XXXIV

137 12 11
                                    

Violet

Por un momento todo se vuelve más rojo que anteriormente, la ira me posee y sé que el pica carne ha dado en alguna superficie carnosa, la siento, como también siento algo caliente en mi mano, escurriendo por mis dedos.

Abro los ojos y lo primero que veo es la cara de Molly, los ojos azules abiertos de par en par y el pica carne en uno de sus pechos desnudos.

Asimiló lo que acaba de pasar: con rabia en niveles astronómicos he tomado el pica carne de la cocina, me he acercado con mi objetivo (Jessie) en la mira, Jessie se apartó justo cuando yo elevaba el pica carne hacia él.

Molly solloza debajo de mi, tiene todo el peso de mi cuerpo encima, no se mueve, sus manos están temblorosas y mira el pica carne con terror. Y entonces, si no puedes con uno, puedes con otro. Con la misma rabia anterior, saco el pica carne y empiezo a tajarla, elevando y clavando mi mamá en todo el pecho, el cuello y la cara, no se cuántas veces lo hago pero al terminar, la cara de Molly no es reconocible y hay tajos de carne y sangre por todas partes, puedo sentir varias horas en mi ropa y mi cara.

Me alejo del cuerpo, no siento nada, tal vez sea que esté en estado de shock pues lo único que miró es el cuerpo escurriendo de la mesa hasta que Jessie habla.

—No sería mi estilo pero ha quedado bien.

Volteo a mirarlo, está acomodando los pantalones en el sitio que debieron estar siempre y de uno de los bolsillos saca un cigarro mientras detalla el cuerpo.

Entonces siento como la ira vuelve a recorrer mis venas, me siento traicionada, usada y de todas las formas terribles. Aún más rabia me da cuando veo que no le importa lo que acabo de hacer por su culpa.

Aprieto el mango del pica carne, casi hasta enterrar las uñas en mi piel y sin pensarlo doy tres pasos largos y me lanzó hacia él.

No pasa nada, él detiene el ataque que iba directo a su cabeza.

—¿Que? —pregunta con sorna, casi con burla—. ¿Estás celosa? ¿Que es lo que piensas hacer? ¿Matarnos a los dos? ¿Te ha dado una rabieta de niña pequeña?

—¡Me has jodido! —trato de liberarme de su agarre de muñecas pero es obvio que él es más fuerte que yo.

—Espero que tampoco estés sufriendo amnesia, Violet. Espero que no se te esté olvidando por casualidad con quien estás tratando y que tú no eres nada más que una copia de mí. Teniendo eso claro, ¿quisieras terminar peor que ella? Porque te aseguro que se hacer más y peor las cosas que como tú las haces.

Le escupo en la cara, me da igual si me manda a vivir a Uganda de una patada pero antes de que pueda protestar y ponerse rojo de ira, Zack entra a la cabaña.

—¡Que... Demonios!

Esta petrificado en la puerta viendo el cadáver de Molly en la mesa.

Jessie me empuja con tanta fuerza que caigo de culo al suelo y mira a Zack sin expresión alguna.

—Ayudame a sacar ese cuerpo.

Aún en el suelo veo que Zack tiene ganas de llorar y Jessie pierde la paciencia.

—Es para hoy, Zack —vocifera Jessie.

Ambos empiezan a levantar el cuerpo, Jessie sin el menor pudor y Zack con cara de asco y estoy segura de que vomitara. Cuando salen de la casa me levanto hacia el baño, sinceramente en esos instantes no pienso en nada pero al quitarme la ropa llena de sangre y meterme a la bañera empiezo a cuestionar todo lo que estoy haciendo.

Por primera vez en la vida, sin ayuda de antipsicoticos empiezo a medir las consecuencias de todo lo que he hecho a lo largo de mi vida y las vidas que he dañado me han llevado hasta aquí. No sé si sea por la falta de medicinas o el que esté bajo la amenaza de un psicópata lo que me hace pensar que todo esto es mal y que debo salir. No volver al hospital solo irme.

Aquella idea me aterra porque empiezo a sentir temor por Jessie, con lo de hoy me ha demostrado que es capaz de hacer lo que sea sin sentir nada de culpa o remordimiento, eso me lleva a pensar en que si llega a matarme le daría completamente igual.

La idea de que no me ame, la idea de que todo este tiempo me manipuló a su beneficio me hace tener un ataque y empiezo a lavarme el cuerpo, como tratándome de quitar no sé qué, de repente me siento sucia, quiero arrancarme el cabello a tirones o tal vez ahogarme en el agua que se ha teñido de rosa por la sangre. Mi cabeza no da para pensar más y no se después de cuánto tiempo salgo de la bañera y me meto bajo las mantas de la habitación en la que estaba completamente desnuda, aunque el frío me este calando los huesos.

Escuchó pasos pesados acercarse a la puerta y cierro los ojos por inercia. Su aroma me llega de lejos aunque la habitación sea pequeña, escuchó que se quita la chaqueta, las botas y algo más pero no logro distinguir. Finalmente siento como se hunde la cama a mi lado y todo se va en un completo silencio, o eso pensé hasta que hablo.

—Quiero pedirte perdón por lo de esta tarde... Solo estoy tratando de hacer lo posible por ir a Alemania, como lo planeamos tu y yo ¿recuerdas?

No digo nada.

—Si eso implica hacer cualquier cosa lo haré —continua—. Te amo, Violet ¿lo sabes?

Tampoco conteste, lo único que pasaba por mi cabeza era: si hacer cualquier cosa significaba también matarme ¿lo haría? La pregunta se me atoro en la garganta pues sentí sus dedos acariciándome la piel y después ya estaba entre mis piernas.

Cuando terminamos de tener sexo, me atreví a preguntar.

—¿Serías capaz de matarme?

Esta vez él no contesto.

[...]

Los días siguientes al asesinato de Molly, Jessie estuvo muy callado pero no como cuando sufres una perdida, más bien tan callado como en los días antes de que entraramos a la casa de los padres de Zack, tan callado como cuando sabes que está planeando algo terrible y explota si te acercas. En cambio yo, no dejaba de pensar en mí huida de él, tenía miedo porque sabía que él era demasiado inteligente como para encontrarme y si eso pasaba sería el último respiro de mi vida.

«Te amo, Violet»

Quería creerle pero tú y yo sabemos en este punto de la historia que Jessie no era de confiar y de andar con tranquilidad.

En la última tarde de otoño, Jessie se paseaba de aquí y allá con un cigarrillo en los labios fuera de la cabaña mientras yo lo miraba planeando cosas que seguramente no haría por temor, cuando de pronto, Jessie entra apresurado y se encierra en la habitación.

No es raro en él, pero tampoco es muy común, sin embargo me quede tranquila imaginando un mundo lejos de él.

—¡Violet.

Su voz sonó dulce y fuerte a la vez y sin hacerlo esperar fui hacia la habitación. Estaba de pie junto a la cama destendida, me miraba con una sonrisa torcida y admito que sentí algo de pánico.

—¿Que sucede? —me atreví a hablar.

—Ya lo he resuelto, Violet. Tengo todo planeado para el viaje a Alemania...

Tragué grueso.

—Hablando de eso, Jessie yo...

—Espera, déjame terminar. Es muy sencillo, sobre todo porque lo haré solo.

¿Que?

Fruncí el entrecejo y trate de encontrar su plan. No lo entendí.

—No entiendo, Jessie.

—Si Violet, iré solo —de su espalda saco la misma arma con la que mato a Brian y me apuntó— porque tú morirás aquí.

Amar, Besar, Matar [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora