1/2

1.4K 162 34
                                    

Claro que él lo sabía. Chifuyu no era un idiota cómo para no darse cuenta de las mentiras y engaños que Baji le decía o hacía todos los días. Pero no sabía desde cuándo había empezado ni con quién se revolcaba cuando le decía que tenía trabajo que hacer.

Siempre lo perdonaba, y realmente quiso perdonarlo, pero aquel día que vio el engaño con sus propios ojos supo que hasta ahí había llegado su bondad.

Tras ver los labios carnosos que tanto adoraba besar de su alfa sobre los delgados labios de cierto chico que hacía llamarse su amigo, Chifuyu supo la razón del porque Baji ya no quería hacerlo con él, del porque Baji se alejaba cuando él se acercaba, del porque Baji siempre tenía tanto trabajo, del porque Baji siempre se bañaba después de llegar del trabajo, del porque Baji se esforzaba tanto por quitar cierto aroma al llegar del trabajo, del porque Baji ya no lo miraba como antes... del porque Baji había dejado de amarlo.

—Tantos años juntos y me haces esto, Baji-san. —dijo entre susurros el chico de cabellos rubios, mordiéndose los labios para no seguir llorando. Ya no más. Ya no quería sufrir más. Ya no quería llorar más. Ya no quería estar al lado de Baji.

Salió del escondite de dónde estaba y caminó hacia el hogar de su amigo Takemichi, esperando que el —ahora— pelinegro se encontrara y pudiera darle refugio solo por esa noche, después de todo, sabía que Baji no llegaría hasta la mañana siguiente. Con pisadas dolorosas y frágiles, Chifuyu caminó por las desoladas calles del vecindario donde vivía su mejor amigo.

—"Espero que no me roben". —pensó el bonito rubio, mirando de vez en cuando a sus lados o hacia atrás, esperando que ningún malandro se le acercara, ya que aquel vecindario era bien conocido por la inseguridad que había, pero que Takemichi no podía abandonar debido al poco salario que ganaba en la tienda donde trabajaba.

Al llegar al hogar del rubio tocó la puerta cómo siempre hacía, esperando que su amigo le abriera, sin embargo, eso no sucedió, aún si el rubio había tocado 10 veces la misma puerta, con mayor fuerza cada vez. Takemichi no estaba.

Alejándose un poco de la puerta, la conversación que tuvo con su amigo en la mañana llegó a su mente fugazmente.

Flashback

—¡Encontré un nuevo empleo y ahí me pagan más! —decía el chico tras haber llamado a Chifuyu. —Ahora si podré comprarme conjunto que vimos la otra vez.

Chifuyu silbó. —¿Y con quién vas a estrenar la lencería?

—¡La lencería no, yo habló de la otra ropa que vimos! —Chifuyu se rio de aquello. Estaba seguro que Takemichi si estaba hablando de la lencería.

Fin del flashback

Takemichi había encontrado un nuevo empleo nocturno, por lo que no volvería hasta la mañana siguiente.

—Mierda. —susurró el rubio. Ahora tendría que ir a su "hogar" y consolarse a sí mismo, y eso era lo que menos quería. Su omega estaba dolido, necesitaba de alguien.

Para Takemichi:

"Por favor, llámame cuanto antes, te necesito"

Le envió un mensaje a su mejor amigo, quedándose de espaldas a la puerta de su departamento. Prefería llorar en aquel lugar que llorar en el lugar que tanto llamaba hogar.

Cerró sus preciosos ojos y dejó que las lágrimas inundaran su rostro, dejando salir todo lo que había guardado desde que se había dado cuenta que su alfa lo estaba engañando. Dobló sus piernas de manera que sus rodillas estuvieran frente a su rostro, enterrándose en ellas como si de un refugio se tratara.

—¿Chifuyu? —Chifuyu miró hacia arriba, encontrándose con la mirada de aquel alfa rubio que era uno de los mejores amigos de su alfa, Manjiro Sano.

