015

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Habían decidido que Jisung lo visitara otra vez esa tarde, ya que él no podía asistir a clases y el pelirrojo se sentía culpable por eso. Le había prometido prestarle todos sus asuntos y poner el doble de atención para que Minho no se quedara atrás. No le creyó mucho lo último, el chico era el rey de los despistados, pasaba una mosca y su concentración iba a parar a otro continente.

— ¿Cuánto crees que le falta a Jisung para llegar? — preguntó Felix terminando de arreglarse.

— Un par de minutos — respondió mientras dibujaba cualquier cosa que rondara por su mente.

— Me tengo que ir porque si no llegaré tarde, pero no quiero dejarte solo — murmuró Felix con un puchero.

— No te preocupes, no debe faltarle mucho — le dijo para tranquilizarlo.

— Bien. Me iré, pero cualquier cosa debes llamarme. Changbin debe regresar pronto con los niños — se acercó y dejó un beso sobre la cabeza de Minho.

— Que te vaya bien — le sonrió.

— Bien... Supongo que no debo preocuparme por dejarlos solos ¿Cierto?

Minho lo miró sabiendo muy bien a dónde iba el tema — Claro que no. Nunca.

El mayor río y luego le lanzó un beso para marcharse. Sus padres habían creado una idea en su mente y parecía que no se iba a salir de ahí. Arrugó su nariz, él no tenía ese tipo de sentimientos por Jisung...hasta el momento, o eso era lo que creía.

Sintió el timbre y se puso de pie para abrirle. El pelirrojo vestía una sudadera violeta y unos pantalones amarillos pastel. Era como ver una bolita de colores ya con su cabeza pelirroja brillante.

— Hola, te traje los apuntes aunque en realidad no mucho...pero lo hice con todo mi esfuerzo. La profesora de química nos pidió hacer un experimento pero como los chicos son idiotas mezclaron cosas como no debían y ¡boom! Tuvimos que salir corriendo porque el humo era insoportable — lo comenzó a bombardear con información mientras caminaba hacia dentro. Ni siquiera lo había dejado saludarlo de vuelta.

— ¡Jisung! No me interesa que haya pasado en la escuela — le dijo intentando callarlo. El chico lo miró e hizo un puchero.

— ¡Me siento culpable! Y pensé que querías saber todo lo que pasa mientras no estabas... — se quejó dejándose caer sobre el sofá.

— No, no me interesa. Y deja de sentirte culpable, no es tu culpa que ellos sean unos idiotas — le recordó sentándose a su lado.

— ¿No me vas a dejar por esto? — preguntó. El pelinegro notó la preocupación en la voz del chico.

— ¿Dejarte?

— Alejarte de mí, quizás te aburra que siempre debas defenderme o quizás te aburra que hable mucho. Yo sé que puedo ser insoportable, ya me lo han dicho — murmuró — Las personas suelen alejarse de mí porque hablo mucho y soy muy inquieto, y por mi ropa.

Minho lo miró preguntándose si no se pondría a llorar en cualquier momento, él no quería eso, aunque tuviera mucha experiencia en calmar personas por sus hermanos no quería tener que consolar un Jisung llorón.

— Mira...te voy a ser sincero, a veces te quiero cortar la lengua — dijo. Esperó que Jisung no se enojara pero este solo se rió — Pero quizás es bueno que hables hasta por los codos, yo no hablo mucho. Así que lo que no hablo yo, lo complementas tú, aunque tenga que escucharte hablar todo el día. No voy a alejarme de tí ni por tu boca sin freno, ni por tu manera de vestir — le aseguró.

Jisung lo miró y sonrió. Sin darle tiempo de nada lo abrazó. Sus brazos lo rodearon sin darle tiempo de alejarse o reaccionar, al tenerlo tan cerca pudo darse cuenta que el chico olía a bebé, a esos horribles perfumes de bebés. Él los odiaba, pero por alguna extraña razón no le disgustó tanto como pensaba. No sabía que hacer, no estaba acostumbrado a los abrazos, solo le gustaban los de sus hermanos y los de sus padres.

padres - changlix ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora