Capítulo 7

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Me sentía como una experta, tras solo limpiar, aplicar una crema y un parche en la herida de Ezra.

-Como nuevo-sonreí.

-Gracias-se rasco la nuca-. Macaria.

-¿Sí?

-Todavía tienes sangre en el rostro.

-¿Qué?-me levanté y me miré frente al espejo.

Me había olvidado por completo que tenía sangre en el rostro, donde definitivamente me iba a quedar un moretón por el golpe que me dio el hombre. Tenía que darme una ducha, no soportaba la situación.

-Yo..yo-balbuceé.

-Ve a darte una ducha, yo me encargo de que nadie se entere de lo que pasó aquí, o mejor dicho de que yo estuve aquí-se puso detrás de mí.

Solo pude asentir.

Fui con pasos lentos hacia mi baño, ignorando por completo la sala donde había ocurrido todo y acordándome como apunté con un arma a ese hombre.

En ese momento realmente me sentía poderosa, como si tuviera el mundo a mis pies y como si fuera otra persona, otra personalidad que no conocía.

Cerré la puerta con llave, me quité con cuidado la camiseta, dejándola sobre el lavado y entrando a la ducha. Dejando que el agua recorra todo mi cuerpo, cerrando los ojos con tranquilidad para no ver la sangre, que solía asustarme mucho.

Después de como dos horas encerrada en el baño, salí de esté, completamente desnuda y con una toalla en el cabello, ya que evidentemente me había olvidado llevar un cambio de ropa. Soy tan inteligente.

-Macaria-se quedó callado cuando me vio cruzando del baño a mi cuarto.

Intenté cubrirme con las manos, pero era imposible.

-¿Por qué te escondes, ya lo vi todo?-dijo en un tono de broma.

-Eso no importa, ya te dije que soy una dama. Ahora date vuelta.

-¿Me estás jodiendo?

-No me estoy riendo, hazlo.

Como si fuera un niño pequeño, se tapó los ojos con sus manos y se dio media vuelta.

-¿Feliz?

-Muy feliz, que caballero, Ken.

-Ezra.

-Ken, bueno me iré a cambiar.

Me coloqué un bralet blanco, una falda azul que llegaba hasta mis tobillos, unas sandalias negras.

Sequé mi cabello y le apliqué algunas cremas, porque sin ellas mi cabello se volvía un asco, lleno de frizz, y me puse un pañuelo azul.

Salí con cuidado a la sala y me encontré a Ezra todavía con sus manos en los ojos.

-¿Estuviste así todo el rato?-pregunté con asombro.

-Exacto, ¿ya puedo ver?

-Podías ver desde hace rato-le dije en un tono burlón.

Saco sus manos de su rostro y parpadeo continuamente, como desorientados.

-Bueno, todo ya está limpio-dijo, sin importancia.

-Ya..-dije incómoda.

-No te olvides de hacer el contrato y dármelo.

-De acuerdo, te lo daré hoy en la noche, en el bar.

-Mejor mándamelo por correo.

-Prefiero entregarlo en persona, puede que lo modifiques y no me de cuenta.

Ich Hasse *Proceso*حيث تعيش القصص. اكتشف الآن