Capítulo 2: La marca

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Axlin caminaba lentamente por las calles de la Ciudad cuando uno de los escaparates de la calle llamó su atención. Era una tienda de televisores y uno de ellos estaba encendido. Un chico con capucha estaba mirando la tele con tanta atención que ni siquiera reparó en su presencia. Axlin dirigió su mirada hacia la tele encendida. Un hombre de mediana edad apareció en la televisión, sus ojos eran feroces, más bien denotaban sed de sangre.

- El hombre que supuestamente había asesinado a una joven ha escapado esta mañana de la cárcel - anunció la reportera

Axlin se puso pálida de repente dejando escapar un pequeño jadeo. Fue entonces que el chico de la capucha reparó en ella. El chico se acercó a ella

- ¿Lo conoces? - preguntó el chico con un tono frío.

Axlin no sabía qué contestar. ¿Podía decir realmente que lo conocía? No sabía su nombre y tampoco su edad, solo sabía que era el hombre que aparecía todas las noches en sus sueños degollando a un chico de su misma edad. Axlin levantó la cabeza para mirar al chico y se quedó sin respiración. Sus ojos de diferente color la dejaron ensimismada. No es como si nunca hubiera visto a una persona con heterocromia, lo que le sorprendió de aquel chico es que su ojo izquierdo era de un precioso color azul mar mientras que el otro era de un rojo intenso. Que una persona tuviera los ojos rojos era biológicamente imposible así que pensó que podrían ser unas lentillas, "para ser unas lentillas son muy realistas" pensó. El chico hizo una mueca de desagrado.

- ¿Nunca has visto a una persona con heterocromía o que? - pregunto el chico bruscamente. Axlin se quedó pensativa unos segundos y descarto la idea de las lentillas

- Nunca he visto a una persona con ojos rojos - hizo una pausa - Es biológicamente imposible.

El chico no hizo ningún comentario al respecto. El motivo por el que su ojo era rojo no era nada biológico pero si eso se lo decía a aquella chica, que además no conocía, ella lo trataría de loco y lo tacharía de mentiroso.

- Entonces, ¿conoces a ese hombre? - dijo en un tono más tranquilo pero sin bajar el tono de superioridad.

- No exactamente - El chico frunció el ceño - quiero decir, por algún motivo este hombre aparece en mis sueños matando a un chico joven .... y ahora aparece en las noticias. ¿No es obvio que debería asustarme? - Axlin se dio cuenta de lo que había dicho e intentó rectificar - Se que lo que he dicho parece loco pero...

- No lo es - le cortó él - ¿cómo te llamas?

- Axlin. ¿Por qué....?

- ¿Tienes alguna marca de nacimiento? - El no la dejaba acabar

- ¿Pero por qué mierdas me estas preguntando todo esto? ¿Quién eres? - Axlin comenzó a temblar, la ansiedad se hacía presente en su cuerpo a cada segundo que pasaba.

- Soy Daniel

- Con eso no me explicas nada - le criticó ella.

Axlin giró sobre sus talones para irse y comenzó a caminar. Daniel alargó la mano y la cogió de la muñeca fuertemente obligándola a girar para mirarlo.

- ¿Qué es lo que quieres? - trató de mantenerse firme pero su voz la delataba

- Enséñame la marca - dijo apretando cada vez más la muñeca de Axlin

- ¿Qué marca maldito tarado?

- ¡Tu marca de nacimiento!¡Enséñamela! - la paciencia de Daniel comenzaba a agotarse y lo último que quería era lidiar con una niñata que no sabía ni lo que era

- Pero... esta debajo de mi pecho

- Me da igual. Enseñamela - Daniel no paraba de insistir y Axlin estaba cada vez más asustada.

- ¡Pero qué estás diciendo maldito pervertido!

Daniel tiró de su mano y la llevó a un pequeño callejón. La acorraló para evitar que ella escapara. Asustada Axlin desistió de su intento de huida y subió su camiseta por debajo del pecho, dejando ver una marca en forma de media luna. Daniel alargó la mano y rozó la marca con las llemas de sus dedos. Axlin se estremeció bajo el frío tacto de Daniel.

- Eres una de ellos... - Musito Daniel

- ¿Qué? ¿A qué te refieres? - Axlin estaba cada vez más confusa

- ¡Venga! ¡¿Acaso no sabes lo que eres?! ¿Qué ocurre contigo? Te pusiste pálida cuando viste a ese hombre en la televisión y ¿ahora pretendes hacer que no sabes nada?

- Pero ese hombre no tiene nada que ver conmigo. Ni siquiera sé porque soñé con él.

Daniel gruñó y se fue, dejando a Axlin muy confusa. Necesitaba tiempo para pensar en lo que había pasado. Acaba de encontrar a uno de ellos. Su madre también era uno de ellos y le había explicado todas las funciones que tenían pero parecía que esa chica ni siquiera sabía lo que era y mucho menos que tendría que involucrarse en todo eso. 

La casa del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora