𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 // 𝐂𝐇𝐑𝐈𝐒 𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒 𝐈𝐈𝐈

22

||COLIN SHEA||

Miras un documental en la televisión, comes de tús palomitas y disfrutas del documental, hasta que tú puerta fue tocada con fuerza. Arqueas tú cejas, te levantas del sofá y caminas hacia la puerta principal, al llegar la abriste y miraste a Colin; tú vecino de frente, semi desnudo con solo un boxer que hacía notar su leve erección, te sonrojaste y querías cerrar la puerta, pero el entro antes de que la cerras.

—¿Qué haces...

Ibas a decir su nombre hasta que salió una chica morena con su conjunto de lencería, busca a Colin con su mirada hasta que su mirada topa con la tuya.

—¿Esta Colin ahí? —cuestiono moleste.

Niegas con tú cabeza, miras el periódico que está tirado en el suelo, te inclinas y lo tomas para después darle una sonrisa a la chica molesta que está buscando a Colin. Entras a tu departamento y miras a Colin sentando en el sofá mirando tú documental comiendo de tus palomitas.

—¿Qué carajos haces en mi sofá semi desnudo Shea?

Tú voz molesta hizo que se levantará con rapidez, su mirada bajo por tu blusa blanca holgada que muy apenas dejaba ver tus bragas, pero eran notable para él.

—Necesito quedarme aquí y ella no se irá hasta mañana —dijo con calma.

Ruedas tus ojos, sabiendo que de todos modos él jamás te haría caso. Te acercas al sofá y te sientas, Colin sonríe y se sienta a tú lado. Ambos miraron el documental hasta que terminó y él puso una película más, tú fuiste hacer más palomitas y volviste al sofá.

—Dime algo "T/N" —hablo haciendo que dejaras de ver la televisión.

Giraste a ver a Colin el cual te dio una Sueve sonrisa.

—¿Qué? —dices con palomitas en tú boca, Colin río en voz baja al escuchar tú voz.

—¿Por qué no te casaste? —inquirió.

Su pregunta te hizo recordar a tú prometido en el altar esperándote y tú huyendo para no casarte, hasta que llegaste a Boston y encontraste este departamento.

—No lo entenderías —respondes sabiendo que él jamás tuvo una relación seria.

—Puedo tratar —insitio sin dejar de mirarte.

Sueltas un suspiro—. Cuando lo mire en el altar, él se miraba feliz, alegre —contaste, mientras que Colin te sigue mirando atento—, todos sonreían, algunos lloraban de alegría y otros se mantenían serios con felicidad. Pero yo no lo era —le das una media sonrisa, Colin empieza a jugar con tu cabello y tú sigues contando—, yo no tenía esa sonrisa en mi rostro o en mi corazón, yo no lloraba de felicidad por el día más feliz de mi vida, entonces salí corriendo de la iglesia y tome el primer vuelo que mire y me trago aquí.