Bienvenido de vuelta (parte 2)

26 1 0
                                    

Emily:

Mi cumpleaños, la fecha que esperaba con ansias, y la manera perfecta de iniciarla era con mi hermana a las 12 de la noche cantándome las mañanitas junto con mis abuelos.

Esa siempre era su manera de levantarnos, cantándonos las mañanitas y trayéndonos nuestro pastel favorito -en mi caso pay de tortuga- y las velitas en forma de la edad que cumplíamos, que en este caso era 17 años.

-¡Feliz cumpleaños, Emily! -dijo mi hermana abrazándome-. Ya eres toda una pre-adulta.

-Te queremos mucho, Emily -habló mi abuela que estaba al lado de mi abuelo y los dos de acercaron a abrazarme-. Pide un deseo y sopla las velitas.

La cosa que más se me complicaba en los cumpleaños, los deseos.

Desde pequeña cada que pedía algo, nunca se cumplía; pero bueno, tampoco es como que pidiera cosas fáciles de conseguir.

Recuerdo que en un cumpleaños pedí una granja con muchos ponis y caballos, y por obvias razones, no se me cumplió el deseo.

Así que, desde los 10 años empecé a pedir un deseo, que nunca se cumplió, el cual era "conocer a mi papá"

Entonces, con 17 años recién cumplidos estoy pidiendo aun conocer a mi papá.

Después de soplar las velitas, aplaudieron y se vino otra ronda de abrazos y mi abuelo me dijo exactamente lo mismo que me decía todos los años "guardare tu pastel para mañana porque luego te da migraña"

Después de eso, se salieron de mi cuarto, menos mi hermana que en vez de irse a su colchón, se acostó muy confiada en mi cama.

-Emily, ¿qué sientes de haber cumplido 17?

-Pues, no me siento diferente, de hecho, siento que este año va a ser como los anteriores y se va a sentir como un día completamente normal.

-Emily -Lía se enderezo quedando sentada-. ¿crees que este año podrías hacer el mínimo esfuerzo de emocionarte por lo que sea que te vayan a hacer?

No lo sé, ¿podría? Llevaba más de 5 años fingiendo emoción cada que me cantaban las mañanitas o cuando me felicitaban, yo creo que un año más no haría daño.

-Claro -le respondí con una sonrisa-. Ahora duérmete o te mando a tu colchón.

-Aunque lo niegues -lo dijo acomodándose en mi cama-. a ti te gusta que yo duerma contigo.

-Lo que tú digas, Lía.

-Descansa, Emily, y feliz cumpleaños -y diciendo eso, se quedó dormida.

...

Eran las 5 de la mañana y no podía dormir, mis pensamientos no me dejaron.

Intenté todos y cada uno de los métodos que me había inventado para cuando me entraba el insomnio, que eran: escuchar música, leer, hacer ejercicio -pero ese está más que descartado porque no pude hacer ni una maldita abdominal- hacerme la dormida, pero ninguna funciono.

Los pensamientos siempre eran los mismos, pero esta vez fue diferente, porque solo fue una pregunta la que me carcomía y me dejo pensando toda la noche.

¿Algún día conocería a mi papá?

No sé por qué llevaba mucho tiempo pensando eso, la mayor parte de mi vida me preocupaba por otras cosas, no por no conocer a mi papá.

Intente dormirme y después de unos minutos lo logre.

...

Mis abuelos me habían dado permiso de no ir a la escuela por mi cumpleaños, entonces aproveche para levantarme tarde -y con tarde me refiero a las 11 de la mañana- y cuando lo hice baje las escaleras para probar el pastel que llevaba desde que me lo enseñaron para probarlo, y ese fue mi delicioso desayuno.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 11, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Life...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora