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Decir que estaba enojado era poco. Las feromonas de Baji invadían cualquier espacio del hogar que compartía con Chifuyu, enfurecido de lo imbécil que había sido. Hace tiempo que engañaba a Chifuyu con Kazutora. Lo que al principio le resultaba divertido y peligroso después se convirtió en odio y culpa hacia él mismo, pero Baji no podía dejar a Kazutora. Si Baji dejaba a Kazutora, el chico de cabellos bicolores estaría resentido y se desquitaría con Chifuyu, diciéndole acerca del engaño, lo que haría que Chifuyu lo abandonara, tal cual había hecho aquel día.

Baji llamó y llamó a su amigo rubio, esperando que Mikey le contestara, pero sus llamadas siempre fueron enviadas al buzón. Y Kazutora no sabía que hacer, aquella misma madrugada Baji lo había llamada para contarle todo, y el chico, como buen amante que es, llegó hasta el hogar Baji-Matsuno, siendo recibido por las feromonas de enojo y frustración de Baji.

Kazutora quería calmar al pelinegro, pero él más que nadie sabía que él único que podía calmar a aquel desastroso alfa era Chifuyu. Ni él, siendo su amante, pudo calmarlo ni una sola vez, y eso era lo que más le dolía a Kazutora.

Baji tomó todo lo que pudo, fotos, vasos, lámparas, sillas, y las estrellaba contra la pared. Kazutora solo se mantenía alejado de él.

—Baji, es suficiente. —decía Kazutora, pero el alfa lo ignoraba.

El alfa interior de Baji estaba intranquilo. Quería estar con su omega, quería ir a buscarlo, pero no quería ver la mirada decepcionada de Chifuyu sobre él, no quería ser odiado por Chifuyu. Pero, por otro lado, tampoco quería que Chifuyu estuviera en casa de otro alfa. ¡Él debía estar con él, no con Mikey!

—Mikey, Mikey, ¡Mikey! —gruñó el alfa pelinegro. Sus ojos pronto se volvieron brillantes y amenazantes. Su lobo lo único que podía pensar era que su omega estaba con otro alfa, y lo único que quería hacer golpear a ese bastardo que se hacía llamar su amigo.

Por otro lado, Chifuyu no estaba mejor. Tanto él como su omega estaban dolidos de la traición de Baji, pero más les dolía el saber que eran unos estúpidos por haber creído ciegamente en aquel alfa. Lo peor era que Chifuyu pensaba que Baji era su pareja destinada, pero al parecer esto no era así, porque su pareja destinada nunca lo había traicionado, o eso era lo que había visto en sus mangas shojo.

Chifuyu gimoteaba contra la almohada. Él solo quería vivir un lindo romance a lado de su pareja destinada y ser feliz con la compañía de sus amigos, pero el mundo parecía estar en su contra porque no solo había sido traicionado por su pareja, sino también por uno de sus amigos más cercanos. Lo único que quería Chifuyu en esos momentos era seguir encerrado y lamentándose en aquella habitación que le había proporcionado Mikey, pero tanto el alfa de baja estatura como su mejor amigo Takemichi no lo permitieron, entrando a la habitación de un portazo, asustando al omega, y arrastrándolo hacia el baño para que se bañara y se quitara la peste de lamento y el leve olor a Baji que tenía encima.

—No te preocupes, compañero —le dijo Takemichi—, Mikey-kun se encargará de patear el trasero de Baji si viene aquí.

Mikey levantó el pulgar, encantado de ser quien pateara el trasero de Baji por haber engañado a semejante omega. Él mismo le había dicho a Baji, años atrás, que Chifuyu era un omega poco común, y que, si no fuera porque era pareja de Baji, él ya lo hubiera cortejado, porque pocos omegas habían como él, y Mikey quería tener a alguien como él a su lado.

—Gracias chicos, pero... —Chifuyu hizo una pausa antes de proseguir —, yo seré quien le patee el trasero a Baji.

Takemichi sonrió y abrazó a su amigo. Realmente Chifuyu era alguien muy fuerte, todos sabían lo muy enamorado que estaba Chifuyu de Baji, y realmente creían que el chico se desmoronaría si algún día terminaran, pero Chifuyu estaba demostrándole lo contrario. Mikey esbozó una sonrisa antes de jalar a Takemichi del brazo.

—Si necesitas ayuda, me avisas. —dijo Mikey, excluyendo a Takemichi de su oración, algo que al otro chico no le pasó desapercibido, más no dijo algo al respecto.

—Gracias, Mikey.

Después de eso, Mikey y Takemichi quisieron darle un poco de espacio a Chifuyu, recordándole siempre que, si quería llorar, ellos estarían ahí para ofrecerle un hombro, algo que agradeció Chifuyu.

Mikey, con permiso de Chifuyu, le mandó un mensaje a todos sus amigos respecto a la situación que había entre Baji y Chifuyu, haciendo que todos se pusieran del lado del omega sin darle la oportunidad a Baji de que se defendiera. No habían dejado de ser amigos de Baji ni de Kazutora, pero los chicos decidieron no ayudar a Baji a "reconquistar" a Chifuyu, diciéndole que él ya había perdido su oportunidad.

Claro, Baji nunca se rindió con Chifuyu, pero el rubio, en los primeros dos meses de ruptura, no le dio oportunidad a Baji de que pusiera alguna excusa, porque no quería escucharlo. Chifuyu sabía que, si escuchaba a Baji, caería de nuevo, y eso no era lo que querían ni él ni su omega. Seguía dolido, sí, pero quería seguir adelante, y eso significaba no hablar con Baji por un tiempo.

Al tercer mes y medio de ruptura, Baji apareció frente a Chifuyu, pero esta vez era diferente, porque Baji se había enterado del embarazo de Chifuyu y Chifuyu ya estaba listo para decirles adiós a Baji de una vez por todas.

—Baji, sé feliz con la persona que amas. —Le había dicho Chifuyu después de haber aceptado la invitación de Baji de hablar a solas.

—¡Tú eres la persona que amo! —exclamó Baji, exasperado. Quería tirar la mesa hacia un lado y abrazar a su omega, pero Chifuyu no se lo permitiría. Baji podía ver que, aunque se viera calmado, Chifuyu se mantenía en alerta por él.

Antes Chifuyu se relajaba a su lado, y ahora él estaba en alerta por su presencia, y eso le dolía a Baji.

—Ja, eso no fue lo que vi cuando me engañaste. —dijo Chifuyu. —Si eso era todo, es mejor que me vaya. —Chifuyu se levantó de su asiento, pero Baji tomó su brazo antes de que se fuera.

—Ese bebé- —Antes de que pudiera continuar hablando, Chifuyu lo interrumpió.

—Es mío y de Mikey, Baji-san. —Fue lo único que dijo antes de zafarse del brazo de Baji y salir del lugar. Chifuyu creía que con eso Baji lo dejaría en paz, pero, ni aunque Baji pensara que el bebé era de Mikey, lo dejaba en paz.

Kazutora también creía que el bebé era de Mikey, porque Chifuyu le había dicho esto, pero todos los demás ya sabían que ese bebé era de Baji, pero respetaban la decisión de Chifuyu y de Mikey de mantener esto en secreto.

Mikey, por otro lado, estaba irradiando felicidad. Después de meses de cortejo no solo había ganado un compañero de vida, sino también un cachorro que se sumaba a la familia Sano. Mikey no podría estar más que feliz.

Sin embargo, ni con el nacimiento de los mellizos Baji se rindió.

Un día el alfa de cabellos largos estaba haciendo las compras y reconoció el dulce aroma a vainilla con leche de Chifuyu. El aroma a vainilla del chico se le había sumado el aroma a leche por el embarazo, algo que Baji había descubierto tras varios días de acosar al omega.

Baji giró su cabeza y pudo ver al omega sonreír. Pero su sonrisa ya no estaba dirigida hacia él, sino que estaba dirigida al otro alfa que lo estaba acompañando... a Manjiro Sano.

Chifuyu ya no sonreía por él, sino que había alguien más que lo hacía feliz.

Y ahí Baji entendió que Chifuyu había aprendido a vivir sin él.

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Con este capítulo damos concluido este Two-shot.

Aprenderé a vivir sin tiWhere stories live. Discover now