El alfa lo miró con preocupación, sin embargo, no pudo preguntarle por lo que le pasaba porque el omega frente a sus ojos comenzó a llorar más.

Se sentía tan patético que ya no le importaba quien lo viera. Pronto el ex comandante de la Toman se sentó a su lado y le ofreció un hombro en el que llorar. Chifuyu agradeció esto y se aferró a Manjiro como si su vida dependiera de ello.

Mikey palmeó la espalda de Chifuyu, consolándolo, dejando de lado la bolsa de compras que tenía en su mano.

Tras media hora de consuelo, el omega pudo finalmente platicarle entre sollozos a Mikey lo que había sucedido horas atrás, desahogándose con el alfa de estatura baja, siendo a veces interrumpido por uno que otro gato que paseaba por ahí.

Chifuyu sabía que ya no podía aguantar más tiempo a lado de Baji, pero necesitaba que alguien se lo dijera, y ese alguien se presentó frente a sus ojos como un ángel que le traía un mensaje.

—Déjalo. —Fue lo que le dijo Manjiro frente a la puerta del departamento mugroso de Takemichi. Y Chifuyu le hizo caso.

.

.

.

Eran pasadas las 3 de la mañana cuando Baji llegó a su hogar, quitándose los zapatos antes de entrar. Imaginaba que Chifuyu ya estaría dormido debido a la hora que era, pero que le había dejado la cena como siempre lo hacía, sin embargo, al llegar a la cocina no encontró cena alguna y Baji supuso que el omega estaría cansado, por lo que no le tomó mucha importancia a esto.

Sin hacer mucho ruido, Baji caminó hacia la habitación que compartía con su esposo, esperando que su relajante aroma se encontrara esparcido por la habitación, ya que el omega, cuando duerme, suele dejar salir un poco su delicioso aroma a vainilla, algo que tanto amaba Baji, sin embargo, su sorpresa fue ver que la cama estaba tendida, como si nadie hubiera dormido en aquella cama.

Alterándose, llamó a Chifuyu, esperando que el chico le respondiera con su tierna voz adormilada, sin embargo, ni los grillos hacían ruido en aquella noche.

Baji buscó a Chifuyu por todas las habitaciones, pero no lo encontró en ninguna de ellas. Preso del miedo, encendió su celular para llamarle a sus amigos, puesto que siempre lo apagaba cuando se encontraba con Tora, sin embargo, pronto su mirada de preocupación se volvió una mirada sombría y llena de furia.

Tras la pantalla se podía leer un corto mensaje enviado por su mejor amigo Mikey.

"No lo vuelvas a buscar"

Pronto las feromonas de furia de Baji inundaron el lugar.

Intentó llamarle a Chifuyu, pero el celular del omega se encontraba en el sillón, abandonado, tal cual como Baji había abandonado a Chifuyu.

Marcó a Mikey, pero su llamada fue contestada por la contestadora.

Llamó a Takemichi, pero éste le colgó en varias ocasiones, hasta que el chico se hartó y apagó su celular.

Y lo mismo sucedió con todos sus amigos, porque todos se habían puesto del lado de Chifuyu.

Iba a aventar su celular en un rincón de la sala, sin embargo, la notificación en el aparato le anunció la llegada de un nuevo mensaje. Con desgano, desbloqueo su celular y miró atónito lo que le decía. Creía que era una mala broma o una pesadilla, pero las palabras de Chifuyu a través del celular de Mikey fueron muy claras.

"Aprenderé a vivir sin ti"

Y Baji supo que la había cagado.

.

.

.

¿Quieren que lo continúe? Yo quería hacer solo un One-shot, pero no sé jaja podría agregar un poco de Mikey x Chifuyu o Mikey x Takemichi, lo que prefieran.

Quise compartir esta historia en facebook, pero me dió pena compartirlo desde mi perfil personal y no tengo cuenta secundaria jaja a ver quién encuentra esta historia.

Siganme en mis redes sociales que aparecen en mi perfil.

Gracias por leer.

Aprenderé a vivir sin tiWhere stories live. Discover now