| 10. ta̶l̶ ̶v̶e̶z Por siempre

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| 10. ta̶l̶ ̶v̶e̶z Por siempre

Septiembre, octubre, noviembre...

Y diciembre.

Jimin aseguró a todos sus amigos que la ruptura estuvo bien para él. Claro, lloró demasiado, y fue especialmente difícil tener a Namjoon como compañero de clases, pero se las apañó para llegar entero a casa.

Sin embargo, el último día de clases antes de las vacaciones de navidad, duele como si fuese el primero. No porque todavía lo quiera, sino por la melancolía de lo que pudo haber sido si Namjoon no le hubiera roto el corazón...

—Estaba destinado a fracasar, Jiminie —le había dicho Taeyeon y él está de acuerdo, porque cualquier cosa que comenzara tan de aprisa, tenía que terminar del mismo modo—. Pero conseguirás alguien mejor.

Jimin asiente cuando su cabeza repite esas palabras. Se arregla el uniforme y se obliga a sí mismo a sonreír emocionado. Si alguien le pregunta si su corazón está sano, él diría que... todavía está en proceso. Porque hay veces en las que no duele, y otras en las que se siente debilitado en los bordes.

—¡Jiminie! ¡Tu mamá acaba de llegar! —grita su padre.

Justo entonces, la sonrisa se convierte en real. ¡Su mamá está ahí! Hace mucho que no la ve, y quiere hablar de todo y nada con ella. Baja las escaleras cual estrella fugaz y casi se tropieza en el último escalón, pero se recupera cuando sus ojos enfocan la espalda estrecha de la mujer. Ella tiene un gran parecido con Jimin: Piel blanca, cabello dorado, estatura baja y labios redondos. Antes de que se de la vuelta, Jimin ya la está abrazando.

—Mi niño, ¡qué lindo estás!

Jimin se ríe y limpia sus ojos llorosos—. Tú estás más linda.

—Ella es linda y tú tienes de quién sacarlo, así que vámonos —dice su padre apareciendo. Se arregla la corbata mientras camina hacia el auto—. ¿Jimin?

Jimin lo abraza fuerte y de la nada. El señor Park mira a su ex esposa con una interrogante en la cara y ella se encoge de hombros.

—¿Estás bien, amor? —le pregunta a su hijo agarrándole de las mejillas.

—Sí, papi —Jimin sonríe y sus ojos se esconden; ha pasado mucho tiempo desde que puede ver a su hijo sonriendo de verdad. No una mueca de lo que fue y ya no es, sino felicidad real—. ¿Ya nos vamos?

—Sí, vamos.

Después de clases, Jimin se irá con su mamá de vuelta a Busan. No puede evitarlo, hay muchas emociones abordando su sistema. Extrañará a su papá y las clases esporádicas de gastronomía que suele darle. 

—Nick desayunará con nosotros, por eso voy a tu escuela, pedimos permiso y nos vamos, ¿te parece?

Jimin asiente—. ¡¿Nick está aquí?!

Nick es el nombre de su padrastro. El hombre le cae bien; es divertido y nunca lo trató mal, aunque a Jimin le costó aceptar que sus padres ya no estarían juntos nunca más. Ahora, ellos parecen buenos amigos antes que ex pareja. No hay rencores de por medio.

—Aaajam, e hizo un curso de gastronomía para ganarle el puesto a tu papá. —la mujer bromea.

En los próximos minutos hay una pelea entre risas que termina con Jimin dolorido por tanto reírse. Llegan a la escuela y caminan hacia la dirección. Su padre saluda a todo el mundo mientras que su madre sigue derecho hasta la oficina de la directora, evitando el contacto visual lo más que puede.

You are NOT a Monster | NamMinWhere stories live. Discover now