Honduras x Israel (Parte 3)

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El judío no podía creer lo que oía, su cerebro le exigía que no le diera importancia a semejante revelación, y se negaba rotundamente a hacerlo, dándole igual lo que pasara después. Se obligaba a sí mismo a buscar excusas o distorsionar las palabras del latino, todo con tal de meterse a otra realidad.

Todo lo que creaban sus pensamientos era la palabra "no" y nada más; no le creas, no es cierto, no lo escuches, no está diciendo la verdad, no tiene pruebas, y mil variantes más de todas las frases que esquivaran la genuina respuesta a la cruda certidumbre.

Ya estaba acostumbrado a negar lo peor para no caer en desesperación, lo venía probando desde que el aleman lo "acogió" en aquellas grises paredes, pero parecía que esta vez su fórmula tenía fallos; el pánico continuaba allí, y no parecía querer irse.

De verdad esperaba que las palabras del hispano fuesen una equivocación y que lo que yacía atrás de ellos fuesen simples botes pesqueros o algo parecido. Era imposible que se tratasen de genuinos barcos rastreros, las potencias no contaban con tan buen equipo como para encontrarlos justo en medio del mar, ¿verdad?

—M-Ma hoa amar?ma hoa amar (¿Q-Qué fue lo que dijo?) —Susurró el hebreo, quitándose suavemente la mano del hispano de su boca.

—Son buques ingleses, Israel, tienen la bandera de Reino Unido en ellos —Reveló el hondureño, frunciendo el ceño preocupado y clavando sus uñas en el piso.

Sus pupilas se volvieron pequeñas por la impresión, sintió sus latidos acelerarse a un ritmo que ni él mismo sabía que era capaz, además de poco a poco perder el color en las líneas índigo de su bandera, las cuales pasaban a ser casi aqua por todo el horror que salía cual espuma a la superficie. Juraba que iba a perder el aliento allí mismo, y sólo deseaba captar o descubrir que era un simple malentendido.

Qué pena que las expresiones aterrorizadas del latino no ayudaran, y además de confirmar el miedo en sus gestos cada vez que asomaba la cabeza para corroborar su conclusión, también se volvia testigo de no ser el único en quedar desteñido ante la situación.

Podía escuchar la respiración de Honduras agitarse segundo a segundo, y percibía atento los murmullos que maldecían el dúo marítimo en maneras en la que no tenía idea de que pudiesen existir, pero bajo presión y peligro cualquier cosa puede pasar, ¿no?

—A-Art btuch shaham sphenes anglias? (¿E-Está seguro de que son buques ingleses?).

—Sí, lo son, los conozco demasiado bien, y estos dos son igualitos —El catracho apretaba los dientes mientras elevaba ligeramente la cabeza para posar sus ojos en el barandal, sin intención de ser detectado—. Mierda, y justo aquí.

—Lo, ze lo yakul geta, ze haveto geta badikha (No, no puede ser, esto debe ser una broma) —Las orbes del israelita se comenzaron a cristalizar, al mismo tiempo en que sus hombros se estaban sacudiendo levemente. El pavor había sido inyectado en su sistema, otra vez—. T-Teii lea shezo badikha, bebkasha (D-Dígame que es una broma, por favor).

—En verdad me gustaría decir que es eso, pero no creo que sea buena idea mentirte —El hispano volteó a ver al asiático con pena, admirando en primer plano cómo el terror iba tomando el control sobre su cuerpo.

Dicha tal revelación, cierto ardor comenzó a aparecer en los ojos del albino, formando pequeñas lágrimas que lentamente fueron acumulándose y nublando la vista del asiático. Éste último hizo un esfuerzo por frenar su viaje, pero sólo consiguió que salieran más rápidamente, resbalando por fin por sus temblorosas mejillas.

Enculado | Honduras Harem |Where stories live. Discover now