6. Nuevo Día.

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—¡Hermana!, ¡hermana!, ¿por qué te gustan tanto los Superhéroes? —pregunto con interés, intentando no hablar muy alto debido a las horas tardías.

Todos los viernes hacemos una tienda de campaña en el cuarto de Candace, y hoy no era la excepción. Como es habitual, nos metemos dentro de aquella casita triangular que ponemos para contarnos nuestras historias, el día a día o incluso... ¡hablar de los mejores héroes del mundo!

—Pues, ¡por qué ayudan a los demás! Arriesgan sus vidas por nosotros, ¿no es genial? Yo también quiero convertirme en un superhéroe para salvar a la gente —Me responde con ese brillo tan característico de sus ojos, como si estuviese anhelando ese deseo.

—Pero hermana, ¡tú no tienes poderes! —exclamo sorprendido por lo que había dicho.

Candace siempre es muy impulsiva y testaruda, no quiere dejar atrás sus sueños, ¡nunca se quiere rendir! Es tan genial...

—¿Cómo qué no? Yo tengo el poder de... —Hace una pausa para incorporarse y levantar su puño al aire, teniendo una pose heroica—. ¡LA SUPERAMABILIDAD!

—¡Candace! ¡Kerman! ¡A dormir! —Nos regaña a voces nuestra mamá desde el salón.

—¡5 minutos! —contesto entre risas mirando en dirección a la puerta. Cuando me dispuse a ver a mi hermana, no estaba, había desaparecido de la nada—. ¿Hermana?, ¿dónde estás?

Salgo temeroso de la tienda de campaña mirando en la habitación con cierto nerviosismo, esperanzado con la posibilidad de que estuviera aquí, pero no fue así.

Me dispongo a ir al pasillo para proseguir con mi búsqueda, entonces, comienzo a oler humo; me doy la vuelta en dirección de aquel horrible olor y descubro que el cuarto de Candace se encuentra en llamas. Retrocedo un paso de la impresión.

—¿Qué está pasando? —Logro pronunciar con temor y desconcierto. Visualizo que hasta la tienda de campaña... ha desaparecido.

Me fijo que al fondo se encuentra mi hermana sentada en su cama, mirándome fijamente, con una gran cantidad de fuego recorriendo todo su cuerpo, pudiendo ver cómo las llamas consumen su carne.

Intento ir hacia ella, pero mis piernas no se mueven...

—Sálvame... Sálvame... —repite Candace sin cesar, con una expresión que era indescriptible para mí.

—¡VOY HERMANA! ¡ESPERA! ¡YO TE SALVARÉ! ¡NO MUERAS! —grito con toda mi alma, alzando mi mano hacia ella, intentando salvarla.

Quiero moverme, pero aún mis piernas están petrificadas.

—Sálvame Light Layer —pronuncia Candace.

En ese momento, todo se oscurece. No puedo ver nada hasta que logro observar una silueta la cual está iluminada con una luz blanca. Se acerca lentamente hacia mí, y al estar a pocos metros de mi posición, me doy cuenta de que... es Light Layer.

—Ayuda, por favor... —ruego sin la posibilidad de poder moverme todavía.

Light ha pasado de mí, me ha ignorado, ha seguido caminando, dejándome en esta oscuridad...

—Papá, mamá, hermana, ¿dónde estáis? —inquiero de forma desesperada pero no recibo respuesta alguna, en cambio, la soledad y oscuridad se hacen cada vez más abrumadoras—. ¡Socorro! ¡Ayuda!


Tras ese último grito que pegué, me desperté.

Podía sentir cómo mis lágrimas recorrían por mis labios... otra vez igual. Intenté reconciliar el sueño pero no podía, aquel hecho me molestaba porque estaba hecho polvo por el día de ayer. Sin ninguna otra mejor opción, me levanté y me fui a la cocina a prepararme algo.

The Hero's Destiny: Libro 1Where stories live. Discover now