CAPÍTULO XXXIV

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Una vez que Adrian abandonó la fortaleza de Azami, la mujer de inmediato corrió a buscar a Morrigan

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Una vez que Adrian abandonó la fortaleza de Azami, la mujer de inmediato corrió a buscar a Morrigan. La chica se encontraba encerrada en su habitación, leyendo un viejo libro que se había encontrado en la biblioteca medio destruida de la base de Nakamura. Morrigan levantó la mirada y observó a Azami, de pie en el umbral de la puerta, observándola con atención.

-¿Puedo ayudarle, Teniente Nakamura? - Preguntó Morrigan un poco asustada ante la repentina presencia de la mujer.

-No, te agradezco - Balbuceó Azami - Sólo me preguntaba si te encontrabas bien y a salvo - Dijo de manera hipócrita.

-Gracias - Suspiró la joven - Estoy bien, un poco aburrida y... - Comentó pero fue interrumpida por Azami.

-Entonces la dejo disfrutar de su lectura - Sonrió Azami de manera siniestra - La veré a la hora de la cena - Finalizó y cerró la puerta de la habitación.

Morrigan lanzó un suspiro y dejó el libro a un lado de la mesa de noche, la chica se recostó sobre las almohadas para mirar un rato al techo mientras se rascaba la cabeza. No estaba feliz estando ahí encerrada y sola junto a esa mujer. Pero, ¿qué carajos? No estaba sola, ¡AB estaba en el War Hawk! Ella podría salir de la habitación e ir con AB para pasar el rato con él, tener una charla y ¿quién sabe? Intentar comunicarse con Adrian o con su tío Liam.

Morrigan abandonó la habitación pero trató de ser lo más sigilosa posible. No quería toparse con Azami o con ese par de moles humanas que eran los guardaespaldas de Azami, no le gustaba la pinta de esa pareja, eran demasiado hostiles y gruñones. La joven caminó lentamente por los pasillos, para su fortuna no había nadie cerca y eso la hizo sentirse aliviada.

De pronto, Mor escucho la voz de Azami, la mujer se escuchaba eufórica y un tanto amenazante, pero lo que más la sorprendió y la llenó de terror fue escuchar la voz del hombre con quién Azami hablaba.

-¡No puede ser! - Gimió Morrigan y llevó su mano hasta su boca - ¡Está hablando con Beckett! - Dijo para sus adentros - Pero, ¿por qué? ¿Cómo lo encontró?

La joven Stone suspiró y caminó sigilosamente hasta la estancia. La puerta de la habitación estaba abierta y pudo asomarse un poco para observar con atención. Azami se encontraba sentada frente a un monitor que proyectaba la imagen de Tristan, quién se carcajeaba al escuchar lo que Azami le comunicaba.

-Así que puedes venir ahora mismo - Murmuró Nakamura - La chica está sola y Haggard muy lejos, ¡será pan comido para ti! - Sonrió - Pero no te demores ya que quiero deshacerme de ella cuanto antes - Exclamó y soltó una gran carcajada.

-Vaya, vaya - Murmuró Beckett sin dejar de sonreír - Sí que eres eficiente, Azami, no la inútil que pensaba que eras.

-¡Mide tus palabras, Beckett! - Murmuró la mujer convirtiendo esa momentánea alegría en ira - Sabes que si lo deseo, puedo eliminar a es joven y mandar a la mierda tus propósitos.

SYNTHETIC PARADISE (A NEW MISSION)Where stories live. Discover now