Rabia

599 111 90
                                    

Nota: según creencias chinas, si se arrojan las cenizas de una persona, ésta ya no puede reencarnar. Se considera un cruel castigo.

.
.
.
.
.

Mientras estaban cada vez más cerca de la Mansión Mo, el agarre en la túnica de Wangji se hacía más fuerte.

Al comenzar el descenso, Mo Xuanyu respiró hondo, recordándose era necesario recuperar su espada, y además esperaba tener las cenizas de su madre. Echó un vistazo abajo, sintiendo ajeno todo ese patio donde pasó su niñez, como un recuerdo de otra vida.

Bajó de un salto faltando sólo centímetros, y observó a Wangji guardar sereno su espada, imaginando no prestaba atención a las diversas miradas de gente sorprendida por el repentino dúo donde se veía a un famoso cultivador con alguien refinado. Si lo reconocieran, era probable la gente exclamara su sorpresa al darse cuenta nunca fue un lunático, pero él no quería llamar la atención allí.

Sin embargo, los entrenados sentidos del jade pudieron escuchar los murmullos de las personas. Parecía ninguno podía reconocer a Mo Xuanyu, y se limitaban algunas doncellas a comentar sobre "lo apuestos que eran los dos misteriosos daozhangs".

No les prestó atención, sabiendo de antemano su amigo tenía un rostro guapo incluso si su complexión era delgada. La primera vez que lo vió estaba desnutrido y flácido, ahora sus huesos ya no se encontraban a la vista, y el porte elegante de un hombre bien educado era más patente. Sin mencionar por los años desprovisto de sol, su piel mantenía un tono pálido que hacía resaltar más su natural atractivo.

Llegaron frente a las amplias puertas con intrincados diseños de oro, y el letrero exponiendo el apellido de la familia Mo.

Sin embargo, Wangji notó su amigo se quedaba estático mirando al suelo.

-¿No entrarás?- Preguntó.

El Mo tensó los labios, asintiendo.

Si no obtenía las cenizas de su madre, podría ser capaz de colgarse. Ella lo protegió hasta el último momento, con su cuerpo cuando fue necesario. Su amada madre, la que prefirió ser echada con él, renunciando a su privilegiada posición como concubina, merecía al menos ser libre en la muerte.

Con toda la desolación y angustia que le provocaba volver a esa Mansión donde pasó la infancia y los últimos años, siguió a Hanguang-jun hasta la entrada donde vigilaba un sujeto bien conocido para Mo Xuanyu. Era A'Tong, el sirviente que solía ir a dejarle las sobras de alimentos en la Mansión, también quién más lo golpeaba luego de su tía y primo.

Observando el patio, recordó la vez que intentando escapar fue atrapado nuevamente, y su primo le obligó a beber su orina como castigo.

Inconscientemente se aferró a las túnicas blancas ajenas.

-Está bien- Murmuró el jade, posando una mano sobre la cabeza del menor.

Claramente esa era su forma de darle ánimos. Valía mucho viniendo de un hombre tan reservado como lo es Wangji.

Xuanyu aspiró aire, disipando cualquier pensamiento negativo y recordándose todo el tiempo el jade estuvo de su lado. Le dió igual los rumores, tener que protegerlo, o escucharlo. Confiaba plenamente en el apoyo de Hanguang-jun.

Formó una débil sonrisa, indicándole podían seguir adentrándose en la Mansión.

La puerta de los Mo se abrieron luego que Wangji se anunció, y A'Tong los guió al salón principal. La figura sonriente de la señora Mo casi erizó los bellos del que vivió tantos años allí encerrado.

-Mi querido sobrino, ¡Estás vivo! ¡Así que te acordaste de visitar a tu tía!- Dijo dulcemente Madame Mo.

Xuanyu sintió el estómago se le revolvía, y la cabeza darle vueltas ante esa falsa felicidad de verlo.

Te Ayudo A Olvidar (Mo Xuanyu X Lan Wangji)Where stories live. Discover now