Druig y Makkari

lado oscuro de la luna

lado oscuro de la luna
ESCRITO POR

Stevesdaisy

Resumen:

Lo último que escucha Druig es a su amada Makkari gritando.

el Amazonas

Druig entra en pánico. Al ver el ataque de Deviant, su primer instinto es tomar el control.

Es consciente de que su familia lo ve como un líder de una secta. Quizás lo sea. No controla sus acciones, no todo el tiempo. Los llevó por primera vez a este lugar hace más de 500 años, todo bajo su hechizo. Pero al ver sus ojos brillantes, su devoción sin fin por él le hizo abandonar la ilusión. En cambio, Druig les ofrece protección, a cambio del permiso para intervenir en conflictos personales. Saben que puede sentir la verdad y leer la mente. La mitad de ellos elige ir, explorar el mundo que está ahí fuera y él los deja .

Le duele saber que el mundo está lleno de conflictos sin fin ... guerras constantes, violencia. Cada vez que siente la necesidad de tomar, su mente se llena de recuerdos de ella. Makkari. Cuando su conciencia le duele por volverse cada vez más hastiada, más militante, la recuerda. La fe inquebrantable de Makkari en él. Su completa confianza en sus acciones. La forma en que ella lo había dejado irse en Tenochtitlan. Sabía que él volvería algún día, que trabajaría en la oscuridad tratando de arrastrarse.

Entonces, cuando escucha a Sersi, suplicándole que deje ir a los humanos, hace una pausa.

Piensa en Makkari. Por favor, Druig. Eres mucho mejor que esto, recuerda tu pasado.

Los pensamientos de Sersi entran en su mente, solo para que él los escuche. Druig exhala con dureza y parpadea, en un instante: la comunidad en la que ha estado viviendo deja caer sus armas y lo mira detenidamente antes de asentir y buscar seguridad. Su segunda acción es empujar desde donde está parado y luchar.

Piensa en Makkari, cuando se desliza sobre la cola del Desviante y se enrolla en un rollo. Cuando levanta el arma, mientras esquiva sus garras mortales y corre por su espalda, Druig recuerda la forma en que se enfrentarían a los Desviantes. A través de miles de años. Su hermosa Makkari lo aceleraría a esta misma posición, mientras usaba sus espadas gemelas de doble filo para hundirse en su cabeza. Atacó desde todos los ángulos, a veces tirándolo con la fuerza de su mano, otras veces agarrando a las criaturas por la cola y corriendo con ellas hasta que las arrojó. Cuando gira en el aire y dispara, desearía que ella estuviera aquí.

Después, cuando están de luto por Gil. Se atraganta. Sentir a Thena tan desconsolada y perdida le hace reflexionar sobre los años perdidos entre todos ellos. Cuando se expresa su plan, siente un nudo en el estómago. Druig siempre lo había sabido. Amaba a Ajak, pero había sentido tanta confusión y oscuridad dentro de ella. Un conflicto interno cuando él expresó sus dudas, ella se debatió entre dos puntos de vista. Druig nunca creyó del todo en Arishem. Nunca había confiado plenamente en el propósito de su misión, pero había deseado que no fuera cierto. Lo que había sentido en Tenochtitlan. Siempre sintió la verdad. No podía leer sus mentes sin que se ofrecieran, pero podía saborear la amargura de las mentiras en su lengua, las dulces verdades de miel en sus papilas gustativas. Por eso había dudado. Por qué no podía entender a Ikaris.