Capítulo 4 - "Mudanza"

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THEA.

Abrí mis ojos y pude notar una presión en mi barriga.

Volteé hacia abajo encontrándome con la cabeza de Luck. Fruncí el ceño y miré hacia ambos lados, ¿por qué mierdas estabas en el suelo?

—Pato — lo comencé a mover.

—Shh — dijo todavía con los ojos cerrados.

Tallé mis ojos y quité la maraña de cabello que tenía sobre el rostro.

—Fue tu culpa — habló con su voz mañanera.

Lo miré — ¿Por mi culpa terminamos en el suelo?

Abrió los ojos y me miró — Tú comenzaste a quitarme la cobija, y yo te la quité. Y luego te bajaste al suelo y así terminamos — se levantó y vi su bóxer bien pegado a su trasero.

Reí — ¿Por qué el trasero de los hombres es tan raro?

Él volteo y me miró — ¿Y cómo sabes que los otros no ven raro tu trasero?

Entrecerré los ojos — ¿Acabas de decir eso para ver mi trasero?

—Sip — sonrió lanzándome un pans negro.

Lo tomé y me levanté — Tu trasero se ve más raro.

—Mi trasero está bien — se acostó sobre la cama.

—Pues el mío también.

Luck sonrió y desvió la mirada.

—Por eso, nos invitas el desayuno —reí y le lancé su pans.

Caminé hasta la habitación de Tommy y lo vi acostado en su cama, con una pierna y un brazo fuera de la cobija, con la boca abierta.

Sonreí y caminé hasta el armario, tomando una blusa blanca de tirantes y unos jeans claros de corte recto. Me coloqué un suéter azul bajito y tomé un bolso blanco.

—Buenos días estrellita — dije picándole el brazo a Tommy.

LUCK.

—Número un millón quinientos cincuenta mil — dije arrastrando los pies.

Teníamos como dos malditas horas viendo departamentos para la universidad. No tenía ni la menor idea de cuándo o cómo había pasado, pero ahora yo era parte del plan.

—Cuatro recamaras con su baño propio cada una — el chico comenzó a mostrarnos el departamento — cocina con desayunador de granito pulido, sala con tres sillones muy amplio, dos cuartos de lavado, cochera para tres autos jardín en la parte trasera y una pequeña piscina.

Tommy miró a Thea con los ojos casi brillándole.

— ¿Cuál es el precio? — pregunté.

El chico me dio la tarjeta.

—Pasa el presupuesto — dije mirando a mi hermano.

Él se dobló — Mierda.

—También tengo otro muy parecido, cerca de esta zona — le chico miró a Thea.

Ella sonrió — Lo queremos ver por favor.

La miré —Noo — negué — ¿otro más?

Volvió a sonreír — Otro más.

El chico nos miró y suspiré para luego asentir. Los tres nos subimos a la camioneta siguiendo el GPS para llegar al nuevo departamento.

— ¿Qué ustedes no se cansan? — miré a Tommy por el retrovisor.

Until YouuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora