❝ Niebla ❞

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contenido explícito, (si pueden escuchar la música es mejor :)

Ninguno de los dos se movía, la canción de Jazz había terminado y también el canto de Robert. Solo nos mirábamos uno al otro, con las mejillas sonrojadas. Él tenía su peso sobre mí pero sin dejarse caer completamente, sus rodillas a cada lado de mi cintura aprisionandome con el calor que emanaba su cuerpo.

"¿Me prestas un cuadernillo para escribir?"

"Sí, puedes tomarlo" me esforcé a responder, lamiendome los labios y tragando saliva. Mis manos, seguían en sus hombros, y sin darme cuenta estaba apretando la tela de su sudadera negra con mis dedos. Seguíamos quietos, indecisos, y yo cada vez más desesperada por su toque. Alcé una de mis piernas con la intención de hacerme de lado finalmente, pero mi rodilla golpeó muy cerca de su pelvis, su mano izquierda fue a mi pierna de inmediato, como un movimiento reflejo, apretando la piel de mi muslo con sus dedos, su tacto frío me hizo soltar un jadeo "Lo siento" susurré, Robert se acomodó entre mis piernas en un movimiento brusco, volví a soltar un suspiro, uno lleno de anhelo.

"No te muevas, por favor" murmuró, ocultando su rostro sobre mi cuello casi avergonzado, sus labios hicieron cosquillas sobre mi piel y sentí su respiración que se agitaba, su corazón latía rápido y golpeaba contra mi pecho. Me quedé quieta, sintiendo que también me agitaba. Pronto, volvió a acomodarse, rozando la tela de su pantalón contra la mía, sus dientes rozaron la piel de mi cuello, repartiendo besos hacia mi hombro, hasta donde mi sudadera se lo permitiera. Se separó un poco, apoyándose sobre sus codos, mirándome con ojos brillantes para besar mi frente y llevar su nariz a mi cabello "¿Puedo tocarte?"

Sus palabras fueron un susurro que me ocasionó escalofríos. Asentí, quería tener su tacto de nuevo conmigo, que sus dedos saciaran el picor de mi piel; y así fue, lentamente, deslizó su mano derecha hasta mi vientre, alzando la sudadera, el frío azotó mi estómago, pero pronto, el calor me envolvió, sus dedos se pasearon arriba de mi ombligo, descansando toda la palma ahí, yendo hacia arriba, hasta mi pecho, ambos jadeamos, no llevaba ropa interior, y en cierta forma, estábamos menos indecisos o avergonzados que anoche, el movimiento insistente en sus piernas, rozando las mías cada tanto también era impaciente. Sus dedos acariciaron ahí, deslizándose como agua hasta el otro pecho, mi espalda se arqueó, abrí mis ojos sorprendida por aquella reacción, y él dibujó una sonrisita en sus labios. Me reí, cerrando los ojos, atrayéndolo con mis piernas, enterrando mis talones en su espalda baja, el calor se acumulaba en algún lugar bajo mi vientre, y cada vez se sentía más húmedo ahí, mis pechos pronto dolieron, desesperada por más roces, la espalda también daba cosquilleos, recorriendo toda mi columna. Miré a Robert con ojos brillantes, miré sus labios rosados separados, y su nariz redonda, el hoyuelo en su barbilla, las pobladas cejas y largas pestañas, era, hermoso.

"¿Podemos hacerlo de nuevo?" susurré, él soltó un suspiro

"Si, también quiero hacerlo de nuevo" sonrió, mostrando las perlas blancas de sus dientes.

Just Like Heaven | PAUSADAWhere stories live. Discover now