ONE NIGHT STAND ━━ [FINALIZADA] 《16》

Capítulo VIII

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Una nueva etapa
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—¿Venirme a vivir contigo? —Inquiero incrédula.

He escuchado bien, ¿cierto? No. Quizá estoy mal de la cabeza y he comenzado a imaginar cosas.

—Sí —responde, cogiéndome de ambas mejillas para acariciarme la piel con sus pulgares—. Por favor. Vente a vivir conmigo.

Madre mía. ¿Acaso estoy en un programa de televisión? Lloraré si los camarógrafos me piden sonreír por haber caído en la broma.

Esto es demasiado bueno para ser verdad.

Ni siquiera mini mí ha logrado reaccionar. Sigue con la boca abierta —más de lo dignamente aceptable—, y no ha parpadeado ni una sola vez desde que Shanks confirmó lo que pensé haber escuchado mal.

Ay. ¿Qué respondo? ¿No estamos yendo demasiado rápido? Bueno, como lo he dicho antes, todo con él se dio de manera precipitada desde el inicio pero, esto es..., esto es..., ¿a quién engaño? ¡Me ha hecho feliz esa propuesta!

Pero..., no. No debo aceptar. No quiero venirme a vivir con él para que después todo se acabe y me deje. Temo pasar por lo mismo otra vez. Me niego a escucharlo deseándome buena suerte antes de verlo saliendo por la puerta así como gatito lo hizo.

—E... Bu... Emn... —Aclaro la garganta.

Ni siquiera logro articular palabra alguna. Mis manos sudan frío y la respiración me falta.

—¿(Tn)? —dice Shanks.

—Yo... emn... bueno..., no sé qué decirte.

Me ha tomado en sus brazos para comenzar a caminar hacia la salida de su oficina.

—No tienes que darme un sí justo ahora pero, me haría tanto bien que aceptaras —Me explica mientras vamos por la amplia, interminable, y elegante alfombra del ancho pasillo con dirección a su habitación—. Me quitarías de encima la preocupación de que vayan a hacerte algo por llegar a mí.

—¿Tan grave es lo que sucede?

Shanks asiente.

Estoy comenzando a preocuparme.

—Tú vives sola, y con lo que sucedió hoy... —Suspira ligeramente mientras frunce los labios, tensa la mandíbula, y niega con la cabeza—. Me he dado cuenta de que no quiero ni puedo correr riesgos de ningún tipo contigo.

—Shanks... —murmuro, a la vez que sonrío e interno mi cara en su pecho y lo abrazo del cuello—. Eres tan lindo conmigo.

—No sé si soy lindo o no, de lo que sí estoy seguro es... —me da un beso en la coronilla de la cabeza—, que no deseo que nada de lo ocurrido con Lucci se repita, y tampoco quiero esperar a que atenten contra ti para tomar cartas en el asunto. Así que por favor, piénsalo.

—Está bien. Me lo pensaré —digo, internando mi cara en el arco de su cuello.

Al diablo mi preocupación. Me siento segura con él.

—Muchas gracias señorita —me besa la sien sin detener su paso.

—Tonto —le susurro casi inaudible.

Me llenas tanto, Shanks...

Llegamos a la cama donde me coloca gentilmente sobre la almohada. Se sube al colchón, de rodillas, a horcajadas sobre mi cuerpo.

—Tengo que confesar que me ha gustado que me digas que confías en mí.

—Es porque siento que puedo hacerlo.