Naruto se encontraba apoyado en una barandilla de protección que corría a lo largo de una vereda donde se levantaba una tienda de alimentos muy pintoresca.
Tenía las manos en los bolsillos del pantalón, y una expresión tranquila. -(Se está demorando un poco más de lo habitual-ttebayo)- Ahogó un bostezo y observó distraído a su alrededor.
La gente iba y venía con bolsas de compras. A unos pocos metros de él había una plaza cuyos bancos y cafés estaban muy concurridos, mientras los coches pasaban sobre el asfalto. El ambiente de la ciudad era tranquilo y silencioso, casi adormecedor. Resultaba difícil imaginar que esta ciudad estaba situada en el inframundo, y poblado por demonios.
-(Hace un buen día hoy)- Naruto cruzó las piernas, y miró hacia el cielo que estaba completamente despejado y tan claro que podía verse la luna artificial aunque era medio dia. Una sonrisa se dibujó en su rostro sin poder evitarlo -(Oji-chan tenía razón, el tiempo vuela cuando te diviertes)-
Ya había pasado casi un año desde que conoció a Venelana, Grayfia y Yasaka, y aunque al principio le había costado vivir con ellas, porque no las conocía y porque estaba habituado a vivir solo desde que tenía memoria, con el pasar de los meses sus figuras se habían vuelto cada día más importantes para él. Se había apegado tanto a ellas, en especial a Venelana.
Sonrió al pensar en ella.
Venelana le había revelado la verdad, sobre su amnesia y rejuvenecimiento. Le contó su vida, sus batallas con un tal Gaara, con los akatsuki, su entrenamiento con un señor de nombre Killer Bee, el nombre de sus amigos, su relación sentimental con Hinata, y la muerte de Hiruzen, eso último lo dejó devastado por unos días. Intentó recordar todo lo que le había contado Venelana, pero por más que intentara no lograba iluminar el espacio oscuro que había en su mente. Su último recuerdo era de estar acampando en la orilla de un río con su oji-chan(Hiruzen). Desde ahí era como si su mente llegara a un abismo. Antes no lo había notado, pero ahora que era consciente de su problema, realmente podía percibir el vacío, sentirlo en toda su magnitud. Un gran lapso de su vida era ahora un abismo inmenso y al parecer impenetrable, la sensación no podía ser más desagradable. Ajuka también le había dicho que su amnesia tenía que ver con algún trauma que no había podido soportar. Su mente había decidido bloquearle la memoria para protegerlo.
Ese dato lodesanimó de intentar recuperar sus recuerdos. Así que por ahora, se obligó a centrar la mente en el presente. Tenía que vivir para el futuro, no para el pasado.
