Capítulo Treinta y Uno:

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Capítulo treinta y uno: Tú eres tú.

Dione:

Abro los ojos en una cama que no es la mía. Anoche fue todo muy intenso, nunca pensé que le pudiera llamar la atención a alguien como a Jairo Manson. Creía que éramos solo amigos, pero ahora no sé y saber que se va a cambiar de escuela no ayuda mucho.

No pasó nada entre nosotros, solo nos acostamos y él acarició mi rostro hasta que me quedé dormida entre sus brazos. Eso fue demasiado a lo Wattpad y no puedo decir que no me gustara.

Salí al balcón a descargar la canción porque la señal estaba pésima gracias a la tormenta. Especulé que dormía, por lo cual me acomodé a pensar ─más que nada─ en lo que me comentó su madre cuando me acoplaba en el cuarto de Sandra, la hermana muerta de Jairo. No ahondó en los detalles, pero al parecer fue por algún motivo terrible.

Encontrarme con Jairo en el balcón fue inesperado, la pequeña discusión que tuvimos y su manera directa de decir las cosas me desconcertó. Si realmente profesó todo lo que dijo anoche no debería decirlo frente a otras personas ya que se pueden reír de él. Que este último tiempo haya estado un poco libre de Barbie no quiere decir que se vaya a mantener así por siempre.

A Lucas no pienso decirle nada, es una buena persona y tiene un gusto musical increíble, pero sigue siendo la misma alma que me dice que Jairo es peligroso. Nadie con esa sonrisa puede ser un riesgo bípedo por no congeniar con sus ideas.

Me remuevo un poco en la cama sintiendo algo calentito en mi espalda y una respiración sobre mi nuca. El brazo escayolado de Jai está sobre mi cintura. Me vuelvo y lo hallo todavía dormido. Si tan solo yo fuera diferente, estoy convencida de que seríamos una bonita pareja. Al parecer los feos no tenemos el derecho de amar. No deseo morirme sola, así que debo encontrar la forma de perder el peso que me sobra.

─Buenos días, primor ─dice una voz a mi lado que me hace reír. A esta hora estoy de cualquier manera, menos primorosa─. ¿Dormiste bien?

Giro mi cuello con cuidado y después el resto de mi cuerpo quedando delante de la radiante sonrisa de Jairo. Ya me gustaría despertar así más veces.

─Sí ─respondo, apoyando una de mis manos en mis labios por si tengo mal aliento.

Él está perfecto. ¿Cómo alguien que recién se acaba de despertar puede verse así de radiante?

Uno de sus dedos quita la mano de mi cara y luego un cabello que me cae cerca de los ojos. Me encanta su tacto. No tardan muchos minutos para que sienta sus labios acercarse a mí y lo freno. Es de mañana.

─¿Qué sucede? ─Su rostro asustado me da ternura.

Me voy a morir de vergüenza por lo que voy a decir, pero prefiero eso a que crea cosas raras.

─Es de mañana ─trato de omitir detalles.

─Lo sé, linda, el sol no está alto porque sigue nevando ahí afuera.

Al parecer no lo comprende. Me gusta su faceta inocente y es bueno que de vez en vez se cambien los papeles.

─Es que por las mañanas no tengo el mejor olor ─informo, sintiendo que el rubor se extiende por todo mi cuerpo.

Una carcajada ronca sale el fondo de su garganta haciendo que esconda mi rostro debajo de la sábana. Nunca pensé que yo fuera a vivir este tipo de situaciones. Soy Dione Hastings, la chica fea y gorda de la escuela la que ahora está debajo de la manta de Jairo Manson, el hombre más atractivo que alguien se puede imaginar.

Un tirón en lo que me tapa me deja otra vez al descubierto frente a los ojos más preciosos que existen.

─Si quieres podemos tomar una ducha, por separado, y luego darte muchos besitos ─sugiere muy serio─, pero solo si tú quieres.

Estrías para tu belleza  [✓] Where stories live. Discover now