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Los cabellos de mi cabello azul pastel caían sobre mi rostro, reí, era en si graciosa la escena, una chica con un suéter 3 tallas mas grande, unos pequeños zapatos rojos y el cabello azul volando por todas partes.

Acomodé mi mochila sobre mi espalda.

5 meses viviendo en esta grande cuidad, asistiendo a una nueva escuela, conociendo nuevas personas y consiguiendo amigos mas rápido de lo que Keegan duraría en reír por uno de mis chistes.

El cambio no había estado tan mal después de todo, Christian se había convertido en mi súper amigo, me había cuidado siempre en cada uno de mis 3 jodidos días, y me había contestado cada una de las cosas que le decía en mi día grosero, eramos muy apegados desde mi llegada, la abuela y el abuelo eran felices de ver que apesar de llegar sin conocer a nadie tenía a alguien en quien confiar.

Christian se había encargado de todos los tramites de la escuela, incluyendo el presentarme con toda, absolutamente toda la escuela.

Ahora no podía pasar desapercibida por ningún pasillo sin que nadie me saludara o llamará "peli-azul" debido a mi extraño cabello teñido.

También al llegar a esta escuela, presentarme a todos como una chica tranquila y feliz, cada uno de los chicos que había en esta escuela, sabía que no debía pedirme ni una cita, ni una salida "como amigos" y sobretodo no debía intentar besarme o sobrepasar el limite de "Ser algo más".

Probablemente había quedado claro cuando golpeé a uno de los chicos del ultimó cursó que había intentado besarme para "festejar" la victoria del equipo de soccer, el chico quedó tirado en el piso con la marca de mi tenni marcado en su estomago. A mi me había parecido gracioso y una buena manera de defenderme, al igual que algunos de mis amigos, pero a la directora le pareció un acto de "bullying" y me había suspendido por una semana. 

Aquí me encontraba ahora, una chica cambiada, física y emocionalmente.

Tenía que admitir que Chris algunas veces cruzaba por mis sueños, sonriéndome, de esa manera tan perfecta y única que solo el lo hacía. Había pasado cada una de las noches de un mes llorando por el, gritándole a la almohada lo mucho que odiaba haber cometido tantos errores y los mucho que me dolía haberle perdido.

Lo mucho que le extrañaba, todo de si, sus besos, sus abrazos y sus "Te amo". Lo mucho que me arrepentía de no haber aprovechado el tiempo con el...

Y lo jodido que se siente estar enamorado y después amanecer con el corazón echo añicos.

Pero, pasando de Chris, lo que más me pesaba, era haber dejado a Keegan, solo en una escuela repleta de idiotas, pero ¿que podía hacer yo? Tal vez el nunca entendería lo horrible y desgarrante que se siente ver a la persona que tanto amas escapar entre tus dedos e irse justo frente a tus ojos y no tener la oportunidad de detenerla.

Unos brazos cubrieron mis hombros, despejando mi mente de esos pensamientos que tanto me había costado olvidar meses atrás.

-¿Que haces aquí sola?-Preguntó Christian, tomando asientó a mi lado en una de las mesas del desierto comedor.-Creí que tenías un examen hoy.
-He decidido saltármelo, igual reprobaría.-Me encojí de hombros sonriendole.
-Tendrás problemas con los abuelos de nuevo.-Sonreí inocentemente.
-Pero ¿sabes quien va a ayudarme a estudiar para recuperarme?-Rodeó los ojos, bufando.
-Esta bien.-Sonreí abrazandolé.-Por cierto, tus abuelos me han dicho que te tienen una sorpresa cuando llegues a casa.-Alzé las cejas.
-¿Sabes que es? ¡Dimelo! Sabes que odio las sorpresas.
-He prometido no abrir la boca, te gustará.

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Después de haber recorrido el mismo camino de regreso, llegué a casa, encontrándome con el correo en la entrada. Nunca prestaba atención a ninguna carta, hasta ese momento en que la palabra "Destiny" brillaba en rojo enfrente del sobre. La metí en el bolsillo trasero de mis jeans y revisé las demás mientras abría la puerta.

-¡Mi amor!-Gritó mi madre corriendo hacía mi, un gritó ahogado escapo de mi garganta mientras le abrazaba muy fuerte.
-¿Cuando haz llegado?¿Que ha pasado? Cuéntamelo todo.-La tomé de las manos, haciendo que tomará asiento frente a mi en el sofá.

********

Mientras mi madre me contaba que los padres de Chase se habían ido de viaje justo después de que yo me marchara el celular que me había comprado con el dinero que mi abuela me había dado comenzó a sonar en tono de llamada.

Lo tomé entre mis manos nerviosa, nunca nadie me llamaba, excepto la abuela y Christian.

-¿Diga?-Una respiración se escuchó del otro lado de la linea.-¿Diga?-Un suspiro se escucho de nuevo.-Bueno, supongo que es numero equivocado, adiós.-Y colgé.

Antes de que pudiera hablar de nuevo el aparato volvió a sonar.

-¿Diga?
-¿Destiny?

Y esa voz la reconocí de inmediato.

-¿Christopher?

Antes de que pudiera decir algó mas, colgé y lanzé el celular por la ventana.

-¿Por que haces eso?¿Que te ocurré?
-¡Era el!¡Era el!-Grité pasando mis manos por mi cabello, un acto de nerviosismo.

Después de tanto, repasando una y otra vez que tenía que dejar de quererle tanto, escuchar su voz decir mi nombre de nuevo me había roto el corazón de nuevo en un millón de piezas aún mas pequeñas que antes, si es que era posible.

You trust...they hurt you.Where stories live. Discover now