✧.˚ DELTA | nomin

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— Papi... – Jaemin llamó a su padre, el cual se encontraba sentado en uno de los sofás de su casa muy entretenido en su celular. El pequeño Na se acercó y se sentó a lado de Yuta, recostando su cabeza en el hombro del alfa teniendo una buena vista hacia el teléfono de su padre. – ¿Con quién hablas?

— Con un alguien. – responde su padre sonriendo mientras apagaba su teléfono para después pellizcar con amor la nariz de su bello hijo. El omega sabía que algo le trataba de ocultar, pero no iba a obligarlo a hablar... no por ahora.

Pasó un rato de silencio cuando el omega volvió a hablar.

— Papi, ¿podemos hacer sushi? – pregunta el omega haciendo un puchero, intentando lucir lo más tierno posible para poder convencer a su padre. El cual, no se pudo negar ante tan hermosos ojos.

Después de un rato, padre e hijo ya se encontraban terminando de cenar. Yuta fue el primero en levantarse y comenzar a recoger todo lo que habían ensuciado.

— ¿Vas a llevarle sushi a ese delta? – pregunta el alfa mientras le entregaba el último plato a su pequeño omega, el cual se estaba encargando de secarlos con un trapo. Ante aquella pregunta, Jaemin se sobresaltó y al instante se sonrojó. Su padre lo había atrapado.

Por la reacción de su hijo, Yuta se rió por lo tierno que era. Siempre se preguntaba qué cosa tan buena había hecho en su vida pasada como para merecer a tan hermoso hijo.

A la mañana siguiente, Jaemin y su omega estaban más que emocionados. Este día trataría de acercarse a su delta (como diría su omega). Había estado planeando el como hablarle sin ponerse nervioso, pero para ser honestos eso era algo imposible... pero, trataría de manejarlo.

El timbre que anunciaba el inicio de su receso sonó, y con él, los alumnos poco a poco comenzaron a levantarse y salir del salón de clase.

— Nana, levántate y vamos a almorzar, que tengo mucha hambre. Estudiar me quita mucha energía... – Dijo DongHyuck mientras tomaba la mano de Jaemin e intentaba levantarlo.

— Ve tú primero Sunshine, en un rato te alcanzo. – responde Na mientras sonríe, convirtiendo sus pequeños ojos en dos medias lunas, contagiando su sonrisa a su amigo el cual no preguntó más y salió corriendo en busca de su almuerzo.

Para ese momento, su salón ya estaba casi vacío, en él solo se encontraban Jaemin y Jeno, el cual siempre pasaba ahí sus minutos de receso, ya que trataba de evitar tener las miradas encima suyo.

Después de unos segundos de platica interna con su omega, quien trataba de darle confianza y ánimos, Jaemin se levanta con un pequeño topper en sus manos y se coloca a un lado de la mesa de trabajo de Lee. El pequeño Na no sabía que hacer, ya que el delta se encontraba con los brazos cruzados y puestos sobre la mesa mientras recostaba su cabeza en ellos, sus ojos se encontraban cerrados.

El corazón de Jaemin comenzó a latir más rápido, le gustaba la imagen frente a sus ojos. Fue ahí cuando una voz dentro de él habló.

— Tómale una foto. – y si... ese era su omega con ideas locas.

— ¡No! Eso no está b-

— ¿Acaso no te gusta lo que tus ojos ven?

— Si... pero-

— Hazlo.

— Pero

— Sólo hazlo. – y esa fue la ultima palabra de su loco omega, pero lo peor fue que obedeció ante esa idea y con todo el nerviosismo del mundo, Jaemin sacó su teléfono de la bolsa de su pantalón, revisó que su teléfono estuviera en vibrador para que nadie se diera cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

El pequeño Jaemin tenía emociones encontradas, una parte de su mente le recalcaba que eso estaba mal y no estaba respetando a Lee, pero, no iba a negar que estaba feliz de lo que acaba de hacer.

Guardó su teléfono y le dio una última mirada al delta que se encontraba dormido. Para ese momento, estaba más que claro decir que su rostro ya estaba sonrojado.

Suspiró y con toda la valentía y confianza que le había dado su omega antes de todo lo sucedido. Tocó el hombro de Jeno, intentando despertarlo. No pasó mucho tiempo cuando los ojos del contrario comenzaron a abrirse, haciendo que el omega de Jaemin comenzara a mover su colita con tanta emoción.

Cuando Jeno había abierto completamente sus ojos, no sabía si estaba en un sueño, ya que un ángel estaba parado frente a él. Aunque, no se sorprendería estar en uno, por que los últimos dos días, aquel omega con olor a cerezas había aparecido en ellos, sin falta alguna.

Jaemin, al ver al delta de sus sueños recién despierto hizo que sus piernas comenzaran a temblar... hasta recién despierto se veía más que perfecto.

Después de unos segundo de estarse observando, Na fue quien decidió hablar.

— Umm... perdón por molestarte... pero... – los nervios del pequeño Jaemin comenzaron a jugar con él. Y mientras el omega tenía problemas para saber que decirle a Jeno, este se encontraba perdido en el bello y sonrojado rostro del Omega. Sus ojos bajaron hasta las manos contrarias, encontrándose entre ellas un topper. Jaemin al notar aquello, estiró sus brazos haciendo que el recipiente quedara frente a Jeno

— E-es para t-ti... g-gracias por ayudarme. – dijo eso tratando de evitar la mirada del delta.

Para ese instante, Lee podía jurar que en cualquier momento moriría, ya que no era normal que su corazón latiera tan rápido.

Su intención no era enamorarse de Jaemin, pero este no ponía de su parte.