𝐄𝐥 𝐉𝐮𝐠𝐥𝐚𝐫 (Fremione)

20. La Espada En La Piedra

Fred despertó en la caverna, los objetos habían desaparecido y el pelirrojo llevó su mano a su pecho instintivamente

Conjuró un espejo y se abrió la camisa para mostrar su torso

Una mancha negra en forma de candado, con algunas venas de igual color se denotaba en el centro de su pecho

Fred sonrió, finalmente había conseguido atrapar la maldición utilizando su alma como un depósito

-Fred...- lo llamó Fabián

-Funcionó Fabián, finalmente podré destruir esta maldición.- Fred sonrió abotonandose la camisa

-¿Que sucederá con tu esposa...?.-

Fred dejó de abotonarse

-Ella va a estar bien, ya dejé todo preparado para que así sea...- Fred respondió con una sonrisa

-No tienes por qué hacer esto...-

-Sabes que si Fabián, alguien debía terminar con esta maldición.-

-Pero...-

-Es lo mejor, para mi hermano, para mis futuros sobrinos, para liberarte a ti y a los demás...- Fred volteo a ver a su tío

-No le hagas a Hermione lo que yo le hice a Madeline...- Fabián derramó unas lágrimas

Fred le dio una sonrisa triste

-Ella lo entenderá...-

-¿Cómo lo sabes? ¿Cómo estás tan seguro de que ella lo entenderá?, que su esposo se suicide solo para salvar a un par de almas atormentadas y unos niños que ni siquiera llegarás a conocer... Fred... Por favor no lo hagas...-

Fabian sollozó bajando la mirada al suelo

-Lo siento Fabián, ni tú ni yo elegimos llevar en nuestros hombros una carga tan pesada... Tú hiciste un sacrificio en tu tiempo por lo que creíste que era lo mejor, y yo me sacrificaré para que nadie más deba sufrir lo que tú y yo debemos hacer...-

Fred se terminó de acomodar las ropas

-No tenías por qué cargar con todo esto Fred... Eres un chico maravilloso y valeroso, se que no es mucho viniendo de un simple recuerdo atrapado en libro pero... Fue un verdadero placer conocerte, sobrino... Gracias...-

Fred por primera vez, se quedó serio y se giró para ver al joven que lo acompañó desde las sombras durante su vida

Fabián terminó de desaparecer en ese momento, mientras derramaba algunas lágrimas

Fred le sonrió al recuerdo de su tío y una lágrima traicionera bajó por su mejilla

-Adiós, tío Fabián...-

Fred se limpió las lágrimas con la manga de su túnica y se giró sobre sus pies, con la mirada decidida

Ahora sólo quedaba destruir la llave para sellar por toda la eternidad la maldición de los gemelos Prewett...

Pero eso se lo reservaría para un momento más adecuado

Con discreción, volvió a la superficie y se aseguró de dejar bien sellado todo antes de regresar

Ahora debía devolver la varita de saúco a su legítimo dueño

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Con destreza logró llegar hasta la tumba de Dumbledore, y pidiéndole mil disculpas mentales devolvió la varita a su legítimo dueño

-Lo siento profesor.- murmuró Fred incómodo mientras cerraba nuevamente la tumba de Dumbledore