Estoy terminando de ducharme cuando Klara pone en pausa la música y grita desde el cuarto que me apresure. Me pongo un short y un sostén lo más rápido que puedo y salgo del baño sosteniendo la remera en una de mis manos mientras con la otra refrego la toalla contra mi cabello para secarlo un poco.
—¿Qué pasó? —me siento junto a ella en la cama dejando caer la toalla a un lado.
—Lucca te escribió recién, yo le pasé tu número. Dice que pasará a buscarte en media hora y le contesté que esperara fuera del barrio porque el portero de la noche no lo conoce e igual llama a la abuela para saber si dejarlo entrar o no.
Son las nueve y veintisiete, de acá a las diez tengo tiempo suficiente para... nada. Aún no he decidido que ropa me pondré o cómo me maquillaré, tampoco chequee cómo estará el tiempo para saber si llevar un abrigo o no, no he sacado los zapatos de mi maleta desde que llegué y ya comienzo a sentir el estrés de saber que el tiempo no me alcanzará para hacer todo.
—Quiero morir —digo con un tono dramático alargando las palabras.
—Sécate el cabello que mientras tanto yo busco qué ponerte —sube y baja las cejas con rapidez.
—Es una cena formal, Klara —camino hasta el tocador—. Y va a estar toda su familia así que busca algo decente, por favor.
Ella murmura algo que no logro escuchar porque hago demasiado ruido desenredando el cable del secador del de la plancha de cabello. Al pedirle que lo repita se limita a decir que mejor que no lo sepa y ríe mientras continúa sacando prendas del closet que terminan encima de la cama.
Para cuando acabo de secarme el cabello Klara ya tiene una enorme pila de ropa amontonada que me recuerda al desorden que tiene Lucca en su habitación. Ella sigue tirando prendas para un lado y para otro, maldiciendo y sorprendiéndose con cosas random que encuentra en el proceso.
—Tengo cosas aquí cuya existencia había olvidado completamente —extiende un disfraz de mariposa frente a ella y hace un mohín de asco—. Baile de primavera, séptimo grado, traumático.
El vestido vuela por los aires y cae al suelo al otro lado de la cama junto con otras ropas coloridas que claramente pertenecen a la pila de descarte. Toma otro vestido extendiéndolo frente a ella y por la forma en la que se le iluminan los ojos sé que ese es el vestido ganador.
—Pruébatelo —me lo lanza a la cara y yo me apresuro a ponérmelo—. Sara, definitivamente irás con eso, te queda perfecto.
Me acerco al espejo y me miro desde todos los ángulos posibles. De costado mi cintura se ve un poco más chica de lo que en realidad es y mi trasero tiene el efecto contrario. La tela negra cubre mis hombros, deja mi espalda al descubierto y arranca otra vez donde termina mi columna vertebral.
—No me pondré sostén, ¿no?
—La pregunta me ofende —dice con los ojos agrandados—. Te das cuenta que con cada atuendo que te elijo busco hacer el trabajo más fácil a la hora de quitártelo, ¿no? —guiña un ojo en un acto de complicidad y ambas reímos.
Son las nueve y cincuenta y cinco cuando me llega un mensaje de Lucca diciendo que está fuera del barrio. Chequeo mi aliento, me veo el trasero en el espejo, y acomodo mis senos. Klara me pasa un mini bolsito negro birllante con una cadenita dorada en el que guardo mi celular, tampones, algo de dinero y mis documentos.
—Yo bajo y los distraigo —me da un abrazo—. Pásala bien y luego me cuentas.
—Te quiero, Klara —le digo al apartarnos.
—Y yo te quiero más, por eso me estoy arriesgando a que la abuela crea que también soy una zorra que folla con chicos dentro de sus autos —rueda los ojos sonriendo a la vez que yo le propino un golpe suave en el brazo y niego con la cabeza.

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Polvo de estrellas [✓]
Romance«Él tendría que traer de advertencia: ¿Te arriesgas a que te rompa el corazón y quedar hecha polvo a cambio de hacerte sentir estrellas?» [BILOGÍA RECUERDOS ESTRELLADOS #1✨️] La vida de Sara era de lo más común; padres perfectos, familia perfecta, c...