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una pequeña chimenea alumbraban el lugar, dejando una tenue luz entre el alfa y el omega, ambos en silencio disfrutando de un té que había preparado louis.

el sonido de la lluvia tranquilizaba q louis quien de vez en cuando saltaba en su mismo lugar por los relámpagos que caían fuerte.

—las tormentas a final de verano a veces son muy intensas. —la voz de louis interrumpió el silencio durante unos segundos.

—¿naciste aquí? —harry busco los ojos en la oscuridad y louis solamente relamía sus labios después de haberle dado un sorbo a su té de jazmín.

—no... —hizo una pausa para desviar su mirada de la de harry. —llegue aquí hace cuatro años. conseguí esta casa y la cafetería por mi madre. —harry lo vio con curiosidad y le suplico con la mirada que continuará. —me fui de casa de mi padre cuando tenía 18 años, mi madre me había abandonado con él cuando era un bebé y vino a vivir aquí, así que cuando murió yo pude quedarme con lo que ella dejó aquí.

harry trago duro con temor que este dulce omega hubiese sufrido en algún momento. —¿t-tú padre... —louis negó rápido.

—n-no, no, él siempre fue un buen padre, hasta lo que pudo sabes... mi madre se fue dejando a un bebé omega con un alfa de 20 años, él siempre fue amoroso, pero extremadamente exigente, —louis rió. —cuando me gradué de la preparatoria llore de la emoción porque ya no tendría que desvelarme todas las noches para poder pasar con excelencia todas las clases. —la mirada de louis fue cálida y melancólica.

el ruido del fuego en la pequeña chimenea en la sala de louis le daba calidez a la situación, harry admiraba el perfil del omega quien buscaba el calor en su cárdigan color azul celeste, este caía un poco por lo cual descubría sus hombros delgados y clavícula marcada.

—¿entonces por qué te fuiste? —louis suspiró y volteo a ver a harry, este no desvió la mirada y continuó con su mirada intensa sobre él omega joven.

—porque ya no podía con esa presión cuando no era lo que yo quería en el futuro... —louis suspiró recordando. —yo no quería ir a una universidad costosa, o una vida de oficina... —la voz de louis empezó a temblar por la frustración que él sintió en el momento en que su padre se burló en su cara de todos los planes y deseos que quería para su futuro. —y-yo quería una vida tranquila, tal vez teniendo que trabajar duro todos los días en una cafetería pequeña, en un pueblo pequeño y una casa pequeña... pero era lo que yo quería. —louis se detuvo un momento cuando sintió que esa frustración se fue. —dentro de unas semanas aplicaré para dar clases en el preescolar del pueblo, tal vez solamente trabajaré en las tardes en la cafetería y tendré que contratar a alguien, pero eso es lo que yo quiero. —susurro louis.

harry vio asombrado al omega después de que esté haya bajado la guardia y compartido algo tan personal para él.

—mis padres me alejaron de ellos por ebrio. —susurro harry. bajo la mirada con vergüenza y después volteo a ver a louis quien lo veía asombrado. —cuando mi hermana murió decidí que la mejor opción de superar las cosas era no sintiendo nada, el alcohol ayuda en eso. —le dio un sorbo a su té, este bendecía que no recordara el sabor de la cerveza o del whiskey.

—¿e-eran muy unidos? —preguntó louis y aclaró su garganta. —tu familia. —afirmando que hablaba acerca de su familia.

harry sonrió recordando a sus padres y a su hermana.

—si, éramos ese tipo de familia que eran los modelos para los anuncios de la televisión, mi hermana era nuestro pilar principal. —rió y negó con la cabeza. —era el tipo de persona que cuando alguien está triste, simplemente los escucha, se queda con ellos y los escucha, después les da un buen consejo y después cuenta una broma. ella si era buena contando chistes, créeme, la persona más divertida que vas a conocer. —rió.

louis vio la mirada perdida de harry.

—creo que eso es hermoso, harry. debió haber sido una gran persona, y creo que tú eres muy fuerte por haber superado tu adicción. —harry vio a louis y por un momento sintió una calidez en su pecho.

la lluvia continuaba y llenaba esos pequeños silencios que había entre ellos dos. su conversación continuó y continuó.

los dos hablaban acerca de sus vidas, de la vida de louis en londres y que tan desastroso fue su preparatoria, con acné por estrés y un pequeño problema de sobrepeso, por lo cual los alfas lo rechazaban solamente por existir, aunque a él no le interesaba porque su padre aún así le prohibía salir con alfas.
harry le contó a louis la forma en que su padre le había regalado un camaro 1970 cuando estaba en secundaria y él duró un año reparándolo, y como su adolescencia se basó en fiestas, citas y novios ocasionales.

pasaron horas hablando hasta que dio la media noche y el pequeño omega ya estaba cansado, soltando bostezos cada que terminaba una oración.

—cereza, creo que deberías ir a dormir y yo ver la manera en que llegaré a casa. —tomo la mano de louis y lo levantó del suelo.

—quédate. —louis susurro y bajo la mirada.

el sonrojo en el rostro de ambos no se podía ver por la poca luz que había.

—no hay donde dormir, cereza, y no dormirás en ese sofá y yo no quepo en ese sofá. —rió harry.

—p-puedes dormir conmigo en la cama... a mi no me molesta, harry. —louis tomo su mano tímido.

harry se dejó guiar a la habitación viendo la cama individual pero en que cambian los dos.

—e-esta bien, cerecita.

minutos después louis se puso su pijama y harry ya se encontraba en la cama viendo el techo, este contaba con puntitos de color fosforescente que se veían en la oscuridad, el sonido de la lluvia persistía y no parecía querer detenerse en ese momento.

cuando harry sintió que el colchón se hundió un poco y el calor que producía el omega llegó a él, su olor era embriagante y lo tranquilizaba, su alfa le exigía tocar al omega, mantenerlo calientito durante la noche y marcarlo con su aroma, pero su parte consciente lo evitaba, no quería faltarle el respeto a louis.

cuando se estaban quedando dormido harry volteo al frente viendo a louis quien tenía sus ojos cerrados, sus delicadas pestañas acariciaban su dulce piel y su cabello suave caía por su frente, harry movió su mano, quitando delicadamente el mechón de cabello que tapaba su cara.

esto era agradable.

el alfa de harry quería irse a dormir con esta vista por toda su vida.

y tal vez harry le agradaba demasiado esa idea.

l'oceano e le torteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora