hostage. lorenzo zurzolo.

002!

🐰 Italia
sabrina henderson!

Al momento que el auto estacionó en frente de la casa de Brandon, solté un suspiro de... ¿alivio? ¿cansancio?. No lo sé muy bien, últimamente estoy más que confundida con mis emociones. Es como si, no pudiera manejarlas en ninguna situación.

Me siento de esa manera en todos los sentidos y a cada hora, en estos días comenzó a pasarme el tener una fuerte presión en el pecho, un nudo en la parte baja de mi estómago y siento inmensas ganas de ponerme a llorar por todo. Pero a la hora de intentar llorar para liberarme aunque sea un poco, no logro soltar nada.

—Ya llegamos, señorita. —me dice Carlos, intentando hacer que vuelva a la tierra.

Me percató que me quedé mirando por la ventanilla con un horrible sentimiento en el pecho, como si estuviera hundido, y apenas puedo respirar bien. ¿Que diablos es lo que me pasa?.

—¿Cree que debería ir, Carlos?. —le preguntó, en busca de alguna respuesta para la fea sensación que me está abordando ahora mismo.

—Yo nunca la obligaría a hacer nada de lo que no quiera, señorita. Esa decisión está en sus manos. —me concede como el profesional que es.

Doy un pequeño asentimiento con mi cabeza y me coloco un mechón por detrás de mi oreja con nerviosismo. Tomo un gran respiro de aire y decido que es hora de salir de este auto. Total, es solo Brandon, mi novio desde hace ya varios años. ¿Que podría salir mal de todo esto?.

Espero que nada.

Qué solo sean mis estúpidos pensamientos y ya. Que no sea nada más que eso.

Coloco mi mano sobre la palanca del auto para así poder abrir la puerta y doy un paso hacia afuera. Me cuelgo la correa de mi mochila en mi hombro y salgo finalmente del auto. Cierro la puerta como si nada y le doy indicaciones a Carl de que pase a buscarme en dos horas. El asiente, y sin mucho más se aleja en el carro. Dejándome sola.

Sola.

Completamente sola.

Giro sobre mi propio eje y como de costumbre, me dedico a ver la casa de mi lindo novio. Es gigantesca y muy lujosa, se nota desde lejos que en esa propiedad solo vive gente con dinero. Ya que eso es lo que son. El señor Zurzolo, no es más que un político importante en la ciudad, aparece en todas las campañas electorales y, es rico de nacimiento.

Recorro con mi vista la casa —mejor dicho mansión— y me armó de valor para comenzar a encaminarme hacia ella. Llegó hacia la puerta con las manos sudadas y sin esperar para nada mas, tocó el timbre con las manos temblorosas.

Ya es en serio, ¿que mierda me esta pasando?.

Cuando trato de ponerme a pensar e intento calmarme un poco, la puerta se abre con rapidez. Y por ella apareció Nora, la señora que se encarga los cuidados de la casa de la familia Zurzolo.

Quien siempre me trató como si fuera una hija más de esta familia, de verdad no comprendo porque me aprecia tanto. Pero no me quejo, es realmente agradable su trato hacia mi. 

—Oh, hola señorita, Henderson. ¿Que la trae por estos rumbos?. —cuestiona con una sonrisa de amabilidad.

—Hola, Nora. Solo vengo a ver a Brandon, hoy no fue a clases y quiero saber cómo está. —le explico, logrando que su cara de amabilidad se transforme en una de confusión pura.

—¿Al señor Brandon? Uh, no sé si está en casa. —balbuceo un poco atemorizada. A lo que yo intenté no poner los ojos en blanco.

—Le envié un mensaje en el camino, me dijo que si estaba. —miento.

Ella asiente, igual de confusa. Pero no vuelve a hacer otra pregunta y se hace solo a un lado para dejarme pasar.

Camino con parsimonia hacia los adentros de la gran mansión. Con el pecho y el corazón estrujados, como si estos me estuvieran advirtiendo de algo muy grave.

—El joven Brandon está en su cuarto, señorita. Usted ya sabe el camino. —me otorga Nora, y me da una leve mirada de arrepentimiento. —Y lo siento mucho, Sabri.

Mi cejo se contrae con confusión al escuchar sus palabras, pero antes de intentar inquirirle algo, Nora pasa por mi lado con una rapidez que me sorprende un poco. Así que, no tengo otra alternativa que ir a ver a mi novio a su cuarto.

Comienzo a caminar con una falsa tranquilidad hacia las escaleras y las subo en un suspiro, la habitación de Brandon se encuentra en el segundo piso de la mansión, su puerta es la última del pasillo.

Siempre que vengo, aquella puerta de madera se encuentra abierta, pero misteriosamente hoy, esta cerrada. Que raro, de seguro está durmiendo.

Comienzo a encaminarme hacia ella, y a medida que avanzó. Mi cara se va transformando a una increíble mueca de confusión. Mi pecho comienza a encojerse y mi vista se empieza a nublar por las lágrimas. El sentimiento de confusión e indignación son más que palpables en mi pecho.

De su habitación se escuchan sollozos, que medida que avanzó, comienzan a convertirse en gemidos.

Cubro mi boca con una de mis manos y siento como me arde el interior de mi ser. Esto no puede estar pasandome, no a mí.

Sin más, tomo algo más de valor y tomo el picaporte de la puerta para así abrirla del todo. Y al instante que lo hago, me arrepiento.

El cuerpo de Brandon está sobre su espalda mientras tiene a una chica encima suyo, quien se sostiene de su pecho en un intento de apoyarse sobre algo para así continuar moviéndose sobre mi ahora ex novio.

La vista me avergüenza y instala un sentimiento nauseabundo en todo lo que soy. Y no por el simple hecho de que está engañandome, o porque parece que lo que está haciendo es cotidiano en su vida. Sino porque la muchacha que está encima de el tiene un tatuaje que solo una persona que yo conozco lo trae.

Anna, una de mis mejores amigas, está encima de el.

Están teniendo relaciones.

Ambos están traicionandome.

La rabia que se instala en mi pecho no es normal, mi vista sigue nublada y siento unas increíbles ganas de llorar. Al final, la intuición nunca falla.

Carraspeó con fuerza para así hacer notar mi presencia, me parece hasta gracioso ver la mueca de horror de Brandon al verme. Casi enseguida ambos se separan y cubren sus cuerpos, como si eso fuera a evitar que ya viera todo lo que ellos no querían que presenciará.

—Amor. —El tono de voz de Brandon es ronco y me mira con una sorpresa abrumadora. —Puedo explicártelo.

Enfoca sus ojos con los míos, y el sentimiento que lograba instalarse en mi antes al verlos era de calma. El que me invade ahora, es el de desprecio puro.

Esto no me puede estar pasando.

holis<<3

les está gustando? siento
que está del asco.