¿Lo conseguí?

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La pelinegra respiró hondo antes de tomar un vistazo a la lista de plazas.

Lentamente quitó la mano de su amigo de su hombro mientras su amontonaba entre la masa de personas.

La lista empezaba con el número cincuenta. Iba de mayor a menor, de modo que el mejor lugar era el último.

A diferencia de muchos, GoGo empezó a buscar su nombre desde el número cincuenta, no el uno.

A medida que iba avanzando en la cuenta de números su confianza se iba haciendo mayor pero cuando llegó al número diez y su nombre todavía no salía, un poco de preocupación la invadió.

Su dedo se deslizo con delicadeza por los últimos números.

3.-Javier Ternecie

2.-Jaime Reeteen

1.-Leiko Tanaka

Una sonrisa se formó en sus labios y volteó a ver al pelinegro.

Un simple gesto les indicó a los dos que todo estaba bien.

La pelinegra salió de la multitud de estudiantes, haciendo caso omiso a las miradas de odio y admiración de sus compañeros.

Se abrazó fuertemente al pelinegro.


-¿Qué lugar fue?-Murmuró él.

-El primero.-Respondió ella, sonriendo.


El la abrazó todavía más fuerte.

Se quedaron así unos momentos hasta que alguien tocó el hombro de la pelinegra.


-¡Felicidades, GoGo! ¡Has hecho un muy buen trabajo!-Le felicito la castaña.

-Oh, directora Corona. Hola. Muchas gracias por sus felicitaciones.-Dijo la pelinegra sonriendo levemente mientras se separaba nerviosamente de su amigo.

-¡Dios mío, cariño! Llámame Tara. Después de todo vamos a ser familia.-Habló la directora mientras la abrazaba.


La pelinegra en vez de devolverle el abrazo, solo la apartó con delicadeza.


-No me gusta mucho abrazar, Tara.-Explicó la pelinegra.


La castaña solo volteó a ver al chico y después a la prima de su futuro yerno.


-Claro. Como digas, corazón. En fin, toma la llave de tu oficina. Te lo ganaste.-Sonrió la castaña mientras dejaba caer unas llaves sobre la palma de GoGo.

-Gracias.-Agradeció la pelinegra.

-De nada, GoGo. Adiós, señor Hamada.-Se despidió la directora.


GoGo se quedó viendo las llaves en sus manos unos momentos y Hiro la abrazó por detrás.


-¿Quién era ella?-Murmuró en el oído de su amiga.


La pelinegra se sonrojó antes de contestar:


-La directora. Ponte a conocer más tu Instituto.

-No. Eso ya lo sé. Mi pregunta era: ¿Por qué te llamó familia?-Murmuró otra vez el chico.

-¡Ah, eso! Mi primo está saliendo con su hija.

-Era eso, por un momento pensé que estabas comprometida con uno de sus hijos.-Bromeó Hiro.

-¿Y dejarte a ti? Ni lo pienses.-Respondió ella con una sonrisa.

-Eres toda una hima. ¿Lo sabías?

-Y tu eres todo un wuangja. ¿Lo sabías?


El chico sonrió y murmuró:


-La princesa Japonesa y el príncipe Coreano.

-Siempre que tu seas mío, podemos ser lo que quieras. Reyes, dragones, patos, pájaros, bolsas de basura.

-¿Bolsas de basura?

-Lo que quieras, mientras estemos juntos, todo me da igual.


Los dos sonrieron y entonces GoGo se dio cuenta de algo.


-¡Tenemos que avisarle a los demás!





#Here4you ||HiroGo|| #TheWattys2015Where stories live. Discover now