Capítulo 15.

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-No fue así... -hablo Ana

Hace aproximadamente 2 horas habíamos llegado a la casa de Noah y como ambos estábamos hambrientos Ana decidió cocinar para nosotros así que me ofrecí a ayudarla, Noah se había metido en su oficina porque tenía una reunión urgente así que preferimos no intervenir.

Ana era una señora mayor que desde que había llegado a este lugar me había tratado de lo mejor, era muy pegada a Noah y demostraba mucho cariño hacia él.

Mientras la comida terminaba de estar lista Ana me estaba contando lo que había pasado estos días con Noah, y me confesó la verdad de lo sucedido en el aeropuerto.

-Yo casi he criado a ese muchacho, el no conoce a ningún dueño de ningún aeropuerto.

- ¿Entonces? -cuestione

-Ese día estaba muy furioso porque no sabía dónde estabas, entonces lo llamo a Daniel, podía oír claramente como le gritaba porque le diera el dinero necesario al dueño del aeropuerto para que lo cerraran

-Dios, ¿Sabes cuánto dinero gasto?

-Solo sé que es mucho, cuando llego Daniel aquí dijo que ese dinero era extremadamente mayor y que no lo debían hacer. Cuando hable con el solo me dijo que no importaba el dinero

- ¿Este hombre gasto demasiado para que no saliera del país?

-Así es...

-No puedo creerlo

-Cuándo él quiere algo no le importa lo demás, lo conozco demasiado para saber que le gusta tu compañía

-El mismo me lo aseguro -murmure sonriendo

- ¿Él te lo dijo?

-Si

-Wow, parece que ha cambiado en algo, nunca ha sido capaz de aceptar que necesita alguien junto a el

-Aun quiero saber ¿Por qué razón me mintió?

-Se lo puedes preguntar ahora, ya está lista la comida ¿Puedes ir a llamarlo?

-Pero está ocupado, sabes cómo se pone cuando David lo interrumpe imagínate que vaya yo, será peor

-No lo creo, ve tu y veras que no reaccionara mal

-No, estoy segura de que se enfadara

-No lo hará, ve

-Primero te ayudo a preparar la mesa

-Ya lo hago yo -explico

- ¿Segura?

-Si, ve tranquila

Respire hondo antes de salir de la cocina para poder acercarme a la puerta de la oficina de Noah, levanté mi mano dispuesta a tocar, pero al instante la baje arrepentida. Si él se enojaba, comer juntos sería muy incómodo y no quería eso, quería tener una comida tranquila y sin ningún tipo de molestias. Toqué la puerta sin pensarlo más pero no se oyó ningún sonido del interior, volví a tocar y está vez se escuchó como Noah maldecía en voz alta.

-Cuando mierda entenderán que cuando estoy ocupado no me jodan -hablo enojado al mismo tiempo que yo abría la puerta

Él se encontraba detrás de su escritorio mientras mantenía su mirada en todos los papeles que se esparcían por la mesa, detrás de él se encontraba un gran librero repleto de libros y al lado izquierdo un pequeño bar con muchos licores en su interior.

-Lo siento -me disculpe

-Eres tú Amelia, ¿Que sucede?

-No quería molestarte lo siento, solo que Ana me dijo que te avisa para poder comer

El Trato Perfecto [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora