Prologo

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De pronto me vi acorralada por un lobo blanco. Sus ojos estaban llenos de ferocidad y no sabía muy bien qué hacer. Apenas podía pensar en que hacer para salir de aquella situación. Escuche una risita no muy lejos de donde yo estaba. Me daba miedo mirar porque creía que el lobo aprovecharía ese momento para atacarme, pero me sorprendió que el lobo estuviera poniendo la atención en aquel hombre de mediana edad. Sus ojos tenían la misma ferocidad que las del lobo. Aquel hombre... "no debo acercarme a él" pensé y salí corriendo sin mirar atrás.

Realmente no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Había ido a Nevada para hacer un recorrido sobre la nieve, o eso es lo que les había dicho a mis padres. En lo más hondo de mi ser esperaba encontrar algo o alguien, alguien a quien no conocía. Hace más de un año que tengo esos sueños donde llegaba a una casa de madera abandonada, no veía a nadie aun así sabía que debía encontrar a esa persona costase lo que costase, como si dependiera de mi propia vida. Y aquel hombre, aquel hombre que había aparecido después del lobo se me hacía extrañamente familiar, algo en el me advertía que no debía acercarme a él.

Un bloque de hielo cedió bajo mis pies. Un inmenso dolor se extendió por mi tobillo. Si no escapaba tanto el lobo como el hombre me atraparian y todo acabaría. Gire sobre mi cuerpo ignorando el dolor de mi tobillo, cogí mi escopeta y apunté a donde se suponía que debía estar el lobo. Un hombre de la misma edad que mi perseguidor estaba sentado frente a mí, dándome la espalda. No entendía muy bien lo que estaba pasando, pero sabía que era el propio lobo. En ese momento el hombre me miró y pude ver como su cara estaba llena de sangre, el terror me invadió y comencé a marearme. El hombre se arrastró hacia mí, una capa gris nublaban sus ojos.

- Por favor, matame - Mis ojos se llenaron de lágrimas

- ¡Sí, eso es. Matale! - Gritó mi perseguidor.

- ¡Alejate de mi! - Dije apuntandolo con la escopeta. El hizo caso omiso a mis advertencias y siguió caminando en mi dirección - ¡Te dije que te alejaras!

Unas gotas de rojo carmesí tiñeron la nieve. Sin pensarmelo había disparado y ahora tenía tanto miedo que no me atrevía a levantar la cabeza.

- Volveré en otro momento, no te preocupes. No creas que esto se ha acabado aquí - Su voz estaba ahogada por el dolor

A mi alrededor solo se oía el gorjeo de los pájaros y mis lamentos. Ya no había nadie conmigo, había desaparecido. Saqué el pie del agujero e intente andar, ya no me dolía tanto debido al constante frío en mi tobillo. 


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Buenos, señores y señoras os traigo una nueva historia. Aqui no hay ningun personaje de anime ni nada por el estilo. Solo tuve un sueño y quise hacer el libro. Denle tanto amor como el anterior libro plis

La casa del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora