Dentro de mí

Capítulo 4.

A diferencia de tres años atrás, Min Ho no extrañó a Taemin, porque estuvo preparado para que se fuera, además de que toda su atención estaba en Jung Woo, en que todas aquellas citas con él salieran bien, porque estaba planeando pedirle pronto que fuera su novio, sólo debían de conocerse un poco más, aunque la atracción entre los dos era más que evidente.

Para lo que Min Ho no estuvo preparado fue para después de la desaparición de Taemin, el chico volviera aparecer en su apartamento tres semanas después, sonriendo como siempre, rompiendo su tradición de esperar años antes de hacerlo, y estaba tan dispuesto a tener sexo con él, y como cada vez había sucedido, Choi no se negó a él, era como si el rubio trajera un hechizo que le hacía olvidar lo que era bueno y malo porque no debía de tenerlo entre sus brazos cuando pretendía tener una relación formal con Jung Woo.

Pero de la misma manera en que Taemin regresó, no se quedó por mucho tiempo, fue como si hubiera ido para decirle que no importaba que llegaría a su vida y le haría olvidarse de todo, que él iría para desestabilizar sus días, y recordarle que lo que tenían sólo era una aventura, una que le hizo sentirse tan culpable cuando vio a Jung Woo, pero que olvidó cuando su amante desaparecía, porque al final parecía Taemin no existir para nadie más que él, tanto que llegó a creer que era su imaginación verlo llegar y que desapareciera sin decirle a nadie.

—Tengo un favor que pedirte —dijo Taemin deslizando sus manos por los hombros de Min Ho.

—¿Qué?

Min Ho veía su móvil, en realidad debería de sentirse culpable teniendo a Taemin detrás suyo, masajeando sus hombros y dejando besos mientras él escribía por mensajes a Jung Woo, organizando una cita para esa noche, en la que planeaba pedirle que fuera su novio.

—Necesito un peluche.

Aquella frase sorprendió a Min Ho, que olvidó su móvil, para girarse un poco y ver a Taemin, era la petición más extraña que había tenido, esa, y el día que el rubio le había dicho que deseaba comer helado, pollo y papas fritas como veía en televisión, y la exigencia había sido tal que no tuvo más remedio que comprarlo, viendo después como el chico parecía degustar todo como si fuera lo más delicioso que hubiera probado en su vida, y que Yong Bok debía de probarlo, un nombre que no sabía a quién correspondía.

Taemin no pareció darse cuenta de que mencionó a alguien que no debería, y Min Ho quiso preguntar de quién hablaba, pensando que tal vez era su primera pista para saber quién era el rubio, pero no fue ninguna pista, porque no conocía a ningún Yong Bok y parecía que en la universidad o cualquier persona a quien pudiera pregunta, no sabía nada de quiénes podrían ser ellos dos.

—¿Un peluche? —su ceño estaba fruncido.

—Sí, el más grande que puedas conseguir, pero... uhm, también que pueda cargar con facilidad.

—¿Por qué no vamos a comprarlo juntos?

Taemin sonrió y negó con la cabeza, no podía salir de ese apartamento, porque tal vez todavía no se habían dado cuenta de que había escapado, y esperaba que no lo hicieran, porque ahora sus huidas eran cortas, después de todo, nadie iba a cuidar a su bebé sin que Eun Rae se diera cuenta, y eso sólo significaba que podía estar fuera máximo un día, como quiera dos, luego ella empezaría a sospechar que no estaba en casa y siempre había consecuencias.

—No —Taemin buscó dentro de los bolsillos de su pantalón —tengo éste dinero, ¿puedes comprarlo?, preferible que sea un elefante rosado.

Un elefante que había visto por televisión varias veces, y que habían los peluches de éste, un elefante que le gustaba demasiado a su bebé por ese dibujo que veía en televisión, y si él pudiera hacerlo, le compraría rodos los peluches que había visto que existía, pero no podía hacer eso sin que Eun Rae lo notara, así como el hecho de que le estuviera robando dinero para poder comprarle cosas a su hijo cuando ella ya le había reclamado que era "otra boca que alimentar", cuando Taemin sabía que no le costaba nada hacerlo.