Aishas

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Li Xian tenía mucho dolor. El parto se había adelantado y ahora las contracciones le robaban el aire y la vida misma. Aún así aguantaba cada oleada de tensión y tormento, pero su cuerpo se desgastaba, se retorcía de angustia y no pudo evitar gritar con su voz omega. Su voz que demandaba ayuda de su alfa, con esa llamada de la naturaleza insondable que le unía a Yu Hao irremediablemente.

A pocos kilómetros el alfa recibía el grito de angustia de su omega y las entrañas se le abrieron en canal. 

Meses atrás

La señora Yu era una omega que sabía su lugar. No tenía expresiones de emoción desmedidas, se le presuponía un saber comportarse que llevaba a rajatabla. Pero cuando supo que Yu Hao estaba en casa se apresuró como nunca  a llegar a su habitación donde le habían dicho que estaba para cambiarse de ropa. Hacía muchos meses que no veía a su primogénito debido a la relación con su omega que no era aprobada por Yu Xing Si . Saber que podía ver a su amado hijo en ese mismo instante, hizo que su pasión de madre superara a su prudencia de omega.

—¡HaoHao, hijo, qué alegría de verte!

Apenas pudo seguir con su expresión feliz porque Yu Hao era un mar de lágrimas, sentado sobre su cama y completamente destrozado. El alfa levantó la vista y al ver a su madre que despacio y con cara de incredulidad cerraba la puerta tras de sí, fue a su encuentro y se abrazó a ella.

—Äiti, tienes que ayudarme por favor, no puedo confiar en nadie más. Ayúdame äiti, te lo ruego.

—Tranquilízate hijo, qué ocurre.

—Äiti, mi padre ha encontrado la manera de atacar a Li Xian y no puedo protegerlo. Necesito que me ayudes a esconderlo por favor.

—Pero hijo, qué puedo yo hacer ante el poder de tu padre.

—Äiti, he dejado a Li Xian, él estará desesperado, seguro que viene a buscarme pero no puedo acercarme a él. Por favor, encuéntrate con él y ayúdalo a salir del país sin ser visto. Äiti, Li Xian está esperando un hijo mío, si mi padre se entera lo matará y matará a mi cachorro con él sin dudarlo. Ayúdame, te lo ruego.

El corazón desesperado de Yu Hao latía frenético contra la mejilla de su pequeña madre. La señora Yu estaba completamente abatida de ver así a su hijo, su fuerte e indestructible hijo que ahora era un niño pequeño indefenso a merced de los designios de su padre.

—Está bien, moveré algunos hilos y pondré a tu omega y a mi nieto a salvo.

—Nunca le cuentes esto a nadie, no reveles su paradero äiti, ni siquiera a mí. Nunca me digas dónde está Li Xian porque tarde o temprano querré ir a buscarlo, sobre todo cuando se acerque la fecha del parto. No puedo arriesgas la vida de mi omega y de mi hijo yendo hasta ellos. Tienes que alejarlo lo más posible de aquí.

La señora Yu abrazó con más fuerza a su nunshi, estaba en un gran problema. Li Xian no era alguien que entrara en sus cánones de un omega para su hijo, pero era el omega que amaba Yu Hao. Además estaba en estado y como madre, sentía un vínculo con Li Xian. Ella no era alguien que pudiera moverse libremente, pero tenía contactos y cierta movilidad que le eran suficiente para cumplir con la petición de Yu Hao. Sin embargo, cuando llegó el momento, cuando supo que Li Xian estaba tirado en la puerta de su mansión desamparado esperando un bebé que llevaba su sangre, no pudo cumplir del todo con el pedido. No quería alejar a su nieto de ella y optó por ocultar a Li Xian en una propiedad de su familia de nacimiento. Mientras Yu Hao pensaba que Li Xian estaba a miles de kilómetros a salvo, su omega estaba a unos pocos kilómetros de él.

Yu Hao se llevó la mano al pecho, el corazón le explotaba con la velocidad que tenían sus latidos, todo su interior ardía y su cuerpo temblaba. Li Xian estaba de parto y no podía ser que lo sintiera si estaba en el extranjero, solo había una posibilidad, Li Xian estaba cerca. No podía desobedecer a su naturaleza aunque quisiera, su parte alfa apremiaba por encontrar a su omega y al volver a sentir la llamada una vez más, se puso en camino para encontrarlo. Cruzaría el infierno si fuera necesario igual que ya cruzó un continente aunque no lo recordara.

Veneno AlfaWhere stories live. Discover now