1💍

1.8K 203 21
                                    

El día empezó un tanto desafortunado, Kieran no  escuchó la alarma en la mañana, por lo que inevitablemente se quedó dormido, a pesar de vestirse en tiempo record y no desayunar llegó más tarde de lo que esperaba.

La junta tuvo que esperar quince minutos por él, y gracias a Dios no fue más tiempo.

Lo peor fue ver a su "esposo" con una sonrisa ladeada mientras entraba, Zack era un imbécil.

El hombre estaba en su lugar, con el traje perfectamente arreglado, el pelo rubio y engominado hacia atrás, los ojos cafés eran una mezcla extraña de diversión y altanería.

Kieran se sentó frente a él, al otro extremo de la mesa, y Zack no esperó más para su broma.

—Tendrán que disculpar a mi esposo, últimamente no tiene sentido del tiempo, un hombre enamorado es peligroso —todos en la reunión terminaron riéndose entre dientes.

Kieran sonrió un poco molesto, aunque bromas como éstas eran bastante comunes entre ellos, a pesar de sólo llevar tres meses de casados y conocerse, Zack no parecía ser el mismo hombre nervioso al que tuvo que ayudar a poner el anillo en su dedo.

Este Zack era más seguro de sí mismo.

—Olvidemos la desconsideración de mi esposo en despertarme esta mañana, y empecemos la reunión.

Esa fue la respuesta a su broma hacía no menos de ocho horas y no podía creer que se metiera en otra situación extraña, la mujer con la que llevaba viéndose más de un mes subió a su regazo y se frotó contra su ingle.

Kieran la miró con molestia. 

—¿Qué acabas de decir? —era mejor que estuviese escuchando mal o tendría un gran problema, sobre todo con Zack.

—Quiero que te divorcies y te cases conmigo —Kieran la sacó de su regazo y se puso de pie.

—¿Estás loca, mujer? —Rachel se encogió de hombros moviendo su cabello rubio.

—Evidentemente no eres gay, aunque estés casado con un hombre, o no estarías aquí. ¿Me equivoco? —Kieran la tomó de las mejillas con una mano y le alzó la cabeza. 

—Escucha, no voy a divorciarme, y no vuelvas a meterte en lo que no es tu problema.

Rachel sonrió importándole poco sus palabras.

—¿Tu marido sabe lo que haces a sus espaldas? —Kieran la empujó e hizo que cayera sobre el colchón.

—¿Por qué, le dirás?

—Podría hacerlo —murmuró poniéndose de pie otra vez—. Le contaré a todos que tu matrimonio es una farsa, te veré quebrar, a ti y a tu marido.

—Cuidado con lo que dices ramera —gruñó.

—Divórciate, o haré que él se entere de todo esto, estará tan enojado por ponerlo en peligro, que te dejará viviendo en la calle —eso no era del todo incorrecto.

—Sólo eres una puta más, así que cíñete a tu papel —refunfuñó saliendo de la casa.

Rachel empezó a gritar como una loca.

—¡Lo haré! ¿Me escuchas? ¡No me conoces!

Kieran condujo lo más rápido que podía a casa, tecleó el código para poder subir, y lo primero que vio al abrirse las puertas del ascensor fue la persona que menos quería ver, pero podría resolver su problema.

Zack yacía sobre el sofá, sólo se había quitado los zapatos y desbrochado un poco la camisa, su pelo estaba un poco desorganizado, Kieran se sentó frente a él, y pensó en lo que diría.

Matrimonio x contrato (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora