Capitulo 47

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Su pulso se encontraba descontrolado, no estaba comprendiendo nada, al ingresar al departamento, lo primero que vio fue a dos de los hombres de Anton, dos que no reconocía pero que suponía trabajaban para él, se encontraban junto con un pequeño niño, de cabello negro, el mismo niño que podía reconocer de la foto que había visto hace un tiempo en la billera de Anton y el cual al verlo se levantó corriendo para abrazarlo, en medio de sollozos como si él fuera su todo.

Quien era ese niño?

- папа, я боюсь- escucho decir al pequeño, sin comprender nada.

Anton lo sostuvo en sus brazos consolandolo, tratando de calmar su llanto, mientras el ojiazul no había dado un paso más allá de la puerta.

La imagen frente a él, le estaba produciendo una opresión en el pecho que se hacía más grande con cada segundo, más doloroso cuando comenzaba a entender el por que del parecido de ambos.

Ese era su hijo, Anton tenía un hijo y se lo había ocultado durante todo ese tiempo.

Retrocedió dos pasos, tratando de huir de esa nueva realidad, pero el de ojos oscuros le pidió que no lo hiciera con tan sólo una mirada.

- Solo... dame unos minutos cachorritos- soltó aún con el pequeño en brazos.

- ¿Para que?- cuestionó con frialdad.

- Tenemos que hablar.... déjame explicarte.

- Para que me vuelvas a mentir !!- soltó alterado, pero al instante llevo sus manos a tapar su boca cuando el niño se había sobresaltado por su culpa.

- Solo dame unos minutos por favor, solo te pido eso.

Sus pies parecían tener vida propia, comenzó a moverse de un lado a otro, lleno de ansiedad, el dolor que había sentido minutos antes seguía ahí, pero junto con este, tenía unas ganas enormes de golpear al pelinegro.

Transcurrieron a penas diez minutos, o quizás fueron más, cuando Anton apareció en su radar luego de llevar al pequeño niño a la habitación. Estaban solos.

- Eres un maldito!!- explotó lanzándose encima del pelinegro, golpeando su pecho con toda la fuerza que pudo reunir- eres un mentiroso, te odio!!

- Ya calmate!!

- Me vas a negar que ese niño es tu hijo!!- cuestionó con su mirada clavada en sus ojos oscuros, miestras le aprisionaba las manos.

- No lo haré, él es mi hijo- confesó y sus palabras fueron como dardos para él- cachorrito, mi círculo es muy complicado, y de eso lo estaba protegiendo, nadie lejos de mi familia conoce de su existencia, él.... tú...ustedes son lo único bueno que hay en mi vida, lo único real, y la verdad es que luego no sabía cómo decirlo, yo no quiero perderte.

- ¿Crees que te perdonare algo como esto?- cuestionó ignorando sus palabras, lo único que estaba en ese momento grabado en su mente, era la mentira, en como le había ocultado algo tan importante como era la existencia de un hijo.

- Quiero que me comprendas- pidió sin soltarlo.

- ¿Tan bien me dirás que estas casado?- soltó con dolor, no queriendo escuchar una repuesta afirmativa.

- No, claro que no, cachorrito, sólo eres tú, no existe nadie más- dijo tratando de acercarse.

- ¿Que le pasa al niño, por que estaba en ese estado?, ¿donde esta su madre?- preguntó sintiendo una preocupación real, ignorando todo lo demás, ignorando el alivio que sintió con su respuesta, no debía ser así, no debía importarle ya.

- Paso algo que pronto solucionare- soltó sin añadir nada mas.

- Ves... no confías, todo te lo guardas, me tratas como si fuera un idiota que no podría entender nada!!- soltó liberandose de su agarre- quiero irme, no puedes retenerme aquí.

Ataduras (+18 Homoerotica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora