Capítulo 13

1.3K 123 69
                                    

-Mierda, ¿Dios, estás ahí?-murmuré, mientras corría-. Se que he sido una perra, pero soy muy joven para morir, cuando decía que quería matarme era broma, claro que no quiero matarme, o sea a veces si la pienso, pero no, no, de esta forma no-chillé, volteé para ver y estaban corriendo detrás de mí-. Ya fue todo, ya fue todo.

Sentí mi respiración agitada, iba al gimnasio pero no estaba preparada para correr tanto. Volteé en una esquina, pero al instante me di cuenta que fue un error, un completo error.

Dos hombres completamente diferentes a los que había visto se aparecieron frente a mí, agarrándome de los brazos empezaron a arrastrarme y me introdujeron a una camioneta.

Mierda, esta noche al parecer recién empezaba.

-Bueno..-murmuré-. ¿Por qué fueron tan agresivos conmigo?

Me moría de miedo, pero no quería que lo supieran. Podría ser peor y ya había recibido golpes, no quería más.

Tenía a dos hombres a mi costado, uno manejando y otro de copiloto. Iba a terminar muerta, si luchaba contra ellos.

-No hables hasta que lleguemos-gruñó, el hombre de traje que estaba manejando.

-Okey, no hablaré.

-¡Cállate!

-Esta bien me callo-repetí.

-¡Que cierres la puta boca!

-Cierro mi hermosa boca.

Uno de los hombres de mi lado me colocó un pañuelo blanco, cubriendo mis labios para que ya no hablara.

La camioneta se detuvo frente a una fábrica antigua, era completamente roja y tenía letreros por todos lados, cajas y bolsas negras de basura.

Me obligaron a bajar del auto, cuando entramos todo estaba vacío, solo había una silla al centro, que por supuesto era para la invitada especial. Yo.

-Apúrate, nos queda poco tiempo-dijo uno de ellos-. No queremos que el jefe nos dé un tiro a todos.

Me sentaron en la silla, me obligaron a colocar mis manos hacia atrás para amarrarlas, ataron mis tobillos y me sacaron el pañuelo de la boca.

-Gracias, esto es muy cómodo-comenté con sarcasmo.

-Lo mejor para ti- entró por la puerta grande, un hombre canoso con una cicatriz grande que iniciaba en su ceja y terminaba en su labio inferior. A su lado venían mas hombres que traían lo que parecían baldes-. Macaria Herrera, estudias gastronomía, tienes solo una hermana, padres juntos, no tienes muchos amigos, naciste en junio, te gusta la comida colombiana, te gusta la música depresiva, tienes veintidós años, tu novio es Phillip y tu amante es su hermano.

Sorprendida, pensé que la única acosadora era yo, resultó que la investigada terminé siendo yo, nunca me entere que mi vida fuera tan interesante como para que alguien sepa tanto.

-Me dolió la parte en la que dijiste que no tenía muchos amigos-hice una pausa-, pero aparte de todo quiero decirte que te equivocaste en una parte.

-¿Yo, equivocarme?-se acercó a mi.

-Exacto. Yo nunca en mi puta he tenido un amante-sonreí.

-¿Segura?

-Muy segura, yo no miento. De pequeña mi madre decía que si mentía me crecería la nariz como pinocho y yo nunca he querido eso, mi nariz no será la más hermosa de todas pero está bien ahí.

-¿Qué?-me miró confundido.

-Ya sabes, la historia de Pinocho, el muñeco de madera que quería ser un niño de verdad pero que nunca pudo.

Ich Hasse *Proceso*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora