Capítulo 4

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POV Minnie

Tragué saliva y lancé una mirada preocupada a la puerta de mi celda. Los nervios atormentaron mi cuerpo. Quería mantener la voz baja para no llamar la atención de la gente fuera. Los guardias de New Zion me habían comprobado varias veces y cada vez, veía cierta mirada lujuriosa en sus rostros.

—Lee Know —contestó la voz profundaㅡ Mi nombre es Lee Know.

—Lee Know —repetí. Fruncí el ceño— Ese... —comenté con nerviosismo— Ese no es un nombre que conozca.

Lee Know se quedó callado por un tiempo, luego mencionó:

—Entonces encaja... No vale la pena que se me conozca. Ya no soy un buen hombre. —Me dio un vuelco el estómago ante el obvio dolor en su voz. Le escuché tomar una respiración forzada y entrecortada— Creo lo fui una vez, tal vez, no lo sé... pero ya no estoy seguro de quién soy... es todo tan complicado.

Lentamente eché la cabeza hacia atrás, confundido por sus extrañas palabras crípticas y su uso ordinario del lenguaje. Pero luego, un destello de entendimiento me golpeó.

—¿Te han proclamado un pecador?

Escuché a Lee Know tomar aire con brusquedad.

—He... he hecho cosas malas.

—¿Es por eso que estás en una celda?

—Sí —contestó con tristeza, pero había algo más mezclado en su tono; confusión, dolor... ¿furia?

El sonido de la puerta de mi celda abriéndose llenó la habitación. Me apresuré a sentarme como había hecho antes, limpiándome el resto de las lágrimas del rostro. No les permitiría ver la prueba de mi momento de debilidad. Estaba asustado de que fuese uno de los guardias, pero mientras la puerta se abría vi un rostro familiar.

El hermano Changmin.

Me relajé, orando para que el hombre de la celda de al lado no hablase. No sabía por qué no quería que el hermano Changmin le escuchase. Sabía que no le importaría que hubiese hablado con el extraño. Pero tampoco querría que me pusiese en algún tipo de peligro. Hablar con un pecador ciertamente sería caer en esa categoría.

—Hola, hermano Changmin —murmuré.

El hermano Changmin entró en la celda con una bandeja de comida en las manos. Se agachó, dejándola a mis pies. Le lancé una sonrisa de agradecimiento. El hermano Changmin miró detrás de sí, a la puerta. Cuando vio que no había ningún guardia, explicó:

—Dos guardas seguidores de China han sido puestos a cargo de nosotros en estas celdas. El principal guarda seguidor del profeta, Hongbin, decidió que sería lo mejor ya que nos conocen. — Tomé una profunda bocanada de aire y la dejé salir lentamente en un largo suspiro. El alivio me llenó.

El sonido de Lee Know moviéndose alrededor en la celda de al lado llegó a través de las pequeñas grietas entre los ladrillos desmenuzados de la pared. Lee Know dejó salir un suave gemido de dolor. El hermano Changmin frunció el ceño y dirigió sus oscuros ojos a mí.

—Hay un hombre en esa celda —susurró, casi inaudible— No sé quién es. Todo lo que sabemos es que es un desertor de la fe y está siendo castigado. Gravemente. —El hermano Changmin me dio una mirada significativa. Mi ritmo cardiaco aumentó. Asentí para mostrar que lo entendía. Comprobando otra vez que no había nadie más, añadió— No es nuestra responsabilidad, de la hermana Yubin y mía. Chicos de la comuna principal vienen para alimentarle y bañarlo diariamente. También es llevado todos los días por los guardias discípulos del profeta. —El hermano Changmin negó, un arrebato de furia cruzándole el rostro— Vi cómo le traían de vuelta. Realmente le están haciendo pagar por sus transgresiones, sea cuales fuesen. Está realmente mal.

El Hades de Lee Minho (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora