Extra.

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La brisa cálida se siente como una caricia sutil en su dermis dorada, se remueve a ritmo lento y la tenue luz diurna que se cuela por el follaje del arce japonés, ilumina su piel. Las hojas se desprenden en grandes cantidades, adornando de un rojizo cereza las hebras castañas y el atuendo blanco que cubre su delgado cuerpo cual yace sobre un abono suave de hojas que lo cobijan.
El canto de las aves es el motivo por el cual sigue tumbado, le calma y le consuela en demasía la tranquilidad que se percibe a su alrededor, no desea abrir los ojos, al menos no por ahora. Pues el suave aroma a petricor y flores frescas ingresa por sus fosas nasales una vez que suspira profundamente y suelta el aire. Tan relajante.

Entonces, un ápice de tiempo pasa y sus ojos azules se abren despacio hasta observar el alba en todo su esplendor. Sonríe tenuemente, es hermoso, todo lo que le rodea lo es, los arbustos y la arboleda que adorna el perímetro; el olor a césped y flores que cosquillea en la punta de su nariz, el cielo más azul que sus propios ojos, y las nubes, creando formas preciosas que daría lo que fuera por permanecer ahí, recostado hasta adivinar cada una de ellas. Sin embargo, un fuerte aroma a loción dulce se hace perceptible para un Taehyung quien provoca que las hojas se dispersen por el pasto luego de sentarse de inmediato y observar a los costados; sin poder creer lo que sus ojos que ya se encuentran humedecidos, logran ver...

Una melena oscura, larga y lacia se ondea al ritmo del viento de igual forma que los holanes de aquel vestido rosado con pequeñas flores bordadas en éste. Su corazón late con desenfreno al verle de cerca caminar hacia la tierra fresca, sentarse sobre sus piernas, colocar la canasta de mimbre repleta de flores a su costado, para posteriormente comenzar a plantar vida en ella. No obstante, antes de tocar con sus dedos la primera flor, ella eleva la mirada hasta posarla sobre la de Taehyung, quien abre sus labios y susurra...

─ ¿Mami...? ─ con su voz entrecortada al nudo en la garganta ser inmenso.

Ella solo sonríe en grande con ternura y asiente por vez que se coloca de pie al mismo tiempo que Taehyung para ambos encontrarse en un abrazo cálido y amoroso que tanto habían deseado. Pues Kim Go Eun le esperaba todos los días en el mismo lugar, contemplando el alba, sentándose junto al arce unos minutos para luego plantar las flores más bellas para su pequeño; esperando que a su llegada, él se sintiera feliz y cobijado por ellas, sin más miedo, sin más desasosiego. Pues ella se encargó de que fuera su paraíso el cual lo recibiera con amor antes de juntos partir.

Y se separó, para tomarlo de las mejillas y darle un suave beso en la frente y retirar sus lágrimas con las yemas de sus pulgares, no deseaba verlo llorar, no ahora que estaban juntos.

─ No sabes lo mucho que te extrañé... ─ decía entre hipidos, por vez que Go Eun le acariciaba con cariño su melena.

─ Ya no lo harás más mi bebé, pues ya estoy aquí, estaremos juntos de ahora en adelante, nada ni nadie nos separará de nuevo. Mami te ama mi osito de miel, hasta la eternidad.

Taehyung se abalanza cayendo ambos sobre césped, ahora entre sollozos de felicidad plena al verse unidos...

─ ¿Cómo es estar aquí? ─ cuestiona ahora a un costado de Go Eun, ambos sentados sobre sus piernas, removiendo la tierra con sus dedos para luego plantar lirios y crisantemos, logrando que sus colores resalten sobre la tierra y el espacio luzca armonioso. ─ ¿Fuiste feliz?

Go Eun sujeta entre sus manos las de Taehyung para darles un tierno beso en el dorso de estás, después de asentir y tomar una pequeño alcatraz y colocarlo detrás de la oreja de su hijo, sonriendo feliz al su pequeño Taehyung lucir tan tierno y precioso.

─ Lo fui, cuando llegué aquí me inundó aquella paz que jamás sentí en vida, fue extraño estar feliz y tranquila. Sin embargo, algo dentro de mí se sentía vacío, eso era por ti cariño, te extrañaba. ─ con la yema de su dedo índice, acaricia la punta de la nariz ajena, logrando una sonrisa en ambos. ─ Aunque debo decirte que el paisaje no era tan precioso como lo es hoy. Pues me encargue de adornarlo para tu llegada mi amor.

Devilish | kvWhere stories live. Discover now