otro, siempre nos habíamos tenido miedo por algo... ella porqué no me amaba y yo porqué temía perderla- Todo el mundo sabe que a veces no te soporto, que no soporto tu inmadurez, ni tu sonrisa estúpida que se escapa cada dos por tres, tampoco tu ironía, ni ninguna de las gilipolleces que sueltas, ni tampoco ese afán que tienes de ser Batman, y de que los demás seamos solo meros mortales- cogió aire para continuar con unas palabras que me estaban envenenando la sangre segundo a segundo- Pero todo el mundo sabe que siempre te miro a escondidas, que te seguiría al fin del mundo, y que si te insulto, solo es porqué te quiero- tenía que mandarla calla antes de que cayera a sus pies- Todo el mundo sabe que si me pongo histérica no es porqué lo sea, sino porqué nuestras miradas han decidido cruzarse y eso aumenta mis nervios- me miró directamente a los ojos y yo ya había perdido las fuerzas- Y todo el mundo sabe que cuanto más pienso que no puedo estar contigo, que cuanto más lucho contra esto, más enamorada estoy de ti.

Deseo a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora