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Kieran llegó a casa del trabajo, en la mañana recibió un mensaje con buenas y malas noticias, la buena es que no tendría que preocuparse por Rachel, la mala era que Zack no iría a la empresa y tendría que hacer su trabajo.

Entró en pánico por unos minutos al pensar que Zack podría estar herido, pero eso era imposible, Rachel era baja y tenía poca fuerza, no podría dañar a alguien como Zack.

Su esposo no estaba a la vista, así que caminó a su habitación, Kieran dio dos toques en su puerta, al menos necesitaba agradecerle.

—Lárgate —gruñó Zack desde el otro lado.

Kieran frunció el ceño, él no hizo nada para hacerlo enojar. ¿Por qué le hablaba así?

—Zack. ¿Pasó algo, estás bien?

—Kieran. ¿No te dije que te largaras?

—No entiendo cuál es tu problema —dijo, Zack gritó desde el otro lado de la puerta.

—Tu eres mi problema, a partir de ahora deberías crear menos problemas manteniendo tu bragueta arriba.

—Te dije que no volvería a repetirse.

Kieran no solía ser dócil, mucho menos cuando le hablaban como ahora, pero Zack se encargó de su desastre, no tenía más remedio que aguantarse.

—Más te vale, porque la próxima no lidiaré con ella.

—¿En serio no podemos llevarnos bien? —murmuró, Zack respondió a su pregunta.

—No.

—Hablemos cara a cara —Kieran no sabía porque seguía insistiendo cuando sabía exactamente la respuesta que obtendría.

—No, ve a dormir y déjame en paz.

—Todavía tenemos que comer.

—No quiero comer.

—Te dejaré algo sobre la mesa, cuando tengas hambre lo comes.

Zack no respondió, Kieran preparó cuatro sándwiches, comió dos de ellos y dejó los demás sobre la mesa, puso un paño encima y se fue a dormir.

Quizás Zack estaría de mejor humor en la mañana.

Kieran despertó seis horas después, Zack ya se había ido y comido sus sándwiches, desayunó y se fue a la empresa, debido a que era muy temprano fue primero a la oficina de Zack.

Su esposo estaba leyendo un contrato reciente entre ellos y una empresa china, Kieran tomó asiento, Zack dejó de leer dos minutos después y abandonó el documento sobre el escritorio.

—¿Qué quieres? —gruñó, Kieran alzó las cejas.

—¿Esa es manera de tratar a tu esposo?

Zack lo miró con los ojos entrecerrados.

—Tu esposo tuvo que encargarse ayer de tu amante, fue una tarea desagradable.

—No más amantes para mí en un tiempo, lo he cogido.

—Si ya no tienes más que decir vete.

—Intentemos llevarnos bien, si somos amigos toleraremos mejor las cosas.

—No, así empiezan los romances, no me arriesgo —Kieran resopló.

—¿No estás seguro de tu sexualidad?

—De la mía sí, de la tuya… no tengo idea.

A opinión de Kieran era una excusa tonta, Zack simplemente no quería ningún tipo de relación con él, ya sea porque le odiaba o tenía miedo.

Matrimonio x contrato (BL)Where stories live. Discover now