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⎯⎯ ୨ Dylan O'Brien ୧ ⎯⎯

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⎯⎯ Dylan O'Brien ⎯⎯

—¿Qué te pasa, O'Brien? —me gritó Tom mirándome con los ojos entrecerrados.

—Lo... lo siento, Tom —balbuceé levantándome del suelo.

—Concéntrate, es un partido amistoso —dijo Tom más calmado—. Pero si juegas así en la final, nos van a ganar —asentí y me dio una leve palmada en la espalda—. Sal de la cancha —lo miré con los ojos totalmente abiertos.

—¿Yo? —pregunté confundido.

—Solo dos minutos —respondió—. Para que puedas concentrarte, regresa cuando creas que ya vas a poner atención.

Asentí y salí de la cancha para sentarme en las gradas. Recargué mis codos sobre mis rodillas y me mentón en las palmas de mis manos.

Llevábamos media hora de partido y yo había fallado incontables veces, estaba jugando peor de lo que jamás había hecho. ¿Por qué? Porque mi mente comenzaba a divagar hasta llegar a una sola cosa.

Khai.

Todo lo que pensaba me llevaba a ella. Perdía la concentración en el juego por concéntreme en ella. Durante los treinta minutos de juego me había sorprendido a mí mismo observándola mientras ella nos miraba jugar, admirando la manera en la que el sol le daba levemente en el rostro haciendo ver sus ojos marrones un poco más claros, admirando el tono rosa de sus labios los cuales, debía admitir, quería volver a probar.

Sentí una mano sobre mi hombro y giré levemente para encontrarme con la chica que no había podido sacar de mi mente.

—¿Te sientes bien? —preguntó mirándome preocupada.

Asentí para después enterrar mi rostro entre mis manos. No sé qué me estaba pasando, era como si todo dejase de existir y solo pudiese y quisiese pensar en Khai. Ahora ella estaba aquí, a mi lado, preguntando si me sentía bien cuando ni yo mismo sabía si me sentía bien.

—¿Estás seguro? —insistió—. Te caíste varias veces y me parece que Tom te ha gritado.

Volví a asentir y giré a verla. Si había algo más lindo en una chica eran sus ojos y los de Khai eran preciosos. Podías perderte en ellos horas y horas y no aburrirte ni un segundo. Mi mirada pasó de sus ojos hasta sus labios, eran finos y suaves con un tono rosado. Sin darme cuenta ya estaba inclinándome a besarla.

𝐀𝐏𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐀 𝐒𝐄𝐑 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍𝐓𝐈𝐂𝐎 ☡ Dylan O'BrienWhere stories live. Discover now