Druig y Makkari

Guerra y Paz

ESCRITO POR :

badatwritting

“No puedo quedarme al margen mientras se destruyen a sí mismos. Esto no es una guerra, es un genocidio "

"Es nuestra misión-"

"¿Misión? ¿Dejar que maten a cientos de personas inocentes?

De repente, los gritos cesaron. El sonido de cientos de armas cayendo al suelo resonó en el aire de la noche. La gente estaba debajo de ellos, con los ojos vidriosos y dorados.

"No lo hagas, Druig" Ajak dio un paso adelante colocando su mano en su hombro

"Si quieres que me detenga vas a tener que matarme"

Nadie se movió.

"Patético" gruñó

Mientras caminaba por la calle llena de gente, la gente se separó frente a él, a pesar de los edificios en llamas y los escombros que cubrían la una vez grandiosa ciudad, era hermosa.

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Los demás no sabían el alcance de su poder.
Fue abrumador. Podía sentir el dolor de todos, podía sentir su angustia, ira, tristeza y alegría. Sus pensamientos y sentimientos se abrieron camino en su cabeza.
Cuando Ajak solía hacerlo retroceder y ver cómo los humanos se destrozaban, podía sentir todo lo que sentían.

No era como los demás. No podía quedarse quieto y verlos morir porque sentía que él también se estaba muriendo. Ajak lo sabía.
Ella y Makkari fueron las únicas que entendieron.

Antes de que se separaran, él y Makkari pasaban la mayor parte del tiempo juntos y cuando las voces en su cabeza se sentían demasiado, ella lo tomaba y corría tan lejos de la gente como podían. Ya sea viendo la aurora boreal bailar en el cielo en el polo norte o contemplando las estrellas en el desierto del sahara. Se entendían a un nivel diferente a los demás, opuestos en casi todos los sentidos pero iguales. Mientras ella vivía su vida en completo silencio, cada momento de él estaba lleno del constante zumbido de las mentes de otras personas.

El Amazonas estaba en silencio. Tan lejos del conflicto y el dolor que pudiera estar.
Su gente estaba callada. Tranquilo. Vivieron sus vidas lejos de la humanidad donde
Podía controlar si lo necesitaba. Hágales hacer lo que quiera. No hubo guerra ni peleas en su aldea. Luego regresaron.

Ikaris, Sersi, Kingo, Gilgamesh, Thena y Sprite. Por primera vez desde que traicionó su misión, estaban parados en su puerta pidiendo su ayuda.

Todo había sido mentira. Arishem los había estado usando para generar la fuerza vital para el nacimiento de un nuevo celestial al precio de miles de millones de vidas. Carnicería a cambio de vida.
Después de explicar el próximo apocalipsis, Sersi dio la noticia de la muerte de Ajak y su nuevo estatus como líder. Los ojos de Druig se dirigieron inmediatamente a Ikaris.

“La encontramos muerta. Asesinado por un desviado ”dijo Sersi, negándose a levantar la vista de sus manos en su regazo.

La emoción en la habitación era sofocante.

"Creemos que absorbió su poder", murmuró Sprite.

"¿Y por qué viniste a mí?"
Odiaba esto. Se había acostumbrado a estar solo, no los quería aquí en su aldea.

"Creemos que podrás dormirlo. Al menos hasta que podamos encontrar otra forma de detenerlo "

Ikaris se movió sobre sus pies. Un pequeño gesto que no habría notado si no fuera por el golpe de ira que había sentido venir de él. Ikaris estaba escondiendo algo.