CAPÍTULO TRES

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CAPÍTULO TRES

Mejores amigas,

Hayashi apartó la mirada del televisor para mirar a la ventana notando que la lluvia ya había cesado. Sus ojos entonces fueron hasta la chica a su lado, notando sus párpados cerrados.

Se había quedado dormida.

— Oye, Senju. — Mirai movió lentamente a su amiga, pero esta no despertaba. Un suspiro salió de sus labios. — Despiértate ya, la lluvia ha parado.

— Quiero dormir un poco más. — Susurró la menor, removiéndose en su sitio, Hayashi negó.

— No, aquí no. — Colocándose de pie, Mirai tomó las tazas que habían utilizado. — Sube a mi habitación y duerme en la cama, iré pronto. Asegúrate de avisarle a tu familia si te quedarás aquí, ya cayó la noche.

— Bien. — Balanceándose un poco, Akashi frotó sus ojos y se levantó, subiendo las escaleras hasta la habitación de la castaña.

Mirai lavó lo que habían utilizado y pronto subió también a su cuarto, notando a la albina esperándola sentada en el borde de su cama. Una sonrisa apareció en su rostro.

— ¿Avisaste a alguien?

— Lo hice. — Hayashi apagó las luces y se acomodó en la cama, invitando a la menor a hacer lo mismo.

Senju se acomodó a su lado, cubriéndose con las sábanas y dejando que sus párpados se cerraran nuevamente. Mirai le observó hasta que notó su cuerpo relajarse.

Estirando su mano acomodó unos cuantos mechones del cabello ajeno, dejando ver su impecable y hermoso rostro.

Para nadie era una mentira que la albina era hermosa, demasiado en realidad.

Incluso Mirai lo sabía.

[...]

— Chicas.

Los ojos de Hayashi se abrieron al escuchar la voz de su madre, girando su rostro se encontró con la mujer quien sonrió.

— El hermano de Senju está en la sala de estar, está buscándola.

— ¿No sabía que estaba aquí? — Preguntó una adormilada castaña, su madre negó. — Mentirosa.

Mirai estiró su brazo, moviendo a Akashi quien abrió sus ojos, mirando a su mejor amiga quien fruncía su ceño.

— Tu hermano está aquí.

— ¿Takeomi? — Hayashi se encogió de hombros.

— No sé cuál de los dos. — Akashi hizo una mueca ¿Cómo explicarle a su amiga que no sabía nada del menor de sus hermanos?

— Bajaré.

— Deberían de comer algo antes. — La madre de Hayashi se giró. — Les serviré el desayuno.

— Gracias, mamá.

— Gracias, señora Hayashi.

Las dos menores se coloraron de pie, colocándose unas pantuflas y bajando a la sala de estar en donde se encontraron con Takeomi sentado en un sofá.

— Senju. — El mayor se cruzó de brazos. — ¿Por qué no me avisaste que estarías en casa de Hayashi?

— ¿No lo hice? — La albina rio avergonzada notando los ojos verdes de Mirai sobre ella. — Juré hacerlo, quizás estaba demasiado dormida.

— Siento las molestias, Hayashi.

— No son molestias. — Mirai sonrió. — Hace mucho no los veía, es bueno hacerlo de nuevo.

— Tienes razón. — Los tres giraron su rostro al ver a la madre de la castaña salir de la cocina.

— El desayuno está listo, vengan.

Juntos, los tres se adentraron al comedor, tomando asiento y agradeciendo antes de comenzar a comer.

— ¿Qué has hecho estos años, Hayashi?

— Nada importante. — La castaña sonrió. — Solo me dedico al Básquetbol, más allá de eso no hago nada relevante.

— Lo sabemos. — Mirai miró con confusión a la albina, esta sonrió. — Te vimos jugando ayer en la plaza.

— ¿De veras? — Takeomi asintió. — Ya veo.

— Eres muy buena. — El hermano mayor sonrió. — Sería divertido verte jugar un partido entero.

— Juego mucho, pueden ir a cualquier partido. — Hayashi pensó unos segundos. — De hecho, hoy a las tres tengo un partido contra un equipo de la zona, no es oficial, pero es casi lo mismo.

— Podemos ir a apoyarte. — La albina miró a su hermano, este solo asintió.

— Claro, no hay problema.

— Pero antes debemos de encargarnos de algo. — Los ojos azules de Senju miraron a su hermano, pasando después a Mirai. — Me gustaría hablar contigo sobre algo cuando termine el partido.

— Está bien, te esperaré en la salida de la cancha.

— Coman más y hablen menos. — Regañó Takeomi, ambas chicas callaron de inmediato.

Al culminar el desayuno, Senju y Takeomi se despidieron de la castaña pues tenían asuntos qué resolver, prometiendo antes ir a ver a Hayashi jugar esa tarde.

— Nos vemos. — Se despidió una vez más Senju, notando a su amiga desaparecer tras la puerta.

De inmediato miró a su hermano quien también le miraba.

— La noté diferente ¿Era cosa mía? — Preguntó Takeomi, Senju negó.

— Está diferente. — Soltando un suspiro, continuó. — Mirai era dulce y muy inocente, no podía matar ni a una mosca, pero... Ahora parece ser todo lo contrario. Es ruda y más extrovertida.

— Bueno, los años cambian a la gente.

— Sí, así es. — La albina se detuvo repentinamente, Takeomi le miró confundido. — Olvidé devolverle su ropa.

— Lo puedes hacer después, vamos.

— Bien.

Las horas comenzaron a pasar rápidamente, ambas partes hacían diferentes cosas. Mirai terminaba de ordenar sus cosas y arreglarse para el partido de esa tarde.

Agachándose colocó una banda en su tobillo, asegurándose de que ajustara correctamente antes de tomar su mochila y salir de la casa. Sus padres para esa hora ya no se encontraban, así que no debió despedirse de nadie. Calentó un poco y comenzó a correr, su destino no estaba muy lejos, pero tampoco tan cerca de su hogar.

El clima de ese día era soleado y caluroso, haciéndole sudar más de lo normal, lo que molestaba en demasía a la castaña.

Unas fuertes pisadas acercándose llamaron su atención, y poco después pudo observar a un rubio alcanzarle, sonriendo y pasando a su lado rápidamente.

Mirai rio acelerando su correr para alcanzar a su capitán. No se necesitaban palabras para establecer una carrera en la cual la meta sería su destino en común. Kenji era rápido, quizá más que ella, así que debió de esforzarse de más para poder rebasarlo y adelantarse, llegando primero hasta aquella enorme cancha de básquetbol, y momentos después, llegando el rubio.

— Demonios, eres veloz. — Resaltó Kenji.

Ambos se quejaron al sentir un golpe en sus cabezas.

— No deberían de estar esforzándose tanto antes del partido. — Regañó Rei. — Vayan a cambiarse.

— Sí, señor. — Aceptaron ambos, corriendo a los vestidores.

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𝐑𝐚𝐢𝐧𝐲 𝐃𝐚𝐲 [𝐒𝐞𝐧𝐣𝐮 𝐊𝐚𝐰𝐚𝐫𝐚𝐠𝐢 𝐱 𝐎𝐜]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora