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Capítulo cuatro

CAPÍTULO CUATRO

—Espérame, iré a la maldita tienda.

—¿Por qué no pides domicilio?

Seokjin se giró, suspirando.

—Porque para que los productos sean buenos, debo elegirlos yo mismo— ya veo, el pobre está estresado— Rox despertará pronto, cuando lo haga, puedes decirle que que aliste antes de que llegue el mánager.

—Entendido.

Harrison me pidió que viniese a buscar a Rox, la noticia de nuestro noviazgo ya se está moviendo y llegando a oídos de todos, así que ahora mismo empezaremos con apariciones públicas simples, como irnos juntos a la empresa. De ese tipo.

Seokjin me llamó y me invitó a desayunar, así que aquí estoy, esperando a que Pinky despierte y que él vaya a conseguir los alimentos.

Ha sido una mañana movida, incluso JaeReon me llamó y me preguntó —con lo que yo supuse era indignación— si era cierto que estaba en un romance con una modelo. Tuve que decirle que sí, no puedo decirle a mis conocidos que solo es una relación por publicidad, no tiene sentido.

—¡Seokjin! Dijiste que me despertarías ¿Ya viste la hora que es? Él llegará en un minuto y- — Pinky llega corriendo a la sala y tengo que poner los ojos en el techo— ¡Lo lamento! Ya puedes ver.

Bien, se envolvió en la bata. No he visto nada, nada.

—Buenos días, Pinky.

—Buenos días, dios, lo siento— se rasca la cabeza— duermo en ropa interior.

—No te preocupes, no he visto nada— le tranquilizo, pues está tan rosada como su cabello— Seokjin salió a comprar unas cosas, puedes alistarte en lo que llega.

—Vale, no tardo. Lo siento.— se va.

Me siento culpable porque si tengo la imagen en mi cabeza, está ahí como fotografía e intento pensar en otra cosa para dejar eso de lado y no puedo, demonios.

Es muy linda, muy atractiva.

••••

—Buena suerte trabajando— observamos a Seokjin, él se lanza en su sofá— yo voy a dormir como un rey libre de responsabilidades mientras ustedes hacen lo suyo.

Harrison bufa.

—La gente que no trabaja me pone de mal humor— musita, ganándose un reclamo por parte de Seokjin, ríe mientras nos escolta afuera— se irán caminando.

—¡¿Hasta la empresa?!—pregunto, alarmado— Está a tres horas a pie.

—No seas exagerado, solo a una hora y no. Hay una feria de artesanías y comida cercana al parque, irán, se divertirán, les tomarán fotografías— observa a Rox— te ves bonita, incluso combinan un poco.

Ella trae un vestido blanco con una chaqueta de jean vinotinto, los zapatos son de tacón y el mismo color de la chaqueta. Si luce muy bien. Yo traigo jeans sueltos de color negro y camiseta blanca. Es todo.

—Suena a un buen plan, de hecho— dice ella.

—Si, no está mal— malo sería si la señorita y yo no nos llevasemos bien— entonces tendremos como una cita y luego a la empresa.

—Es exactamente eso, vayan. Sean como todos los días, actúen normal, no hay necesidad de ser muy melosos ni nada de ese estilo, solo salgan y me traen algo.