Día 25 - Futuro

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Scorpius Malfoy odiaba las clases de historia. Creyó que al ser impartida por un fantasma al menos eso sería interesante pero en realidad era todo lo contrario. El fantasma hablaba y hablaba de guerras de duendes y figuras históricas en una voz monótona e ininterrumpida. No importaba cuantas preguntas se atrevían a hacer los Ravenclaw, el fantasma los ignoraba y continuaba con su lección como si eso aclarara las dudas.

Había intentado quejarse con su padre, pero él estaba demasiado ocupado con sus hermanas y la magia accidental que casi hacía explotar la mansión en más de una ocasión. Lo intentó con su madre pero estaba tan enferma que se quedó dormida antes de que Scorpius pudiera siquiera abrir la boca. Miró a su abuelo pero el hombre cortó su visita con una excusa u otra sobre llevar chocolates a su abuela.

Para su sorpresa, fue el padre de su abuelo el que lo invitó a desahogarse con él, diciendo que la vida de una pintura era aburrida y que, de haberlo sabido, nunca hubiera dejado que lo inmortalizaran en un retrato. Lo mejor de todo era que el retrato de su abuelo lo mostraba joven, casi recién graduado de Hogwarts, y conocía al fantasma del que tanto se quejaba su nieto. Y, además, él mismo había asistido a Hogwarts con dos de las figuras mágicas más importantes como compañeros.

—Ah, sí. Una vez le hice una pequeña broma a Potter, no terminó bien —contó Draco —por suerte Riddle nunca supo que yo estuve involucrado, si no nuestra familia terminaba conmigo. Si tienen hijos o nietos o lo que sea —al parecer a los retratos ya no les importaba, o no notaban, el paso del tiempo y las generaciones —mantente alejado de ellos y por ningún motivo les des razones para atacarte. Juro que Potter debió haber estado con nosotros en Slytherin. Aunque siempre andaba metido en problemas, como todo un Gryffindor —añadió pensativo.

Scorpius aprendió muchas más cosas del retrato de su tatarabuelo que de su profesor muerto de historia. Ya nadie parecía recordar que Potter era tan bueno con la magia como Riddle lo fue. Scorpius creía que hasta fue mejor, y que sus acciones ocultas al público fueron, mayormente, lo que le permitía a Riddle sus victorias sin mucha oposición. Además, la historia giraba principalmente en Tom, y si no fuera porque Harry se convirtió en un Riddle seguramente la historia lo hubiera olvidado.

Quizá el abuelo Draco tenía razón y Potter, después Riddle, debió haber estado en Slytherin desde los once años. Había logrado más cosas que cualquier otro, y el único nombre que la historia resaltaba era el de su esposo. Scorpius se preguntó si él podría hacer algo así, usar las ambiciones de alguien más para llegar a la grandeza sin tener que ser el rostro público de su causa. O, como Tom, llegar a tener a alguien que lo siguiera y lo apoyara desde las sombras, deshaciéndose de sus enemigos sin dejar rastro.

—Abuelo Draco, ¿sabes qué pasó con ellos después? —preguntó Scorpius, imaginando una vida en que él también aportara al mundo mágico para su beneficio, especialmente en el área de medimagia —Binns no dijo cómo murieron e ignoró todas las preguntas que le hicieron, como siempre, y solo empezó a hablar sobre la creación de Azkaban.

Draco frunció el ceño.

—En realidad no lo sé —respondió después de un momento —creo que no han muerto. Han de ser muy viejos si aún viven. Aunque, ahora que lo mencionas, había algo raro en ellos. No envejecían como nosotros, y la verdad no creo que su poder tuviera algo que ver. Dumbledore era igual de poderoso y al final también debía morir. Nadie vence a la muerte —ladeó la cabeza y miró hacia arriba, tratando de hacer memoria —era como si los Riddle envejecieran más lento, y como si ellos mismos se aplicaran el glarmour que los hacía ver de su edad. ¿Dices que Binns no mencionó su muerte?

—Nada —Scorpius negó con la cabeza —es como si sólo hubieran desaparecido. Un día Tom se retiraba de ministro y nombraba a un sucesor que cuidara de los niños en su mansión, y al siguiente no había rastro ni de él ni de Harry. Ni de su mascota serpiente —sonrió al recordar ese pequeño detalle de la familia Riddle.

Draco parecía anonadado. Él siempre había creído que Potter era más que el inocente huérfano que se enamoró de una serpiente astuta. Claro que, como seguidor de Riddle, nunca se detuvo a reflexionar sobre lo fácil que le era subir de puesto o llegar al poder. Nunca se preguntó qué le ocurría a esos pobres magos y brujas que se atrevían a criticar u oponerse al Slytherin. Nunca aparecieron, ni vivos ni muertos.

Entonces recordó que una vez fue el mismo Potter el que desapareció por poco más de un año. Recordó las noticias que sacudieron al mundo mágico: primero, la muerte de uno de los magos más poderosos de la época y su varita pérdida, y segundo, la muerte de dos alquimistas que ya habían vivido demasiado tiempo.

Para ese momento, Draco había creído que Dumbledore se había buscado el ataque, que se lo merecía después de todo lo que había hecho en el nombre de la luz. Creyó que alguien había logrado robar la piedra filosofal y habría un mago o una bruja presumiendo riquezas inalcanzables y oro a montones. Pero ahora... Ahora recordaba una leyenda, un mito, sobre tres hermanos y tres objetos, un título que, junto a la piedra filosofal, volvería a quien los tuviera completamente inmortal y eternamente joven.

—No lo sé, Scorpius —suspiró, tratando de no mostrar lo aterrado y encantado que se sentía —Quizá solo decidieron irse antes de morir, o quizá siguen por el mundo, viajando y arreglando lo que creen que necesita ser arreglado —miró a su nieto a los ojos, unos ojos casi idénticos a los suyos —solo prométeme que no te meterás en problemas.

Scorpius pareció confundido pero asintió con la cabeza.

Mientras tanto, dos jóvenes magos disfrutaban de la compañía del otro en otra parte del mundo. Había un mapa en una mesa. Inglaterra estaba tachado en rojo, por el momento, y había marcas azules en Francia, España y Alemania. Círculos verdes encerraban Noruega, toda América, y varias partes de Asia. También había periódicos de todas partes del mundo y diferentes libros sobre diferentes idiomas. Y una serpiente dormitaba frente a la chimenea mientras digería una presa grande, casi del tamaño de un humano adulto.

Evil grows in meWhere stories live. Discover now