Epílogo.

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Min Ho miró las pantallas que mostraban los signos vitales del paciente en la camilla, su rostro estaba serio, y los demás asistentes lo veían esperando su próxima orden, casi sintiendo pena del hombre joven al que el doctor Choi no le tenía compasión alguna, provocando que sus signos vitales se dispararan como si estuviera teniendo pesadillas y en otras pareciera tan tranquilo como si estuviera en el paraíso.

—Desconecten al paciente.

—Doctor, primero no...

El asistente no pudo continuar con lo que quería decir, porque una mirada del doctor Choi fue suficiente para sentir que temblaba, y no sólo porque aquel hombre tenía el poder de despedirlo, sino que siempre parecía tan amenazante, y los rumores decían que si alguien se oponía a él, podría convertirse en el siguiente sujeto de experimentos, y no quería estar en ese lugar, no después de presenciar todo lo que estos pasaban.

—El paciente 93 puede soportarlo.

¿Y qué más daba si no podía hacerlo?, no habría nadie que reclamara por él, que en lugar de curarse en la clínica había empeorado, porque él era el único responsable legal de ese paciente, a quien los permisos le serían pedidos y por esa misma razón tampoco estaba registrado en el sistema, volviéndolo en la persona más óptima para sus experimentos.

Mientras sus asistentes desconectaban al paciente, él posó la mirada en la imagen de la pantalla que él era el único que monitoreaba, en la que pudo ver al paciente sonreír feliz sentado en un sofá, sosteniendo a un pequeño bulto envuelto en mantas cremas, y aunque no podía escuchar lo que decían, casi sentía que pudo escuchar la voz ruidosa de los dos niños que se acercaron curiosos a él luego de que entraron al apartamento, mostrándose curiosos por el bebé en los brazos de su papá.

Se vio a sí mismo besar la mejilla del joven y leyó sus labios cuando susurró un "hola, cariño" antes de que la pantalla se volviera negra en una clara señal de que el paciente fue terminado de ser desconectado.

—Lo llevaré yo a su habitación.

Aquellas palabras no sorprendió a ninguno de los asistentes, porque según sabían, ese paciente tenía su enfermero personal y muy generalmente, el único médico que tenía contacto con él fuera de esa habitación, era el doctor Choi, haciendo que todos los que tenían conocimiento de eso, se preguntaran quién era exactamente aquel paciente que el director de esa clínica psiquiatra cuidaba tanto.

—Pueden retirarse —ordenó.

Los dos asistentes hicieron una reverencia y salieron de la habitación, dejando solo al doctor Choi con el paciente que seguía inconsciente, de la misma manera que cuando ingresó en ese día a esa habitación, pero con todos los sedantes que le eran suministrados, sería difícil que despertara.

Se inclinó cerca del oído del paciente y habló en un susurró.

—Ey, dices odiarme y a pesar de eso sigues creando una vida conmigo.

Una vida de la que podía saber gracias a la tecnología avanzada que estaba probando con el paciente, a la investigación de manejar su mente como él quisiera, a introducir y modificar recuerdos y situaciones a su conveniencia, y tener el acceso total a ver cómo eran manejados por el anfitrión que debía de tomarlos como lo más natural y no sentir que era forzado.

Si bien, en el pasado ya hubo maneras de realizar lo mismo, no tenían el acceso más que por el testimonio del paciente de saber cómo fue tomada la situación, sin embargo, ahora podía ver esos hecho por medio del monitor que él no confiaba a nadie más que a sí mismo, incluso en unas pocas ocasiones se había metido a ser parte de la situación en lugar de solo observarla, teniendo que evitar quedarse en esa realidad ficticia si no quería echar todo a perder y que alguien más robara su investigación.

—Te amo, pero amo más mi carrera —susurró.

Se alejó y llamó el botón del único enfermero al que le confiaba el paciente 93, quien sabía que no cometería error alguno en llevarlo hasta el fondo del pasillo a su habitación, suministrándole el sedante correspondiente a ese día para mantenerlo en el estado de coma inducido.

Caminó de regreso a los monitores, retirando la memoria de la pantalla que antes estuvo bajo su total vigilancia y la guardó en el bolsillo de su mandil blanco de doctor. Hubo suaves golpecitos en la puerta y que él reconoció de quién, eran.

—Entra —dijo tomando sus informes.

Levantó la mirada para ver entrar al enfermero que acababa de llamar, quien hizo un asentimiento de cabeza en su dirección.

—Ki Bum, lleva a Taemin a su habitación —ordenó —conoces los procedimientos a realizar con él.

—Entendido, doctor.

No hubo cuestionamientos al respecto, porque el enfermero sabía cual era su trabajo, y siguiendo las órdenes del doctor Choi, sacó al paciente de aquella sala.

Luego de que le paciente fuera llevado a su habitación, el doctor se dejó caer en su silla, sintiendo que las imágenes fueron demasiado reales, que casi no podía creer que era una ficción creada por la mente del paciente 93 con un vago recuerdo introducido en su mente, que el mismo dudó que no fue real que vivieron aquello.

Quería ver cuanto podía soportar la mente humana cuando era alterada u obligada a vivir tantas vidas en periodos cortos, y una sonrisa apareció en sus labios cuando recordó a Ki Bum llevando a Taemin a su habitación, recordado lo mucho que el paciente lo odiaba, y quería ver si también ese sentimiento podía ser invertido, si en lugar de odio podría hacerlo sentir amor por él.

Taemin podía sorprenderlo, en esa ocasión le dio una vida extraña en al que aparecía y desaparecía cuando quería, asesinó a alguien para luego correr a sus brazos, además de darle tres hijos, quizás en la que planeaba hacerlo vivir, podía sorprenderlo un poquito más o decepcionarlo totalmente.

Min Ho estaba ansioso por saber lo que su esposo podía mostrarle, pero si quería seguir experimentando con él, necesitaba que descansara, muerto no le servía de nada.


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Hola.

Primero que nada, debo agradecerles por llegar al final de la historia, no sé si la siguen desde el inicio, si es así, sabrán que pasó años para que la terminara, pero aquí termina "Dentro de mí".

Ahora, podrán encontrar quizás un poco confuso este epílogo, porque no va en la línea de lo que fue "Dentro de mí", y aunque no quisiera explicarlo, voy a hacerlo con: Todo es ficción. No quiero decir pero lo haré: La vida de "Dentro de mí" no existe más que en la mente de Taemin.

Ahora, hay una siguiente historia, que al igual que con "Dentro de mí" se podría leer antes del epílogo y parecer historias sueltas, que es "Clandestino", que si la seguían o me siguen, habrán visto que regresó a estar publicada.  Después existiría la historia que explica todo lo que serán los epílogos, la cual todavía no publico nada.

Ahora sí una vez más agradezco que estén aquí y el apoyo que le dieron a la historia.

Dentro de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora