"¿Qué paso ese día?"

111 13 0
                                    

Actualidad..

Emily:

No sé qué pensar, al ver a mi madre ahí parada, como si la hubiéramos visto hace poco tiempo fue extraño, en su carta decía que ella se fue porque no tenía la edad para mantener dos niñas sola, sin ayuda, ya que mi padre había desaparecido unos meses después de que nací, pero eso no importa, por lo menos no ahora.

Fueron demasiados recuerdos los que se vinieron en cuanto la vi, no fueron recuerdos agradables con ella, ya que ella se fue cuando yo tenía 2 o 3 años y a esa edad no es como que tenga buena memoria, estaba cambiada, la vi cambiada, si no hubiera sido por sus ojos no la hubiera reconocido.

Estaba más delgada y más alta, tenía el cabello un poco más largo, tenía puesto unos pantalones de color negro y una blusa blanca lisa, estaba bonita, aunque estuviera enojada con ella y le tuviera rencor, tenía que admitir que la mujer cambio para bien.

–Hola niñas –dijo la mujer con una sonrisa y algunas lágrimas en los ojos–. están muy cambiadas...

–Pues claro, cuanto ha pasado unos 13, 14 años –hablo Lía con un tono muy serio, fue muy extraño ya que ella siempre ese tono alegre en su voz, así que supongo que estaba igual de sorprendida y enojada que yo–. ¿Qué haces aquí Paula? –me asuste, jamás le habría dicho a algún familiar mío mayor por su nombre.

–Solo... quería verlas, sé que no quieren verme y quieren que les explique muchas cosas y claro, se las pienso responder, pero necesitaba verlas –dijo y una que otra lagrima salió de su ojo–. sé que tal vez no quieran verme, o que necesiten un tiempo, pero solo quiero que sepan, que nunca deje de amarlas y arrepentirme cada día de haberme ido y dejarlas ahí, pero... necesitaba verlas.

–Mira –hablo Lía, yo seguía aún en shock como para formar alguna frase–. nosotras también te extrañamos, pero ahora no es el momento, llegaste en un momento muy malo, Emily y yo nos la hemos arreglado, juntas, para seguir adelante sin ti, ni papá, puedes darnos explicaciones, pero no quiero que esperes que en cuanto nos expliques que paso volvamos corriendo a tus brazos, porque Paula déjame decirte, que hemos cambiado, somos unas mujeres que han pasado por muchas cosas y aún siguen de pie.

Ella seguía hablando, pero mi mente aún no procesaba el hecho de que Paula había vuelto, quería decirle que se fuera, que nos dejara solas, pero no podía, había estado sufriendo mucho por culpa de ella y de mi queridísimo padre, así como dijo Lía, este no era un buen momento, de tanto procesar la información no me di cuenta que de Paula estaba llorando, y al voltear a ver a Lía, ella también estaba llorando.

Era muy difícil ver a mi hermana llorar, tenía contadas las veces que la había visto llorar, así que, en ese momento, supe que mi hermana estaba sufriendo por esto, por verla de nuevo, ya que ella recordaba el momento justo en cuanto Paula se fue y nos dejó afuera en casa de nuestros abuelos, y entonces... hablé.

–Hola Paula –y se callaron las dos y me voltearon a ver al mismo tiempo–. tienes 5 minutos para decirnos la razón por la que te fuiste y la razón por la que regresaste, porque como puedes ver no nos alegra tanto que hayas vuelto como si no hubiera pasado nada –WOW, así quede con lo que acababa de decir jamás en vida pensé llegarle decir eso a alguien y mucho menos que ese alguien fuera mi mamá.

–Muy bien –hablo Paula–.  regrese por dos simples razones –seguía hablando con la voz temblorosa y algunas lágrimas escapaban de sus ojos–. tal vez no me crean o me vean como la mala del cuento, pero les prometo que es verdad, las extrañaba, extraño sus risas, verlas jugar, cuando se pelean, como hacían berrinches, las extraño y extrañé cada día desde que me fui, y quiero que sepan que me arrepentí todos los días.

No le creo, lo pensé, pero no lo dije.

–La segunda es para convencerlas de que vuelvan conmigo, vivo en San Francisco en una casa muy bonita, he mejorado, de hecho, quería contarles que estoy trabajando como doctora en un hospital allá, sé que no confían en mí y es totalmente entendible, pero yo soy su mamá, así que merezco una oportunidad.

Lo dijo con tanta facilidad que pareciera que se había ido por una semana, pero en realidad ella se había ido por 14 años, 14 años sufriendo, teniendo ataques de ansiedad, sintiéndome mal conmigo porque siempre pensé que se había ido por mi culpa, que ella en realidad no quería otra hija y que por eso se fue y nos dejó con mis abuelos con la esperanza de que ella volviera.

Y luego dijo "Soy su mamá, me merezco otra oportunidad", cuando alguien quiere otra oportunidad, lo demuestra, y no lo va a demostrar llorando o rogándonos para darle una oportunidad, así no funcionan las cosas, ella tiene que ganárselo.

A parte dijo que era nuestra mamá cuando no la hemos visto por más de 14 años, si fuera nuestra mamá, lo hubiera demostrado volviendo antes, no ahora.

Pero no lo hizo, ni unas horas después, ni el día siguiente, ni a la semana siguiente, ni siquiera un año después, y fue cuando supimos que se había ido y que no volvería, hasta ahora...

No sabía que sentir, decir, hacer, ni cómo reaccionar a lo que había pasado en los últimos 30 minutos de ese día, no fue un sueño, fue realidad había vuelto, Paula, mi mamá, la mujer que se fue sin dejar rastro, ningún número de celular o correo para hablar con ella VOLVIÓ, o sea es algo que no va a ser fácil de procesar.

Estos últimos días habían estado un poco complicados. Hace unos meses yo iba con una psicóloga y me estaba yendo demasiado bien, avanzaba muy rápido mi proceso, así que decidimos dejarlo ahí.

Mi psicóloga dijo que era mejor seguir teniendo citas, pero mi abuelo había dicho que ya no era necesario y que ya estaba bien, y era cierto ya había mejorado, ya estaba bien, pero volvieron.

Todos esos recuerdos, esos malos y horribles recuerdos que se volvieron en sueños, bueno más bien en pesadillas y me atormentan en la noche lo que hace que ya no quiera ni pueda dormir.

Regreso ese sentimiento de no poder respirar, no poder ver bien y sentir que voy a desmayarme, volvió el querer dibujar en mi piel, el pensamiento que ha estado en mi cabeza desde siempre "prefiero sentir dolor físico a sentir dolor mentalmente" y sigo pensando eso.

Pero el dolor físico solo dura 5 minutos, pero el dolor mental sigue ahí y no se va hasta que decides superarlo, pero ese es el problema, no puedo superarlo.

–Abuela, llegamos –fuimos de regreso a la casa de mis abuelos, le dijimos a Paula que se viniera cuando le dijéramos que ya habíamos hablado con mi abuela porque sería una no muy linda sorpresa el que llegara después de 14 años, así que iba la parte difícil, hablar con mis abuelos–.

–Hola mis niñas, como estuvo su día? –mi abuela es demasiado dulce, alegre y así, pero cuando algo se enoja se convierte literalmente en otra persona–. ¿Qué paso? las veo muy calladas –Fue un segundo el que paso en donde Lía callo, lloro demasiado, grito, se enojó, y dijo demasiadas cosas que espero no volver a oír, pero era bueno que mi hermana llorara, la había visto ser fuerte por mucho tiempo y esto le hacía bien–. Lía, ¿Quieres decirme que paso?

No podía hablar, así que lo dije yo...

–Volvió Paula...


Instagram y Tiktok: robi.otz

Life...Where stories live. Discover now