Capítulo 4

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Sé que lo que estoy pensando es una locura, una verdadera locura, pero una locura muy peligrosa y muy tentadora.

-Debo de estar demasiado loca para pensar algo así- digo viendo a Sol.

- ¡Ya sé! - chasqueo mis dedos- Sol si ladras una vez no voy, si ladras dos veces voy- la miro fijamente.

Pasan unos segundos y solo me mira como una loca, sin hacer nada.

-Vamos Sol, si me respondes te doy más croquetas- le insisto.

Y como por arte de magia comenzó a ladrar más de dos veces.

-Y ahora eso que significa, ¿Qué si voy o no voy?

Y comenzó a ladras más veces con desesperación.

-Ok, ok, ya entendí era más fácil decirlo más calmada, pero si insistes, está bien- suelto un suspiro de derrota- te voy hacer caso. Voy a las carreras del infierno.

Me levanto de mi cama para empezar a arreglarme, la parte Sur no es tan cerca que digamos y no quiero llegar tan de noche.

Camino hacia mi closet para sacar un pantalón negro, una blusa blanca de tiras y un buzo cris de tejido a crochet con una abertura en el pecho en forma v para ponérmelo por encima de la blusa, con unos tenis blancos. Me cambio lo más rápido posible.

-Si Sol, si te voy a poner más croquetas, soy una mujer de palabra.

Abro un cajón que tengo guardado comida para Sol con su recipiente, lo pongo en una esquina el platillo de comida.

Tocan la puerta.

-Adelante- alzo la voz para que se escuche.

-Señorita Karen, le traigo su cena- dice James entrando a mi habitación.

-Gracias, lo puedes dejar en el escritorio, por favor.

James asiente, y hace lo que le pedí.

Necesito una excusa para que James no sospeche mi salida.

-James, no te moleste en venir a recoger los platos, yo los voy a llevar, es que tengo mucha tarea y la verdad no quiero ser interrumpida- hablo lo más normal que pueda, ya que por dentro me están comiendo los nervios.

-Está bien señorita Karen, pero por favor no se duerma tan tarde, que descanse- me regala una sonrisa y se retira.

Suelto un suspiro de alivio.

-Bien, que hora son- veo el reloj clavado en la pared- ¡Seis de la tarde! - agarro un bolso negro, guardo mis llaves, dinero y mi teléfono.

-Sol, haces guardia- la señalo con un dedo.

Salgo de mi habitación con cuidado que James no me vea.

Bajando las escaleras escucho un ruido por la cocina, me escondo bajo las escaleras hasta que escucho que apagan las luces, espero unos segundos para estar segura que ya no hay nadie, salgo de mi escondite, camino hacia la puerta, y salgo de la mansión.

Camino por las calles de la ciudad escuchando los sonidos de los carros, bullicio de la gente.

Ahora que recuerdo, no se como llegar yo sola a la parte Sur, estoy en problemas.

No tan lejos de mi observo un taxi.

-Justo lo que necesito- digo para mi dirigiéndome hacia el taxi.

-Hola- digo subiendo al taxi.

-Hola señorita, dígame a donde la llevo- dice el taxista amablemente.

-A la parte Sur de la ciudad- digo un poco bajo avergonzada.

-Disculpe, ¿A dónde me dijo? - pregunta confundido.

Arrástrame A Tu Oscuridad [✓] Libro#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora