── ⊹ ִ۪ hey cariño, debemos de hablar sobre
algo que tienes que saber... ¡odio a tu
novio!.
⠀𔓕ㅤ۪ ¡ 𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻 !
todos los creditos
correspondientes
a el au...
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꒰ !☆#꒱
Sabes a lo que me refiero Olvídate de él.
¿Qué no lo entiendes? Simplemente odio a tu novio. ︶︶︶︶. ˚. ⊹ ღ ˚.
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No hacía falta decir que el partido fue un éxito.
Soobin se esforzó al doble bien sabiendo que Huening estaría allí para él. Ver al menor apoyándolo desde las gradas le brindaba una satisfacción que era simplemente indescriptible, lo hacía sentir más seguro de si mismo.
Choi 1 — Yeonjun 729283.
―Soobin-ssi, ¡Estuviste genial! ― Exclamó sonriente Kai, llegando a su lado una vez que el juego finalizó.
Él todavía se encontraba recuperándose e inhalando grandes bocanadas de aire, la adrenalina comenzaba a desvanecerse y el golpe de realidad que recibió su cuerpo reveló un poco su cansancio.
―¿En serio? ― Preguntó, sonriendo con agradecimiento luego de recibir entre sus manos una botella de agua fresca que trajo Hueningkai para él.
―Sí, mucho. ― Admitió el castaño. ―Si soy sincero, no podía despegar los ojos de ti, eres increíble.
―Dime, ¿Yeonjun es así de genial? ― Cuestionó, terminando de tragar un sorbo de agua. Limpió su barbilla con el dorso de su mano, dirigiendo su oscura y profunda mirada al contrario.
Kai parpadeó un par de veces confundido, con un leve rubor en el rostro.
―¿A qué te refieres? ― Titubeó, frunciendo muy levemente su ceño en señal de duda.
―Sabes a lo que me refiero. ― Avanzó hacia él y este retrocedió un par de pasos antes de toparse con una de las paredes del estrecho lugar en el que se encontraban, dejándolo contra el cuerpo del más alto. Soobin lo observó por un par de segundos que parecieron una eternidad. ―Olvídate de él.
―P..Pero... ― El castaño no pudo formular ni una palabra luego de que el peliazul tomara su mentón entre sus largos dedos y levantara un poco su rostro. Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar ante el beso que fue depositado en sus labios.
La sensación cálida de Soobin lo envolvió tanto al punto de hacerlo sentir mareado.
―Me gustas mucho, Hueningkai. ― Murmuró, a pocos centímetros del rostro del más bajo. Mirándolo a los ojos, finalmente se atrevió a decir las palabras que tanto había anhelado sacar a la luz. ―Y si te soy sincero, no sabes cuanto odio a tu novio.
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