Capítulo XXIII

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No no están viendo mal, hice dos actualizaciones en un día... No se acostumbren, si este fanfic termina este año será por pura suerte 😅😅😅

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La ojiazul abrió los ojos con dificultad y soltó un suspiro estirando su cuerpo aun acostada sobre las sabanas de la cama de Tori, notando que se encontraba sola. La luz fuerte de afuera indicaba que quizá ya era algo un poco tarde.

Seguía tan cansada, incluso mas que la última vez que tuvo sexo, se extrañó un poco de la escasa resistencia de su cuerpo en esta ocasión. Estaba tan adolorida y adormilada que pasó por alto el hecho de no tener a la castaña a su lado, enfocada solamente en tratar de volver a dormir, dando la vuelta y tomando otra almohada para acurrucarse, hasta que sintió el peso de otra persona en el espacio libre al que le había dado la espalda hace un segundo.

—Despertar, levantar, ya es hora vete a arreglar— escuchó a Tori improvisar una canción mientras abrazaba a Jade por la espada y recargaba el mentón sobre su hombro —este día va a ser muy genial, nos vas a brindar honor.

—¿Siempre te despiertas de ese humor?— preguntó Jade sin moverse un centímetro.

—Por lo regular... pero hoy se multiplicó por mil— Tori quedó sentada a un lado de Jade comenzando a peinar el cabello alborotado de la chica -por cierto, tu voz ronca al despertar es muy sensual.

—Lo sé, todo lo que respecta a mi es jodidamente sensual— la castaña rio dando un golpe juguetón en el hombro de Jade.

—Anda, arriba.

—No... tengo sueño.

—Vamos, tienes que levantarte.

—Pero estoy muy cansada, me duele todo ¿que tú no te sientes así?

—Bueno, físicamente siento como si hubiera sido arrollada por un tren, pero mentalmente... creo que pudría darle la vuelta el mundo con solo saltitos— Jade se removió, pero no se levantó.

—Voy a quedarme aquí hasta el siguiente siglo— la gótica levantó las sabanas hasta poder taparse la cabeza.

—Vamos, te preparé el desayuno— Tori se levantó de la cama, no sin antes dejar un beso leve sobre la cabeza cubierta de Jade.

—¿Me preparaste café?

—Con dos de azúcar— dijo Tori como último antes de salir de la habitación.

Jade sonrió para si misma antes de sentarse en la cama y volvió a estirar los bastante agotados músculos de su cuerpo. Estaba hecha un desastre, su cabello estaba muy enredado y hasta un tanto grasoso debido los mimos recibidos de parte de Tori, se sentía sucia y pegajosa  por la mezcla de sudor, fluidos y saliva secos que había regados por todo su cuerpo.

Después de unos segundos de haber estado en la misma posición mirando el zapato que se había quitado a la noche anterior mientras su mente vagaba en todo lo que había pasado, volvió a la realidad para vestirse.

Salió tallando su cara con su mano sin despejarse por completo todavía, bajando las escaleras con cuidado por el ligero dolor en sus piernas, encontrándose finalmente en la cocina a Tori terminando de poner el último waffle sobre el plato en el centro de la mesa dónde ya había otros waffles, además de eso había una jarra pequeña con jugo de fresa o probablemente cereza, un frasco de mermelada, un frasco de crema de avellana, miel dentro de un envase en forma de oso, una botella de jarabe de chocolate, un tazón con frutos rojos y finalmente dos tazas de humeante café.

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