Capítulo XV

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Desearlo es un pecado
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Nos hallamos en la playa, más allá del jardín de la cabaña. Hemos colgado una hamaca debajo de unas palmeras.

Observo a Shanks quitarse la camisa para quedarse en bermudas de verano de color azul celeste.

Ver esos remarcados abdominales de ensueño no pierde el encanto. Cada vez, me atrapa.

Se sienta en la orilla de la amplia hamaca de color azul real.

—¿Qué pasa, señorita? —me pregunta ofreciéndome su mano.

Me veo reflejada en sus lentes oscuros. No quiero quitarme la bata de baño. Sé bien que me ha visto desnuda en innumerables ocasiones, pero todavía no me siento a la altura de un hombre como él.

Además, me da un poco de vergüenza quedarme usando el bañador de dos piezas de color rojo—un juego de tantos—, que ha comprado para mí, porque en estos diez días de descanso, he engordado.

No hago más que comer y follar, y al parecer, las caminatas y el cardio —producto del jaleo antes de cada orgasmo—, no es suficiente para evitarme la catástrofe de la piel sobrante que se ha llenado de grasa en mi vientre, estómago, y brazos a ritmo alarmante.

Mis caderas y mis piernas no están mal, pero no estoy conforme con el resto.

—Nada, es solo que... me encantas —le digo, tomando la mano que ha mantenido alzada en mi dirección durante estos tres eternos segundos.

Me atrae a su cuerpo sentándome sobre su regazo, de espaldas a su estómago. Coloca la barbilla en mi hombro derecho y me abraza alrededor de la cintura dejando sus manos apoyadas frente a mi vientre. Me aferro a sus antebrazos y reposo la cabeza sobre su clavícula izquierda.

Veo al horizonte mientras suspiro llenando mis pulmones con la frescura del viento que nos arrulla. Cielos, la vista es estupenda. Ésta isla es un paraíso, y Shanks es la clave de que toda esta belleza acumulada pase de ser una maravilla a una cosa de nivel casi celestial.

—¿Es eso lo que pensabas? —me ronronea cerca del oído, causándome cosquillas.

Suelto una risilla removiéndome. Lo escucho reír levemente.

—¿En realidad? Sí, era lo que pensaba —giro la cara para encontrarme con el cristal de sus lentes polarizados.

—¿Sólo eso? —me dice muy suave, a pocas pulgadas de distancia de mi boca.

—No.

—¿Qué más? —me pregunta, dejándome un corto pero muy sensual beso en los labios.

—Que cada vez me encantas más que el día anterior.

—Mn... —ronronea enmarcando una sonrisa traviesa. Me besa una vez más, lento, suave, demandante—. Eso me agrada...

Ladeo la cara para aceptar las caricias que sus labios dejan en los míos. Alzo el brazo derecho para abrazarlo por la nuca mientras que mis dedos se internan en su cabello.

»Quítate esto —me dice, tirando de las cintas que mantienen la bata en su lugar.

Desprende las solapas y comienza a besarme el cuello, bajando por todo mi hombro a la vez que me quita la prenda e interna sus manos por debajo de las copas de mi sujetador rojo.

Acaricia mis pezones con sus dedos logrando que suspire.

—Shanks, aquí no —le digo jadeante, presionando su nuca mientras me remuevo sensual sobre sus piernas.

ONE NIGHT STAND ━━  [FINALIZADA] 《16》Where stories live. Discover now