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⎯⎯ ୨ Khai Holland ୧ ⎯⎯

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⎯⎯ Khai Holland ⎯⎯

—Me rindo, O'Brien, eres imposible —reí sentándome en el suelo de la lavandería.

—No soy tan malo —dijo él haciendo puchero y sentándose a mi lado.

—Me has pisado más de seis veces, la próxima vez traeré almohadas para los pies —dije con una sonrisa burlona.

—Quizá si fueses mejor maestra... —dijo en un tono inocente provocando que yo lo mirara entrecerrando los ojos.

En un rápido movimiento me tiré sobre él y fingí que lo golpeaba. Rió con fuerza y empezó a hacerme cosquillas mientras rodábamos, quedando él sobre mí.

—Ya, para, para —pedí casi a gritos.

—No, esto fue por haberme golpeado —dijo riendo al igual que yo.

Entonces se detuvo y me miró fijamente. Comencé a perderme en sus ojos mieles, los cuales eran mi perdición. Entonces se inclinó y cerró los ojos. Iba a besarme y yo ya estaba paralizada.

«No puedes, no serás una zorra como su novia» dijo una voz en mi mente.

Y tenía razón, no podía dejar que me besara por más que quisiera probar sus labios. Carraspeé haciendo que se sobresaltara y abriera los ojos rápidamente. Me miró algo confundido y después se separó de mí rodando a un costado.

—Yo... lo siento —dijo un tanto incómodo.

Volteé a verlo y noté como un leve tono rojizo se apoderaba de sus mejillas. Me acerqué a él y le di un beso en su mejilla.

—No pasa nada —dije forzando una sonrisa.

«Idiota» me dije internamente.

—Ensayemos una última vez, no podemos darnos el lujo de descansar porque faltan pocos días —dije haciendo una mueca.

Se levantó y después me tendió una mano para levantarme. Fui hasta donde estaba el iPod y las bocinas y puse una canción lenta. Regresé hasta donde él estaba y lo miré con una pequeña sonrisa.

—De acuerdo, ahora pon ambas manos en mi cadera —ordené y en segundos sentí como tomaba con firmeza mi cadera; lo abracé del cuello cerrando el pequeño espacio que nos separaba—. Muévete lento.

Comenzamos a movernos de un lado a otro con pasos básicos y lentos. Dylan era mucho más alto que yo, bueno, no tanto, pero sí lo suficiente como para que mis ojos quedaran casi al nivel de sus labios. Tuve que morderme el labio inferior para evitar besarlo en ese momento.

—Cuando estés con ella, dale besos tiernos, pero no solo en los labios, quizá en las mejillas, unos cuantos en el cuello, susúrrale palabras lindas al oído y recuérdale cuánto la amas —dije suavemente.

Todo lo que le dije eran las cosas que me gustaría que él hiciera conmigo, no con ella. Así que podían imaginarse cuanto daño esto me está causando.

—Hasta para querer darle un beso debes ser delicado —dije despegando la vista de sus labios y obligándome a mirarlo a los ojos—. Toma con cuidado su barbilla, has contacto visual con ella por un momento y luego con delicadezas inclínate a besarla —dije intentando que la voz no se me quebrara.

Él asintió y seguimos moviéndonos. Esto era demasiado difícil, me partía a la mitad y cada movimiento era como una daga que se clavaba profundamente en mi corazón.

—Mañana tendremos una cena de ensayo —dijo sacándome de mis pensamientos.

—¿Disculpa? —pregunté mirándolo fijamente.

Él me sonrió y tuve que forzar una sonrisa. La música paró y ambos nos separamos.

—Mañana quiero ensayar contigo todo lo que hemos venido practicando, o sea que tendremos una cena y fingiremos que es el día —dijo feliz.

Sentí como se formaba un nudo en mi garganta, por lo que preferí caminar hasta donde estaban las bocinas y guardarlas.

—¿Tengo que fingir ser Britt? —dije mientras guardaba las cosas en la bolsa.

—Mmm... sí —dijo dudoso.

Hice una mueca y asentí para después girar a verlo. Me miraba con cautela como si le fuese a gritar, pero solo pude soltar un suspiro resignado.

—De acuerdo —dije bajando la mirada—. ¿Tengo que vestirme para la ocasión?

Asintió y volví a soltar un suspiro resignado . Asentí y le indiqué la salida.

—Es tarde, será mejor que nos vayamos —dije y ambos caminamos hacia la salida.

—Gracias —dijo él sonriente—. Nos vemos mañana, Khai —se inclinó y depositó un beso en mi mejilla y después solo vi como se alejaba por el pasillo.

Asegurándome de que no hubiese nadie, di vuelta hacia la izquierda, donde estaban los dormitorios de las chicas.

Una vez frente a la puerta de mi dormitorio, me deslicé dentro con mucho cuidado de no hacer ruido para no despertar a Daya y después cerré la puerta. Caminé en silencio y deposité con cuidado la bolsa que llevaba las bocinas a lado de mi cama.

Me tumbé sobre la cama mirando al techo. La idea de que mañana tendría una "cita" con Dylan retumbaba en mi cabeza sin dejarme dormir. Tenía sentimientos encontrados, estaba feliz y al mismo tiempo enojada y triste. Feliz porque aunque fuese solo una cita falsa, después de todo pasaría una noche con Dylan, y enojada y triste porque sabía cuál era el fin de todo esto y porque tendría que hacerme pasar por Britt y eso me hacía rechinar los dientes de enojo.

«Tú solita te metiste en este lío» dijo una voz en mi mente.

Sí, yo acepté ser su estúpida "profesora". Quizá si hubiese dicho "no" ahora solo estaría fantaseando con Dylan como solía hacerlo y no estaría frustrándome con el hecho de que en menos de dos días ya estaría comprometido.

Me removí inquieta en la cama e intenté dormir. Odiaba todo esto, pero tenía que encontrar una forma de sacarme a Dylan de la mente y quizá mi única escapatoria era Daniel. Sí, estaba mal utilizar a Daniel, pero no me quedaba de otra. No acabaría con cualquier otro. No importaba que Tom lo odiara a muerte, Daniel era un chico lindo y él quizá podría ayudarme a olvidar.

Porque eso era todo lo que quería... olvidar a Dylan O'Brien.

𝐀𝐏𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐀 𝐒𝐄𝐑 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍𝐓𝐈𝐂𝐎 ☡ Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora